'MasterChef' arrancó anoche su quinta edición en La 1 de TVE con una primera entrega en la que mostró la fase final de su casting para quedarse con los 16 aspirantes definitivos.
A esta cita llegaron los 50 cocineros amateurs que habían superado las anteriores fases de selección, entre los más de 20.000 que se habían presentado. Y como siempre, los perfiles no decepcionaron.
La primera sorpresa del talent culinario fue su “madrina” de lanzamiento: nada menos que Esperanza Aguirre, que apoyó a su amiga Isabel -antigua empleada de protocolo- con un vídeo.
Adiós a perfiles muy peculiares
El listado de concursantes se fue completando uno a uno, hasta completar los 15 nombres que en un principio iban a entrar. Sin embargo, el jurado se guardaba una “invitación extra” que fue a parar a Miri, que se convirtió así en la 16ª participante.
De entre los que no lograron entrar, destacaron Julio -un fervoroso creyente que abandonó el seminario para seguir con su novia-, y la pareja formada por Ana y Ronaldo -que se “picaron” notablemente entre ellos, aunque no trasladaron esa competición a sus platos-.
Mejor suerte corrió Edurne, una veterana cocinera “casera” que se adapta a la vanguardia y que compitió con su hijo por una plaza, y le ganó.
Prueba en exteriores bajo cero
Para dejar claro que el nivel de exigencia esta edición va a ser tan alto o más que en las anteriores, la primera prueba de exteriores se celebró en la estación de esquí de Cerler, a temperaturas bajo cero.
Los participantes tenían que preparar un menú para 150 niños que disfrutaban del esquí, pero los jueces les descolocaron cuando a mitad de prueba les ordenaron que se cambiasen las cocinas, acabando en un pequeño desastre que dejó a niños sin comer.
El equipo azul no logró hacerse con las riendas de lo que le dejó el equipo rojo, por lo que su capitán Jordi y su miembro Nathan acabaron siendo muy señalados (y disputándose ser los primeros eliminados). Sin embargo, el mejor parado fue el mongol Odkhuu, que sorprendió a todos.
Primer expulsado con susto
Precisamente los dos concursantes que acabaron siendo los más damnificados de esa prueba, Jordi y Nathan, acabaron disputándose no ser el primer expulsado de esta quinta edición de 'MasterChef'.
Y aunque fue Jordi el que tuvo que decir adiós al final, todas las atenciones se centraron en Nathan porque sufrió un ataque de ansiedad por el que incluso tuvo que ser atendido.
El joven aspirante empezó a sentirse mal, y sus compañeros se dieron cuenta. Intentó superar esa crisis mojándose la cabeza bajo el agua de las cocinas, pero no fue suficiente y tuvo que ser atendido.