Las fronteras de Netflix: el mapa de cómo las series y películas de habla no inglesa se expanden por el mundo
Todos conocemos la historia de Once y los chicos de Hawkins, las estrategias de El Profesor y su equipo para robar el Banco de España, también los secretos para ganar los crueles juegos infantiles y llevarnos el millonario premio coreano. Aunque la popularización de las plataformas como Netflix ha traído fenómenos globales vistos simultáneamente en decenas de países, todavía existen fronteras en el consumo que marcan la cultura del streaming en cada continente, país o incluso ciudad.
En el mapa que está al principio de esta noticia podemos ver la serie o película más vista en cada país. Si viajamos hasta la semana del 19 de diciembre en el mapa se aprecia esta brecha. En Europa y Norteamérica, la serie más vista en todos los países es The Witcher. En América Latina, el culebrón sobre la industria del reggaeton en Medellín con La reina del flow. Y en el mundo árabe, los últimos coletazos del éxito de La casa de papel.
Estas brechas, sin embargo, esconden un fenómeno: la expansión de producciones de habla no inglesa que diluyen el tradicional monopolio estadounidense en el sector audiovisual. Según datos de la plataforma Netflix analizados por elDiario.es, el 43,7% de las series (originales o bajo licencia) que estuvieron en lo más visto durante el último año se producen en otras lenguas.
“Ahora los entornos televisivos locales pueden llegar más allá de lo que tradicionalmente era su ámbito de exposición”, explica Alberto Nahum García, profesor titular de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Navarra y autor de Series contra cultura. Desde cualquier parte del mundo (siempre que tengamos conexión a internet) podemos disfrutar del último éxito del cine coreano o el culebrón más popular de Latinoamérica.
Poco a poco se está dando paso a nuevas lenguas y culturas en el extenso y atiborrado mundo del entretenimiento. Las series en español son las más consumidas después de las inglesas. Los datos analizados por este medio incluyen las 10 series y películas más vistas en Netflix de 94 países en cada semana desde julio de 2021. Hay que tener en cuenta que no todos los países cuentan con las mismas licencias para las producciones que no son de la plataforma. Y tampoco la cuota de mercado es la misma en cada país, pero la plataforma no publica cifras desglosadas por espectadores.
Según esos datos, once de las veinte series originales de habla no inglesa más vistas en el último año dentro de la plataforma estadounidense son en español (seis de éstas pertenecen al género de la telenovela). El resto son en coreano (8) y en árabe (Escuela para señoritas de Al Rawabi).
Con la internacionalización de producciones de habla no inglesa, las plataformas están invirtiendo grandes esfuerzos en el doblaje. Sobre todo en las series, que se benefician de su “relato fragmentado y tiene más capacidad de enganchar que las películas”, según Alberto Nahum García.
No es casualidad que las plataformas de streaming apuesten por este tipo de contenido, ya que se traduce en más horas de visionado. Todavía hay regiones escépticas a consumir series y películas en idiomas diferentes al propio. “Aunque cada vez hay más gente que consume en versión original en el caso de las lengua minoritarias como el finés, el sueco o el coreano, la gente lo ve doblado”, explica Elena Neira, especialista en nuevos modelos de distribución audiovisual y autora de Streaming Wars: La nueva televisión.
De tu televisión al mundo
La última temporada de La casa de papel fue lo más visto en cincuenta y seis países durante los meses de septiembre y diciembre de 2022. Un año antes, de septiembre a noviembre de 2021, El Juego del calamar se coló en las pantallas de millones de espectadores por todos los continentes. Dos hitos seriéfilos del último año, que todo el mundo vio de forma casi unánime.
Los fenómenos globales lo son porque apelan a lo colectivo, según los expertos consultados. Poco importa si se producen en Europa o Asia, si compartimos nacionalidad con los protagonistas o si conocemos la moneda del país donde transcurre la historia. Nos atrae lo conocido, aquello con lo que podemos identificarnos.
“Netflix produce con el mercado local en mente, pero sabe que esa serie tiene tintes que gustan en otros sitios”, explica Ana Botella, docente de la Universidad de Valencia en el departamento de Dirección de Empresas Internacionales. Es decir, hace referencias directas a características locales a la vez que utiliza códigos culturales que se entiendan en todo el mundo, según la investigadora.
