La undécima entrega de MasterChef 11 dejó una expulsión, la entrada de una nueva concursante y un doble enfrentamiento en las cocinas. Un programa agitado, cuando menos, desde la primera prueba, en la que los aspirantes han tenido que cocinar por parejas. Pero claro, en ese momento eran 15, así que uno de ellos se quedó momentáneamente sin compañero. El susodicho fue Eneko, que de primeras se mostró tranquilo con la situación, aunque Pepe Rodríguez le lanzó un aviso al ser consciente de lo que estaba por venir: “Quizá debería preocuparte”.
Porque lo que estaba por venir era nada más y nada menos que Ofelia, semifinalista de MasterChef 9, que acabó terminando con la paciencia de Eneko. La cosa empezó mal cuando Ofelia descubrió que su compañero es Géminis -“problema de los géminis, empiezan con mucho amor y luego se desinflan”-, pero fue a peor cuando Eneko vio que la exparticipante quería imponer su opinión en todo momento.
“Es mi plato, tía”, le espetó en un momento dado, justo después de que Ofelia le acusara de haber “destrozado la costilla” que estaban cocinando. “No, has destrozado tú el puñetero plato”, contestó Eneko. “Es tu plato, pero es nuestro cocinado. Por eso se llaman relevos y por eso trabajamos en parejas, que no te enteras. Uf, Géminis”, comentó más tarde a cámara Ofelia.
Pese a protagonizar estos momentos de tensión, la pareja firmó la paz al terminar su plato, que casualmente fue elegido el mejor de la prueba. “Ha sido divertido, ha sido intenso… Creo que han sido mis primeros gritos en el programa”, dijo después Eneko.
Una broma fallida propicia el choque de Merce y Luca
La discusión entre Ofelia y Eneko no fue la única que se vivió este lunes en las cocinas. Merce y Luca también tuvieron sus más y sus menos, hasta el punto de que la primera sentenció a su compañero con la siguiente frase: “Luca para mí en la casa ya no existe”. ¿El motivo? Una broma que salió mal dentro de la casa de los concursantes.
Camino, la tercera en discordia de esta historia, puso más picante en una sopa para gastar una broma a Laura, pero la sopa acabó por error en manos de Merce. Y la concursante no se lo tomó nada bien. “Había otra persona más que era la que se estaba riendo encima y se ha estado riendo todo el fin de semana a carcajadas”, se quejó ante el resto, jueces incluidos. De hecho, Pepe dijo lo siguiente a Camino: “La próxima asegura el tiro, porque le toca a alguien que a lo mejor no le hace gracia o es intolerante, tiene un problema con el picante, y le puedes desgraciar el día, la noche”.
Camino explicó que el problema fue que perdieron de vista el plato. Le pidieron perdón, pero Merce no aceptó sus disculpas y señaló a Luca, que no se quedó callado. “Tengo 18 años y es normal que estas bromas que son tonterías me hagan risa. Merce yo creo que ahora se piensa que, después de la pimienta, todas las caras o las actitudes que tengo ya van hacia ella. Pues no. Disfruta de tu concurso y de tu felicidad”, se defendió el joven.
“La educación y el respeto es lo primero que me enseñaron en mi casa desde siempre, y aquí brilla mucho por su ausencia”, respondió Merce antes de que Luca hiciera lo propio para zanjar el asunto: “Si mi presencia no la aguantas es problema tuyo, no mío”. “En mi vida tampoco existe porque ni me suma ni me resta”, comentó después a cámara.
Laura se va y Claudia entra
A todo esto, la emisión del lunes se saldó con una nueva expulsión. Esta vez la elegida fue Laura, que falló tanto en la prueba de eliminación como en su segunda oportunidad. David, Ana, Camino, Merce, Jotha y ella se colgaron el delantal negro, pero el programa les dio la oportunidad de quitárselo si adivinaban el nombre de al menos cuatro de los chiles que tenáin delante, pero ninguno lo consiguió, así que se jugaron entre sí su permanencia en el concurso.
Laura lo hizo con un ceviche, pero por el camino sufrió la rotura de una bolsa de vacío por la que tuvo que limpiar la máquina. Además, los jueces dijeron que el ceviche no es de México, sino de Perú, así que la concursante cambió sobre la marcha y dijo que era un aguachile. “Ninguno de los dos, pero sería más hacia ceviche, tal vez”, dictaminó el chef Roberto Ruiz.
Así las cosas, Laura, Merce y Jotha se quedaron en la cuerda floja, siendo finalmente Laura la expulsada. Álex bajó de la galería a decirle adiós, revelando que le había prestado una pulsera. El amuleto, sin embargo, no dio suerte a su compañera, que a continuación se enfrentó a Claudia y Albert, los últimos aspirantes que consiguieron el delantal negro en el casting. Los tres tuvieron que replicar un sope de Roberto Ruiz, aunque fue Claudia la que se acercó más al plató original del chef y por tanto, la que se convirtió en concursante de MasterChef 11 en detrimento de Laura.
Claudia es una actriz y presentadora italiana de 38 años. “Cuando llegó a España se enamoró del país, de su cultura y de su gente. Dice que aquí encontró la libertad que necesitaba para ser ella misma. Es una persona atrevida, juguetona, competitiva y un poco rebelde. Siempre lucha por conseguir lo que quiere hasta que lo consigue y, cuando lo logra, se siente tremendamente satisfecha”, dice sobre ella la nota publicada por RTVE.