Macarena Rey es una de las directivas más importantes del sector televisivo español. CEO de Shine Iberia, productora englobada en el gigante Banijay que adapta sus formatos por todo el mundo, es la máxima responsable de programas como MasterChef, que este martes ha estrenado su novena edición como estrella del prime time de La 1 de TVE.
Hablamos con ella sobre la importante alianza que su empresa ha forjado con la cadena pública, también en Maestros de la costura y Prodigios, y nos reconoce su perfecto entendimiento a la vez que lo normaliza: “Es algo natural no sólo en TVE, sino en todas las cadenas, que las productoras que le dan éxitos sean recompensadas encargándoles formatos nuevos”.
De cara a la nueva edición de MasterChef, valora el trabajo que deben realizar para reinventarse y así poder competir con los realities de Telecinco, responde a las quejas por acabar de madrugada, e incluso valora que Cristina Cifuentes no sea una de las próximas Celebrities: “Después de tener a Celia Villalobos, me parece que habría sido más de lo mismo”.
En Vertele a veces hemos definido a 'MasterChef' como el salvavidas del prime time de La 1. ¿Lo ve así?
[Ríe] Bueno... no soy yo la que debe contestar a esto. En TVE están muy contentos con los resultados de MasterChef en todas sus versiones. Y además yo creo que una de las razones de su longevidad es la diferencia que tienen esas versiones. Al final, los Junior van en Navidad a un público muy determinado, el tono es diferente, los jueces juegan, se disfrazan, y ayudan a los niños... El Celebrity es un show, cuya excusa es la cocina pero al final es una celebración cargada de sentido del humor con los famosos ayudándonos a conseguir ese ambiente. Y la versión original es cocina pura, sacrificio, evolución y sufrimiento si quieres cambiar de vida y convertirte en cocinero. Por eso los jueces en esta están muy serios y centrados, con la máxima exigencia.
Todo eso convierte en una suerte tener 30-32 semanas de programa, y que la gente no se canse. Para eso nosotros nos curramos mucho las pruebas, los cambios, los giros... Repetimos pruebas que funcionan, pero no solemos repetir la mayoría de ellas. Estamos muy orgullosos y contentos.
Por esto que cuenta y tras tantas ediciones, ¿es difícil sorprender? ¿Se intenta jugar más con el casting que con la mecánica?
Nuestro trabajo está en sorprender. Cambiamos mucho las pruebas, insisto. Hay pruebas que funcionan y se quedan, como la de seguir al chef, la subasta o el robo; porque definen mucho a los personajes, y por eso permanecen. Pero hablamos de 30 pruebas y de muchos años, nos seguimos reinventando, y evidentemente la clave, el 50% del formato, está en el casting. Es lo que marca la diferencia, y nosotros lo que intentamos y creo que logramos es hacer castings diferentes. Luego siempre nos van a decir “mira, una persona mayor”, pero es que los castings tienen que tener toda la variedad existente para que todo tipo de público se sienta identificado. Por eso tenemos que tener todas las edades.
¿Cómo ve al casting de este año?
Este año concretamente hay más gente joven, porque ha salido así. Seguramente por la pandemia ha habido un montón de gente que desgraciadamente no estaba trabajando, o estaba en ERTE o confinada, y los jóvenes se han apuntado más que gente de mediana edad. Estamos muy contentos y creo que tenemos el mejor casting que hemos hecho en nueve años, gracias a la afluencia de candidatos que hemos tenido.
Una sorpresa para la versión 'Celebrity' era el supuesto fichaje de Cifuentes, como se había dicho, pero ya hemos confirmado que no estará
¿A ti te parece que habría estado bien? Yo después de tener a Celia Villalobos, me parece que habría sido más de lo mismo [ríe]. Nuestro deber está en sorprender con los castings del Celebrity, y si miramos de la primera a la quinta edición, lo hemos hecho. No tienen nada que ver los perfiles de un año con otro. Y este año volvemos a sorprender.
Se rumoreó también un posible cambio de jueces. ¿Se ha barajado en algún momento incluir o modificar, como ya se hizo puntualmente con Loles León?
