La actriz Mónica Cervera vive en la calle. La protagonista de Crimen Ferpecto, película por la que fue nominada al Goya como Mejor actriz revelación en 2005, lleva tiempo alejada de las cámaras que le hicieron conocida entre el público con papeles en varias series y largometrajes.
Manos a la obra, la mítica comedia de Antena 3 sobre las peripecias de Manolo y Benito, la fichó en 2001 para encarnar a Nicolasa, un personaje al que dio vida durante 12 episodios. Pocos años después, en 2006, le encargaron un trabajo en el serial de TVE Con dos tacones, y entre 2013 y 2016 interpretó a Marijose, la hermana de Amador Rivas en La que se avecina (Telecinco).
Ahora, su vida ha cambiado totalmente. Cervera, de 48 años, vive en un parque de Málaga, su ciudad natal. Dice que ha elegido “voluntariamente” esta “forma de vida”, y pide respeto: “Me tienen que respetar. Quiero que me dejen en paz y vivir como yo he elegido vivir”, le ha contado a la revista Semana.
De hecho, cuando se le pregunta si ha recibido ayuda de alguno de sus compañeros de profesión, responde tajante: “No necesito nada de nadie”.
Cervera descarta volver a trabajar en los platós de rodaje y no parece guardar muy buen recuerdo del mundo de la ficción: “No quiero que me nombren la palabra televisión ni cine. Estuve ahí en su día, pero no quiero volver nunca. Estoy bien como estoy, no quiero hablar de ese pasado”, declara.
Cervera tiene familia en Málaga pero quiere vivir de manera autónoma, aunque sea “pidiendo [dinero o comida] en uno de los semáforos de la ciudad”.
En su cuenta de Instagram ha publicado algunas fotografías de su nueva vida, esa que discurre lejos de los focos y las cámaras.