La segunda entrega de Masterchef Junior 8 ha despedido a otros tres aspirantes: Pablo, Adriana y Manel. Expulsados tras una prueba de eliminación “dramática” en la que casi todos acabaron llorando de impotencia por estar perdidos y por la falta de tiempo.
Por otro lado, las niñas con más puntos y que ya empiezan a brillar son Celia, Inés y Aurora.
La noche también vivió uno de los momentos más tensos de Jordi Cruz con un niño, al frenarle en seco por llamar “fea” a Henar, frente a todos sus compañeros.
Nicolás y Aurora triunfan en la primera prueba
Las cocinas se transformaron en una gigantesca biblioteca para homenajear al mundo de la lectura a través de los cuentos. Para ello, los aspirantes tuvieron que replicar elaboraciones asociadas a cuentos como ‘El Flautista de Hamelín’, ‘Hansel y Gretel’ y ‘Pinocho’, en representación de todas las historias que inspiraron a tantos niños.
Dicho y hecho, los pequeños se pusieron manos a la obra y, excepto un accidente que tuvo Henar por resbalar con aceite y caerse de culo, todos pudieron acabar sus platos. En la cata, las valoraciones positivas se las llevaron Aurora por un plato “que lo tiene todo”, Celia por una tarta con sabor “muy bueno”, Nicolás por saber vender tanto el plato como presentar un pavo “exquisito” y Asier por un helado “con muy buena textura”.
Javier pone nota a la tarta de Antony
Mientras que las negativas fueron para Pablo por un plato con “mérito pero imperfecto”, Adriana por falta de “punch”, Manuel por hacer un “puré de fresas en vez de una tarta”, Inés por hacer un “merengue con prisas”, Javier por su primer cupcake “falta de relleno”, Antony por una elaboración “descentrada”, Henar por un plato “con fallos”, Luna por un pescado “no bien resuelto” y las gemelas Gina y Nina por una “masa muy cruda”.
Sorprendidos por la evolución de los aspirantes en tan solo una semana, los jueces decidieron dar los máximos puntos a Nicolás y Aurora.
Prueba de exteriores con “rebeldes sin causa”
Para la prueba por equipos, el equipo y los aspirantes volvieron a uno de los lugares más icónicos del talent: el Palacio Real, donde se vivió el primer casting y donde arrancó la aventura que ya dura 8 años. Esta vez, y en compañía del chef Dani García, la prueba sirvió de homenaje a todos los voluntarios que repartieron comida durante el confinamiento.
Para ello, los aspirantes se dividieron en dos equipos, capitaneados por Nicolás y Aurora. El primero escogió trabajar junto a Javier, Asier, Adriana, Pablo, Henar y Luna, y la segunda se decantó por Celia, Javi, Inés, Gina y Nina y Antony. Ambos bandos hicieron un menú solidario para 100 comensales en solo 175 minutos.
Durante el cocinado, el equipo de Aurora se desesperó por la actitud de Javier que no pedía tareas y molestaba, y hasta se comía la tarta antes de servirla. Aún así, el equipo más lento y descompensado fue el azul al que tuvo que entrar Pepe para no tener que retrasar el servicio.
Javier y Antony se comen el postre antes de servirlo
Finalmente, los comensales se fueron contentos, pero Pepe no dejó pasar la oportunidad para abroncar a su equipo: “No me podéis dar estos cocinados, que os pedía que hicierais una cosa y después hacíais otra”, se quejó.
Sobre el equipo rojo, Jordi aseguró que había dos bandos: “El de las hormiguitas como Inés, Celia, Gina y Nina cumpliendo órdenes de la capitana y por otro el de los diablillos con Javier y Antony que han pasado más tiempo discutiendo que trabajando”.
Minutos después, los tres jueces decidían que “el equipo ganador de la prueba de exteriores” fuera el rojo.
La prueba de eliminación más “dramática”
Los aspirantes regresaron a cocinas para enfrentarse a la prueba de eliminación. Todos excepto Aurora, Celia e Inés que se habían alzado con los máximos puntos y se habían garantizado su continuidad una semana más.
El resto tuvo que participar en el reto más dulce en el que elaboraron caramelos con palo de varios sabores, ante una de las visitas que más ilusión les hizo: la de Lu, ganadora de MasterChef Junior 7.
Lu vuelve a las cocinas de MasterChef Junior
Pero aunque el reto era “dulce” acabó con los nervios de muchos de los aspirantes que no pudieron reprimir las lágrimas: Luna por estar perdida ante la elaboración, Adriana por la falta de tiempo y las gemelas por no entenderse.
Aún así, lograron presentar sus platos ante los jueces que decidieron repartir 2 puntos a Luna, 3 a Henar, 4 puntos a Nicolás, 5 para Asier y 6 puntazos para Javier. Por lo que los aspirantes que abandonaron las cocinas fueron Pablo, Adriana y Manel.