No. Con Loles se cambió porque, además de ser concursante del programa y ser de la “familia MasterChef”, consideramos que tiene una afinidad y más cercanía en edad con esas personas más mayores. Samantha también lo habría hecho muy bien. Pero ese rumor del cambio de jueces... [ríe] me gusta ver que MasterChef despierta tanto interés. Que una promo, que hacemos normalmente varias genéricas antes de empezar la temporada, haya despertado esto, es una cosa absurda.
Soy de la opinión de que las cosas que funcionan no se cambian, y ese trío de jueces funciona muy bien. La relación que tienen en pantalla es la misma que fuera, son muy amigos y hay mucha química. Todo fluye muy bien, y eso es muy complicado de conseguir porque cuando tienes más de un presentador, cada uno viene de un sitio y tiene su perfil. Pero ellos se llevan muy bien, se compenetran y se conocen, con lo cual hay una naturalidad y una verdad, que para mí es lo más importante en televisión, que no es fácil de encontrar. Nosotros estamos contentos, TVE también, y ellos también lo están y no tienen ninguna intención de irse, porque además MasterChef ha sido para ellos un salvavidas durante toda esta pandemia por permitirles seguir conectados con la cocina cuando todos sus negocios estaban cerrados. Lo que no está roto, no lo arregles.
A veces hay sorpresas o cambios de mecánica que enfadan a los espectadores, como cuando en 'Maestros de la costura' cambiaron de vestido a mitad de prueba. ¿Cómo se nivela el espectáculo con la justicia?
Nosotros somos humanos, y nos podemos equivocar. Y de hecho, a lo largo de estos nueve años en MasterChef o en Maestros, hemos hecho giros de reality que no han salido bien, y que no hemos vuelto a repetir.
Por ejemplo los cambios de equipo o de vestidos, es algo con lo que viven cada día los cocineros o en un taller. En un taller tú estás preparando un vestido, y la jefa o costurera que lo estaba haciendo se pone enferma y ese vestido hay que entregarlo, y le toca a otra persona que ni lo había visto nunca. Y en cocina igual, sin tener ni idea de hacer entrantes y llevar meses en la partida de postres, te toca porque esa partida va mal. Esto son mecánicas que nosotros consultamos con los jueces, en el caso de Maestros con Lorenzo, María y Palomo, y nos dicen que es lo más normal del mundo, que los trajes los empiecen unos y los acaben otros. Y no pasa nada.
Hay otro tipo de mecánicas de reality que, te doy la razón, en un momento dado nos podemos equivocar. Pero en este caso de cambiar equipos o tareas, es que es lo que anima el programa. Si no estaríamos en La 2 [ríe].
Los resultados son buenos para La 1.
Hay que darse cuenta, y no es por echarme flores, pero es muy complicado lo que hacemos cada temporada. Nosotros vamos con unos formatos muy blancos, muy familiares, y competimos con otros muy de reality, mucho más fuertes, como pueden ser La isla de las Tentaciones, Supervivientes o Gran Hermano. Al final hay que llamar la atención y hay que entretener. Y lo hacemos cosiendo y cocinando.
Si nos remontamos al inicio de la temporada, Shine Iberia siempre ha tenido un formato en emisión en La 1. ¿Qué representa esa alianza con TVE para su productora?
Es muy importante. Hemos encontrado un entendimiento y una forma de trabajar muy cómoda para los dos. Nos encargan programas porque confían en nosotros, y les devolvemos esa confianza con datos. Es evidente que si nuestros programas no funcionaran, no nos encargarían más. Es algo natural no sólo en TVE, sino en todas las cadenas, que las productoras que le dan éxitos sean recompensadas encargándoles formatos nuevos. Para nosotros es una alianza muy importante, y además cuando las relaciones llevan tiempo cada vez son más sólidas y más productivas.
¿Y para TVE, no supone una cierta dependencia de Shine?
TVE es coherente. Al final, están contratando a otras productoras, y a nosotros. Y lo nuestro les funciona, mientras que lo de otras productoras unas veces sí, y otras veces no. Creo que nosotros hemos encontrado el equilibrio: entendemos muy bien lo que quieren ellos, entendemos cómo es el púbico de TVE, e intentamos dárselo. Que nos podemos equivocar, y nos equivocamos, pero llevamos tanto tiempo que ya acertamos bastante el tiro.