Series como Stranger Things o Los Bridgerton son ejemplos de producciones estadounidenses convertidas en fenómenos globales. En parte gracias a las grandes campañas de promoción por parte de la plataforma, pero no sería posible sin ese factor compartido. Aunque ambas están ambientadas en épocas anteriores (algo llamativo para los espectadores), las historias apelan a sentimientos como un amor imposible, la superación personal o los problemas dentro de las relaciones de amistad.
El modelo de consumo masivo de estos fenómenos globales estaba hasta hace unos años reservado para las audiencias de televisión. Actualmente, además de las horas de visionado y las estadísticas oficiales de Netflix, hay otros indicadores que miden el éxito de estas producciones.
La popularidad de los actores principales en redes sociales o las búsquedas de Google son algunas de ellas. HoYeon Jung, una de las actrices principales de El Juego del Calamar, pasó de tener 400.000 seguidores a superar los 18,5 millones pocas semanas después del estreno de la serie. La búsqueda de términos relacionados con la producción coreana se intensificó durante las semanas con más visualizaciones.
Otra tendencia común es la 'americanización' de las producciones, en las que el factor local queda en un segundo plano. “Consumimos más producciones locales porque las plataformas le dan más oportunidades, pero los registros son cada vez más americanos por su forma de presentación (con doblajes y subtitulados), el modelo de promoción e incluso por su estilo narrativo”, aclara Elena Neira. Son las producciones de siempre, con caras nuevas y escenarios diferentes.
La periodista y profesora especializada en cine y televisión ejemplifica esta realidad con una serie española: Élite. Se trata, según explica Neira, de una producción local que nada tiene que ver con España o sus costumbres. “Es una historia que podría haberse grabado en cualquier otra parte”, asegura.
Este tipo de producciones consumidas a nivel mundial son muy efímeras, “tienen un pico de visionado muy elevado que se contrae rápidamente”, explica Neira. El modelo de consumo de Netflix (que lanza todos los capítulos al mismo tiempo) consigue cuotas de audiencia muy altas pero fugaces.
Además, la continua hemorragia de series y películas en las diferentes plataformas de contenido a la carta dificulta el consumo masivo de un mismo producto. “El fenómeno global cada vez es más complicado porque hay tantísimo para ver y tantos nichos y generaciones que ya no hay una conversación global en torno a un mismo elemento”, analiza Alberto N. García.
Los datos publicados por Netflix revelan que las series que más se han expandido durante este último año son Stranger Things (con una media de 5,6 semanas por país siendo la más vista), El juego del calamar (5,2 semanas de media), La casa de papel (3,2) y Los Bridgerton (2,4). Las cuatro películas con más éxito mundial, por su parte, son Alerta roja (con una media por país de 2,6 semanas), No mires arriba (2,5), El timador de Tinder (2,1) y El proyecto Adam (2,1).
Para evitar el éxito pasajero y dilatar la conversación en torno a las series y películas más vistas, Netflix busca huir del 'modelo maratón'. “El estreno en bloque provoca reacciones viscerales y profundas, pero de forma muy concentrada”, explica Neira. Por ello, este sistema de estreno (marca de identidad de la plataforma) está derivando hacia la fragmentación.
Las últimas temporadas de Stranger Things y La casa de papel se han estrenado en dos partes, con un mes entre la primera y la segunda. Esta estrategia provoca también el fenómeno de “rewatch”: los usuarios consumen toda la serie o alguna de sus partes antes de ver los nuevos episodios; lo que se traduce en más horas de visionado para la plataforma y una retroalimentación en redes sociales.
Los grandes fenómenos locales
En la sombra de los grandes títulos, se observan los patrones de consumo particulares de cada región. Destaca principalmente el visionado de telenovelas en Latinoamérica y España. Títulos como Café con aroma de mujer o La reina del flow son una constante en ambas regiones.
Según el análisis elaborado por el equipo de elDiario.es, la primera se mantuvo una media de 7,9 semanas por país como la serie más vista de Latinoamérica (además de 11 en España) y ocupa la quinta posición en el ranking mundial de las series más vistas. Por su parte, la telenovela protagonizada por la actriz y bailarina colombiana Carolina Ramírez estuvo 4,2 semanas de media siendo la serie más vista de Latinoamérica y siete semanas en Europa (dos en Luxemburgo, una en Portugal y cuatro en España).
