MasterChef Celebrity 6 emite este lunes su quinta gala en La 1 de TVE, que llega tras la expulsión de Yotuel y haber realizado una prueba de exteriores en Galicia que acabó deparando doble polémica: una por la imitación del acento gallego a la que ya se ha referido Jordi Cruz, y otra más seria por emplear marisco ilegal que ha provocado que la Xunta abra una investigación.
El formato de Shine Iberia está acostumbrado a polémicas semanales como la del acento, aunque en el caso del marisco ya ha alcanzado una esfera de responsabilidad política por la que la gerente del Consorcio de Turismo del Ayuntamiento de A Coruña que negoció la grabación del programa en la ciudad fue cesada una semana después de la grabación de esa entrega.
En cualquier caso, el talent show culinario sigue adelante esta semana con una quinta gala en la que los aspirantes lucharán por el pin de la inmunidad, cocinarán para 80 especialistas en escenas de acción y reproducirán un trampantojo en la prueba de eliminación. Y en la que habrá que ver si Verónica Forqué sigue tratando igual de mal a sus compañeros.
¿Por qué el resto deben “sufrir” a Verónica Forqué?
Nadie puede discutir la trayectoria de Verónica Forqué. Como actriz ha ganado premios Goya, premios Max, ha triunfado en festivales en Nueva York y Málaga, y desde los 70 ha compaginado el cine, el teatro y la televisión. Motivos de sobra para hacer que su nombre, de hecho, fuese uno de los más atractivos del casting de MasterChef Celebrity 6, y reconocido como una inesperada sorpresa lograda por la productora.
Durante más de cinco décadas, la intérprete ha dado una imagen que la acerca al público por su ternura al hablar y su aparente carácter despistado. Pero en el programa de TVE se está viendo una Verónica Forqué mucho menos amable, más dura, y hasta maleducada. Y sus compañeros lo están sufriendo casi en silencio.
Ella es la primera que se da cuenta de su mal comportamiento, y por eso al poco tiempo recula en su trato. Pero no es nada edificante ver cómo una capitana de equipo maltrata a sus compañeros (convertidos en este caso en sus “empleados” en la cocina), cómo les grita “¡cállate!”, les dice que “lo has hecho fatal” o les replica cuando ellos intentan calmarla que “¡a mí no me des lecciones, haces lo que yo te diga, te callas!” o “no me vuelvas a decir cuidado, sé lo que hago”, y hasta tira directamente a la basura sus elaboraciones. Eso hizo en la segunda gala, cebándose especialmente primero con Eduardo Navarrete, al que apartó del cocinado, y luego con Miki Nadal y Vanesa Romero.
No ha sido el único cocinado en el que el mal carácter de Verónica Forqué ha hecho que no sólo sufran sus compañeros, sino también los espectadores desde sus casas. Es más, hasta los invitados puntuales al programa no se han librado de ser el centro de sus iras.
Obviando otros pequeños “enganchones”, típicos en el programa y comprensibles por la tensión en las cocinas, lo que sucedió en la primera prueba de la cuarta gala este pasado lunes volvió a dejar ver a la peor Verónica Forqué. En esta ocasión, le tocó sufrirla a Ofelia Hentschel, participante de MasterChef 9 que se quedó a las puertas de la final.
El programa sabía que de esa unión podían saltar chispas, porque ya Ofelia tuvo un carácter que dividió a compañeros y público durante su participación, pero aún así pusieron a ambas como pareja de cocina. Y la actriz volvió a perder el control, gritándole “¡Cállate! A mí nerviosa no me hables. Relájate” cuando Ofelia le aconsejó no usar tanta comida, volviendo a exclamar “¿Tú sabes cómo es? ¡Entonces te callas!” pese a que su compañera le estaba diciendo cómo debía hacerse, y exigiéndole actividad al grito de “¡Dale, no te duermas!”.
