'MasterChef 13' expulsó a la concursante que se había presentado hasta seis veces al casting

La cuarta semana en MasterChef 13 acabó con la expulsión de Elena, una de las más queridas por los compañeros, que se marchó entre lágrimas al despedirse del talent que había sido su obsesión, tras presentarse hasta 6 veces al casting.
Elena se marchaba por hacer un plato tan pasado de ajo que no permitió a los jueces seguir probándolo. Algo que ella explicó asegurando que no tiene ni sentido del gusto, ni del olfato tras una operación de pólipos.
Todo ello, en una noche en la que los aspirantes se enfrentaron a las temidas batallas por lograr el pin de la inmunidad. También se desplazaron hasta Cáceres para un cocinado solidario y acabaron en delantal negro ante Pocholo Martínez-Bordiú.
Primera prueba con la pérdida esperada del pin de la inmunidad
El jurado quiso poner a prueba la destreza de los aspirantes en las habituales batallas. Para ello compitieron en tres desafíos culinarios y solo avanzaron los mejores de cada fase. En la primera batalla elaboraron una crepe salada y, en la segunda, los elegidos hicieron una crepe dulce. En el último reto, los aspirantes elaboraron una crepe Suzette, un clásico de la cocina francesa.
Bea e Ismael fueron los dos mejores de las batallas y se enfrentaron a una prueba mayor. Para llevarse el pin de la inmunidad tuvieron que cocinar contra la ganadora de MasterChef 12, Ángela Gimeno, en un último reto. Los tres tenían los mismos ingredientes y en 60 minutos tuvieron que hacer una tarta.
Aunque el jurado quiso ser imparcial con una cata a ciegas, como era de esperar la ganadora de la prueba fue Ángela - con mucha más experiencia, ante solo los cuatro programas de los actuales aspirantes-. Por lo que ninguno se llevó el pin de la inmunidad.
Prueba de exteriores con cambio de capitanías y la ignorancia a Clara
Los aspirantes y el equipo pusieron rumbo a Plasencia (Cáceres), en el corazón de la Ruta de la Plata, donde se encuentra la orgullosa capital del Valle del Jerte.
Allí los equipos realizaron un cocinado solidario, con un menú lleno de esperanza que iba para el Comedor Social de Cáritas de Plasencia y sirvió para dar asistencia a personas mayores y dependientes de la localidad.
Yago y Clara fueron los escogidos para capitanear el equipo azul y rojo, respectivamente. El primero se rodeó de Bea, Gabriela, Victor, Chema y Elena. Mientras que Clara eligió acompañarse de Ismael, Ana María, Limin, Ane, Ariana y Emilio.
Si ya estaban trabajando a presión, eso aumentó cuando los jueces pidieron a los capitanes que cambiaran de equipo. Algo que derrumbó a Clara que llegó a un equipo que la ignoró por completo. Lo que detectaron los jueces, que lamentaron que ella no hiciera escuchar y que los compañeros “pasaran de ella olímpicamente”.
Mientras que los azules tuvieron aún más fallos en los platos, por lo que los ganadores fueron los rojos: Ismael, Ana María, Limin, Ane, Ariana y Emilio. Los dos capitanes también se fueron a eliminación.
Prueba de eliminación con una de las expulsiones más dolorosas
Clara, Yago, Bea, Gabriela, Victor, Chema y Elena volvieron a las cocinas con los delantales negros. Allí se encontraron con una Caja Misteriosa con una treintena de ajos distintos, un ingrediente fundamental, muy sostenible y nutritivo, capaz de realzar el sabor de cualquier plato.
Tomaron buena nota de los consejos del chef Jesús Segura (una estrella Michelin) a la hora de realizar un plato libre cuyo protagonista fuera este producto.
Acabado el tiempo, arrancó la cata. El primero en presentar su plato fue Victor “pasado de cocción”, le siguió Yago con una elaboración justita, Gabriela con un “collage infantil”, como el de Clara que era un “popurrí feo”, el de Bea sí que convenció a los jueces, Elena entregó una propuesta que no se podía comer y Chema cerró con un ceviche muy aplaudido.
Tras ello, Pepe, Jordi y Samantha se apartaron para deliberar. Y al regresar sentenciaron: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Elena”. Ni sus compañeros, ni ella pudieron reprimir las lágrimas al escuchar que se marchaba. Fue cuando ella desveló que no tenía sentido del gusto ni del olfato y eso le había jugado en contra.