Ni que fuéramos Shhh anunció este miércoles una serie de bombas que fueron 'detonando' a lo largo de la tarde. La última de ellas, programada para el final del programa -que ha dado el salto a la TV en abierto gracias a Ten- desveló el fichaje de uno de los rostros más icónicos de Sálvame: el de Conchita Pérez y su emblemático polígrafo.
El espacio presentado por María Patiño fue lanzando varios cebos y colocó un maletín en medio del plató en el que se escondía la pista clave para entender lo que muy pronto iba a ocurrir en este formato que ha recuperado la esencia del anterior. En el tramo final de la emisión, Lydia Lozano se fue con él a la calle para descubrir con la gente de a pie su contenido. “Vais a flipar. Yo te lo juro que decía se ha acabado Sálvame. Pero ahora sí que estamos al completo”, dijo entre tientes la tertuliana.
Tras enseñárselo a varios viandantes, la canaria abrió la caja para enseñar que dentro se escondían unos cables, los correspondientes a la famosa máquina de Conchita. Enseguida, Ni que fuéramos lanzó una promo en la que se anunciaba su vuelta: “Varios estudios científicos aseguran que mentimos una media de dos veces al día. En televisión esa media se multiplica por tres”, se pudo leer en un primer rótulo.
Conchita anuncia su regreso
“Hace 75 años, George Orwell dijo: 'En una época de engaño universal la verdad es un acto revolucionario'. La verdad es un acto revolucionario. Llega la revolución de la verdad a Ni que fuéramos”, rezaba otro grafismo que anticipaba la reaparición en pantalla de la zaragozana. “Por mucho que os empeñéis, verdad sólo hay una y la controlo yo. Muy pronto, mi polígrafo y yo estaremos ahí para poner orden”, aseguró Conchita en una noticia que fue celebrada entre los colaboradores del nuevo formato.
“¡Conchita! Que por cierto le pone muy nervioso Matamoros porque le atrae”, empezó diciendo Patiño, haciendo alusión a unas declaraciones recientes de la poligrafista en la que desveló su atracción por el tertuliano. “¡Estamos volviendo a reunir a toda la familia!”, destacó la presentadora. “Estábamos desperdigados. A mí me alegra muchísimo”, comentó la periodista antes de que sus colaboradores intentasen adivinar quién sería el primero en pasar por la máquina de la verdad, con nombres como los de Marta Riesco y Terelu Campos como primeras ideas lanzadas al aite.