En este caso, y mientras tanto, los jueces se reían y bromeaban. Pepe Rodríguez, asegurando que “hacía mucho tiempo que no me divertía tanto en un cocinado”, encontrando el acuerdo de Samantha Vallejo-Nágera. Y Jordi Cruz, preguntándole con ironía a Ofelia si se había enterado después de que Verónica Forqué la hubiese mandado callar.
En el caso de Miki Nadal, él mismo contó luego su experiencia en Zapeando. Si los jueces dieron un tirón de orejas a la actriz para decirle que había sido “una pesadilla”, el cómico y colaborador televisivo reconoció que no había sido nada agradable: “Eso está todo resumidito, pero son tres horas de cocinado”, dijo asegurando que Forqué estuvo “siempre” igual de enfadada. Ya entonces vaticinó que no sería la única vez, sin poder ni querer adelantar nada.
Dos casos, a la espera de si habrá más, de cómo Verónica Forqué parece tener vía libre para tratar como quiera a sus compañeros. Ellos, como suele decirse “para no liarla”, optan por no entrar al trapo de esos momentos de carácter irascible, aunque sus caras de incomprensión y desaprobación son más que evidentes en todos los casos. Prefieren reírse y pasar del tema, antes de responder y generar un más que probable enfrentamiento.
En esos momentos de risa nerviosa buscan, de hecho, la complicidad de los jueces. Pero estos, que sí tienen una posición de autoridad como representantes del programa y de su dirección, tampoco intervienen para corregir esos episodios, y para intentar que se comporte con educación. De hecho, también los toman a risa y evitan corregirle y el conflicto. Es decir, la actitud de Verónica Forqué es admitida sin discusión. Es más, los vídeos son usados como baza promocional del formato en sus redes sociales.
Cierto que no ha insultado, ni agredido (aunque a Miki Nadal sí le dio un empujón), por lo que quizás pensar en su expulsión disciplinaria sería para muchos exagerado. Pero no estaría de más que alguien en directo le parase los pies y demostrase que en MasterChef Celebrity el nombre del aspirante no está por encima de las reglas básicas de comportamiento en el programa, y en general en la vida. Más aún cuando es un formato que se emite en una cadena pública.
Así será la quinta gala de este lunes
Esta semana, los aspirantes lucharán por el pin de la inmunidad, cocinarán para 80 especialistas en escenas de acción y reproducirán un trampantojo en la prueba de eliminación.
Como los aspirantes aún no han llegado al nivel que el jurado desea, éste ha pedido ayuda al más allá. En la primera prueba la actriz Cristina Medina se convertirá en pitonisa para echar las cartas a los celebrities y les propondrá mejorar los platos designados por sus cartas, con creaciones poco apetecibles. Como el destino es caprichoso, algunos tendrán ventajas y otros, desventajas. Los dos mejores de este reto se enfrentarán en un nuevo cocinado para obtener el pin de la inmunidad, un salvoconducto que permite a su propietario librarse de la prueba de eliminación o guardarlo para otra ocasión. Se medirán con Raquel Meroño, ganadora de MasterChef Celebrity 5. Los tres cocinarán un plato libre con los mismos 10 ingredientes y juntos decidirán si es dulce o salado.
España tiene los mejores expertos en escenas de acción del mundo. De hecho, la cantera de especialistas es tan potente que todas las superproducciones de Hollywood contratan a dobles españoles. Por eso MasterChef Celebrity les rendirá un homenaje en la prueba de exteriores más cinematográfica y arriesgada del talent culinario. Sus entrenamientos son muy duros y el desgaste que sufren es máximo. Deben cuidar la dieta como si fuesen deportistas de élite y los aspirantes prepararán un menú tan energético como saludable a 80 especialistas que se dejan la piel en cada escena.
Los delantales negros, en la prueba de eliminación, reproducirán un trampantojo: un puro de chocolate de alta pastelería. Se trata de una auténtica obra de ingeniería culinaria y en su preparación entran en juego muchas elaboraciones. El jurado exigirá perfección, tanto en apariencia como en sabor. Miquel Guarro, jefe de Pastelería en la prestigiosa Escuela de Hostelería Hoffman de Barcelona, les dará útiles consejos.