La movilización por Israel en plena matanza en Gaza y el 'truco' de los 20 votos le facilitaron ser segunda en televoto

Marcos Méndez

La participación de Israel en Eurovisión 2024 se convirtió en un escaparate para que la movilización sionista demostrase cómo ha calado la victimización del estado hebreo entre parte del público europeo, mientras prosigue la masacre en Gaza que ya alcanza los 35.000 muertos, la mayoría civiles e incluyendo miles de niños.

Antes de la final, en verTele ya analizamos lo que pasaría: que los jueces no valorarían mucho la propuesta de Eden Golan con Hurricane (principalmente porque no era espectacular, ni tan siquiera diferente), pero que en el televoto recibiría un apoyo masivo. Como explicamos, se beneficiaría de que el voto es “en positivo”: la polarización haría que los pro-Israel concentrasen sus votos en Eden Golan, mientras que el voto “en contra” podría dispersarse entre las otras 24 candidaturas.

Y así sucedió. Para los jueces, Israel fue 12ª con apenas 52 votos, muy lejos de los 365 que logró Suiza como favorita de los jurados profesionales. Sin embargo, en el televoto fue segunda con 323 votos, sólo por detrás de Croacia con 329. Eden Golan recibió la máxima puntuación de 12 puntos desde quince países, incluido España, y la segunda máxima de 10 puntos en otros siete países.

En España, la derecha y la extrema derecha se han posicionado claramente en favor de Israel, reduciendo la matanza contra el pueblo palestino a una respuesta del estado hebreo por los asesinatos de Hamás. Justo antes de la final, el PP elevó el tono con su portavoz Borja Semper, el alcalde de Madrid Martínez Almeida, y la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso intentando relacionar el criticar a Israel con apoyar a Hamás.

Ese posicionamiento, potenciado por los medios y seudo-medios conservadores, caló profundo entre sus votantes y seguidores. Y en redes sociales, ha habido un mensaje que se ha hecho viral por ejemplificar perfectamente esa idea. El mensaje es de Pilar R Losantos, presidenta de OK Diario, y en él muestra cómo ha gastado 21,80 euros por emitir 20 votos favorables a Israel, el máximo permitido. Valora incluso que es “el dinero mejor invertido del año”.

Obviando las mofas que se han desatado en redes a posteriori, al comprobar que todo ese dinero para votar no sirvió para que Israel ganara, a algunos también les ha llamado la atención ese sistema de votación de la UER. Aunque lo cierto es que es lo históricamente habitual en todas las votaciones televisivas, pero esta vez facilitando no tener que enviar muchos mensajes o efectuar muchas llamadas.

Mucho antes del festival, la UER ya había explicado cómo se podía votar: además de los mensajes y las llamadas, también se podía participar a través de la web y la App desde todos los países, tanto participantes como no participantes. Y la informatización del sistema permitía también recortar los tiempos: en vez de llamar diez veces o enviar diez mensajes para votar diez veces por un país, desde la web y la App se podía hacer “de golpe”, con un máximo de 20 votos. Como ya se había explicado, cada voto costaría 0,99 céntimos, y solo los mayores de 18 años podían participar en el sistema. De hecho, el proceso podía repetirse, simplemente que en cada pago podían incluirse como máximo 20 votos: si querías votar 40 veces, lo podías hacer sólo en dos pagos, en vez de enviar 40 mensajes, o de efectuar 40 llamadas.

Ese nuevo sistema se ideó principalmente para unificar el proceso y animar a que la gente votase más: es más tedioso mandar dos mensajes, o hacer dos llamadas, que simplemente poner “2” en vez de “1” en los votos; y vía web al valer únicamente 0,99 euros, podían animarse a votar más veces a un país, o incluso a votar a más de un representante, ampliando los beneficios económicos para la UER. Pero es innegable que ese sistema también permitió que los que se tomaron Eurovisión como un escaparate para apoyar a Israel se organizaran y unificasen sus votos para garantizarse los excelentes datos de televoto que tuvo Eden Golan.