Como muestran los datos, el éxito de los culebrones se concentra en América Latina. Parte de su popularidad se debe a que son “productos que permiten una emocionalidad rápida, exagerada, que te hace entrar y desconectar de tu vida cotidiana sin necesidad de una gran sofisticación”, asegura Alberto Nahum García.
Es un producto fácil que engancha a jóvenes de diecisiete años y personas de ochenta; y en el que influye la nostalgia del usuario (se consume de forma reiterada producciones estrenadas hace años en televisión). Hay títulos posicionados en lo alto del ranking que únicamente se consumen de forma masiva en esta región: Nuevo rico, nuevo pobre, El cartel de los sapos: El origen o Pedro el escamoso.
Además, que se trate de series producidas en el idioma local facilita el consumo. “Hay mucha más circulación de contenido local con capacidad de viajar globalmente, aunque todavía hay cierta resistencia a ver una producción en una lengua que no sea la propia”, explica Neira, especialista en transformación de los hábitos de consumo. Esto mismo sucede en Asia, donde la mayor parte de las producciones locales son en coreano y, en menor medida, japonés.
Las producciones coreanas han llegado para quedarse. “El fenómeno del k-drama no tiene nada de reciente, ya tenía su mercado pero en los últimos años ha tenido una explosión importante”, asegura Elena Neira. De ahí que se hayan popularizado producciones como El Juego del Calamar (la segunda serie más vista en todo el mundo después de Stranger Things) o Estamos muertos (en la décima posición del ranking global, con una media por país asiático de 2,8 semanas en primera posición). Israel es el único país de la región en la que no ha ocupado la primera posición dentro del periodo analizado.
Propuesta Laboral es la tercera serie original coreana con más éxito en todo el mundo, en la posición número veintidós del ranking global. Se mantuvo de media de 2,5 semanas por país como lo más visto. Woo, abogada extraordinaria es otra de las producciones locales más popularidad en Asia, con una media por país de 1,9 semanas siendo lo más visto en la plataforma. Corea del Sur (único país en el que ninguna semana de las analizadas, sin excepción, se posiciona una serie en inglés como la más consumida) es la región donde más se ha mantenido en la primera posición del ranking.
El monopolio de Hollywood en las películas
Las producciones en inglés aumentan en el sector cinematográfico: Norteamérica continúa siendo el gigante de las películas. El 81,4% de las producciones más vistas en todo el mundo durante el periodo analizado son originales de habla inglesa. En todos los continentes se consume más del 65% de películas producidas en inglés. Asia destaca sobre el resto: es la región donde más producciones locales se consumen (el 34% son de habla no inglesa). Por su parte, Norteamérica y Oceanía son las zonas con el porcentaje más bajo en cuanto al éxito de películas de habla no inglesa; con un 2,6% y un 7% respectivamente.
Estas producciones se mantienen menos tiempo entre lo más visto de cada país: la media por país no supera las tres semanas en ninguno de los casos. “Las películas están hechas para verlas de un tirón. No es lo mismo sentarte a ver una serie, que pueden ser veinte horas”, explica el docente Alberto Nuham García. Sin embargo, su consumo está mucho más generalizado. Alerta Roja se posicionó como lo más visto en los 94 países analizados.
Además, es un consumo más inmediato: en el ranking de las treinta películas más vistas no hay ningún clásico del cine. Lo que sí es un clásico son sus protagonistas: Dwayne Johnson o “La roca”; Gal Gadot, protagonista de Wonder Woman; Leonardo DiCaprio o Jennifer Lawrence son algunos de los actores principales de las producciones más vistas. La industria cinematográfica apuesta por caras conocidas como estrategia para atraer a los usuarios.
Las películas más vistas en este último año son Alerta roja, con una media de 2,6 semanas por país en lo más visto; No mires arriba, con 2,5 semanas de media; El timador de Tinder, con una media de 2,07 semanas; y Proyecto Adam, con 2,05 semanas de media en todos los países.