El éxito de 'MasterChef' y su versión 'Celebrity' es innegable, aunque su versión infantil tiene datos inferiores. Lo mismo pasa con 'Prodigios', y 'Maestros de la costura' también supera la media de la cadena. ¿Hay listones para renovar, hay exigencias?
No. Ellos están muy contentos precisamente porque llevamos tantos años que sabemos lo que quieren y lo que buscan, lo que podemos y no podemos hacer, dónde podemos meternos y dónde no... Y al final lógicamente lo que quieren es que estemos por encima de la media de la cadena. Y estamos muy por encima de ella, con lo cual están muy satisfechos.
Es verdad que hay formatos como Prodigios que no llega a los datos de MasterChef. Pero también entienden que estamos hablando de un servicio público, y el arte y la cultura es casi una obligación de una cadena pública. Tampoco la inversión es la misma. Pero con Prodigios, al final, hemos conseguido llevar al prime time la música clásica y las artes escénicas, la lírica, la danza... No tienen un escaparate como este, al final son cinco semanas al año, tampoco es mucho, y creo que es casi un servicio público y una obligación de una televisión darle un poco de escaparate a la cultura. Por eso no son tan exigentes en el dato.
Una queja que suelen recibir los formatos de Shine en TVE es la duración. ¿Por qué TVE no cumple con su compromiso horario, que se lo autoimpuso la propia cadena?
Sí cumple. Lo que han hecho es adelantar el prime time, y esto a nosotros nos afecta a nivel dato, porque vamos sin teloneros contra El Hormiguero, por ejemplo. Al final todos empiezan el prime time a las 22:30, y TVE lo empieza a las 22:00. Esto nos quita un par de puntitos.
Pero también alargarlo hasta la madrugada permite subir un poquito la cuota, que es a lo que nos referimos.
Sí, pero este programa no está alargado artificialmente. Este programa es así la estructura. Para acortarlo tendríamos que quitarle una prueba, arrancar con el exterior o arrancar con el plató y llevar a la eliminación. Es decir, hacer dos pruebas y no tres. Y el formato no está diseñado así. Nosotros concebimos el programa casi como una película, y tiene una historia que contar de los personajes que están dentro, y vamos construyendo las tramas con un ritmo. Y la verdad es que lento no es el ritmo [ríe].
Entiendo lo que dices, que se acaba muy tarde. Pero luego ves los datos del diferido y de la emisión del sábado, y piensas: bueno, la gente que no lo quiera ver en emisión, tiene varias opciones para verlo. Los datos del diferido son cada vez más importantes, y los nuestros son impresionantes. Al final, nuestro programa lo ven cuatro millones de personas cada semana, que es mucho.
Desde su productora también se ha impulsado otra faceta de negocio, extratelevisiva. Además de los libros, producen la presentación de la nueva colección de Palomo Spain, por ejemplo. ¿Cómo es esa estrategia? ¿Cambiaría o no existiría si TVE tuviese publicidad?
Ojalá tuviese publicidad [ríe]. Si TVE tuviese publicidad, esto se multiplicaría por veinte, como se multiplica por veinte en todos los países en los que se emite en cadena comercial, que es en casi todos. Somos de los pocos países donde se emite en cadena pública, junto con Reino Unido, pero en BBC sí hay publicidad. El escaparate para vender producto derivado, si fueras comercial, sería mucho mayor. Y el retorno mucho mayor. Así que al revés, creo que haríamos más cosas y más licencias a productos. Nos llegan muchísimos productos de gran consumo interesados por licencias, pero al no poder enseñarse en el programa, pierden interés.
Fuera del entretenimiento, anunciaron también el desarrollo
Va muy bien. Estamos ya terminando los guiones y en proceso de casting.
¿Va a alcanzar o reflejar su etapa actual?
Nosotros llegamos hasta que es padre, pero estaba así planteado desde el principio en esta primera temporada. En una segunda, ya veremos. Hay muchas cosas que contar de su niñez y su vida. Es un personaje tremendamente interesante, y con muchísimos ángulos.
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