Mercedes Milá asistió este viernes a la última emisión del Deluxe. La histórica presentadora de Gran Hermano había rechazado la invitación del programa en multitud de ocasiones, pero anoche quiso estar en la despedida de un formato que ha acompañado al público durante 14 años.
Milá demostró una vez más que se siente libre de decir lo que piensa. O eso parece, pues cargó contra la cúpula de Mediaset por haber cancelado Sálvame y el Deluxe. Es una decisión “ideológica”, llegó a decir.
“Alguien en las alturas dijo: 'se acabó'. Sin discusión. Es una cosa que me parece horrible”, lamentó la invitada mientras era entrevistada por Terelu Campos y María Patiño.
“Cuando me llamasteis para venir, dije: ¿cómo no voy a ir? Primero, por solidaridad. Segundo, por el cariño que les tengo a Óscar y Adrián [dueños de La Fábrica de la Tele]. Y porque creo que este es un tema ideológico. Aquí hay que militar, y por eso estoy esta noche aquí”, defendió la catalana.
“Yo milito con la libertad, con la opinión, con la creatividad, con el espectáculo, con el trabajo bien hecho...”, insistió.
Hora y media después, cuando acabó su visita, Milá miró a cámara para lanzar un mensaje a los miembros del equipo.
“Deseo que todos los que recibís un sueldo de La Fábrica de la Tele, y sus creadores, tengáis suerte. Saldréis adelante. La vida está por delante, no os pongáis nostálgicos. Si aquí alguno no os ha sabido entender, no os preocupéis. Os entenderán otros allí”, les dijo antes de abandonar el plató.
Que la cancelación de Sálvame responde a motivaciones ideológicas no es la primera vez que se dice. El programa de “rojos y maricones” será sustituido en septiembre por el nuevo magacín de Ana Rosa Quintana, cuya productora, Unicorn Content, gana peso en Mediaset con esta jugada en detrimento del que tiene La Fábrica de la Tele.