'MasterChef 12' expulsó a la última aspirante y ya tiene a sus 4 finalistas, con una que no entraba en las quinielas

Paula Hergar

4 de junio de 2024 02:06 h

MasterChef 12 celebró su semifinal con Celeste, Gonzalo, María, Ángela y Samya como protagonistas. Todos ellos se enfrentaron en una primera prueba con dos ingredientes y unos exteriores en los que solo brilló Samya, la más inesperada.

Gonzalo entregó su pin de la inmunidad, y las tres aspirantes que fueron a eliminación lucharon en el “reto más complicado de la edición”.

Todo ello para acabar expulsando a Celestre, tras un rifirrafe con Jordi Cruz, y alzar a los otros cuatro como finalistas.

Primera prueba con lágrimas de Samya y brillo de Gonzalo

En la primera prueba de la noche, el chef Toño Pérez se encargó de hacer la compra a los aspirantes para que cocinaran un plato original, impredecible y ambicioso con los dos ingredientes que les había elegido el experto.

Durante el cocinado fue Samya la que llamó la atención al derrumbarse por recordar a su madre, su dura infancia al ser la mayor de las hermanas y recibir hasta “maltrato psicológico” según ella. Samantha fue a abrazarla y ella prefirió cortar las lágrimas.

Finalizado el tiempo, la mayoría de platos sorprendieron gratamente a los jueces: Celeste demostró ser “virtuosa” al sacar “de dónde no había” con el atún y los escabeches, Samya acertó en la técnica del caviar con “un punto mejorable”, María se convirtió hasta en la nueva “favorita” de Jordi por su elaboración y Gonzalo conquistó con su sopa. La única que defraudó fue Ángela que presentó un plato fallido.

Probadas todas las elaboraciones, Gonzalo y Celeste fueron escogidos como los mejores de la prueba.

Prueba de exteriores con Samya como única finalista

La penúltima prueba de exteriores de la edición se realizó en el Valle de Atxondo (Vizcaya), donde se encuentra el restaurante Txispa, del chef de origen japonés Tetsuro Maeda que se encargó de firmar el menú para 24 comensales que tuvieron que reproducir.

Gonzalo, al ser el mejor de la prueba anterior, pudo hacer los equipos: Ángela y María serían las azules y Celeste y Samya, las rojas. Él decidió ir con las primeras.

Los aspirantes se esforzaron más aún que de costumbre porque los jueces advirtieron que el veredicto sería individual. Y, aunque todo apuntaba a que el equipo que iba a sobresalir era el azul, este acabó entre lágrimas por haber fallado en la gestión del tiempo y el punto de los ingredientes. Mientras Samya y Celeste acabaron abrazadas y confesándose el orgullo mutuo.

En la valoración, los jueces señalaron los fallos incontestables del equipo azul. Por todo ello, Gonzalo, María y Ángela fueron directos al foso. A Celeste también le cayeron críticas por no haber logrado convencer con el plato más simple que debía reproducir.

Por todo ello, la única que se mereció salvarse de la eliminación y convertirse en primera finalista era Samya. De la que Pepe se encargó de despejar cualquier duda de su valía: “En contra de muchas quinielas y de opiniones que dudaban de tu cocina, cuando te pones seria eres capaz de sacar los cocinados más complejos. No estaba perfecto pero dentro de todo el conjunto de platos el tuyo era el que más se parecía al original”, zanjó.

Prueba de eliminación con la merecida expulsión de Celeste

Para completar la lista de los finalistas, Gonzalo, Ángela, María y Celeste llegaron con los delantales negros para enfrentarse a uno de los retos más complicados de esta temporada. Jesús Escalera, el Mejor Pastelero de América Latina, llevó un espectacular postre homenaje a Dragon Ball que tuvieron que reproducir en 120 minutos.

Antes de arrancar, Gonzalo decidió entregar el pin de la inmunidad para no jugarse la continuidad y convertirse en segundo finalista de la edición. Lo hizo y subió al balcón, junto a Samya pero con mucha distancia entre ellos.

Durante el cocinado fue Celeste la que más problemas tuvo, perdiendo ingredientes, olvidándose de otros y pidiéndoselos a sus compañeras. “Va muy retrasada, se le ha atragantado el postre”, comentaban los jueces. Mientras María ya limpiaba sus cocinas y Ángela celebraba haberlo acabado.

Acabado el tiempo, llegó el momento de la cata. Ángela presentó un plato “bien trabajado excepto por el merengue”, María le siguió con una elaboración más parecida a una pera y “con muchos defectos aunque con mérito”, para acabar con el trabajo inacabado de Celeste que presentó entre lágrimas y ante una valoración en la que la llamaron “tor-po-na”. Pero ella no se quedó callada, dijo que Pepe tenía un corazoncito pero que Jordi tenía “muy poco”. Algo que al catalán no le gustó: “No me voy a poner a tu nivel pero no me merezco lo que me acabas de decir”, lamentó el chef.

Evidentemente, la decisión final fue clara: “La aspirante que debe abandonar las cocinas es Celeste”. Pero antes de marcharse se disculpó con Jordi: “Te voy a pedir perdón antes de irme porque a veces eres tan duro conmigo...”, a lo que él respondió que solo intenta “decir verdades para que se superen”. Con esta salida convirtió de forma directa a Ángela y María en finalistas de la edición junto a Samya y Gonzalo.