Las notas de Laura Madrueño en 'Supervivientes 2023': sus aciertos y cuentas pendientes
El pasado 2 de marzo, Laura Madrueño se enfrentaba a su propio salto del helicóptero (televisivo) pasando de dar el tiempo en Telecinco, a conducir Supervivientes 2023, el reality estrella de la cadena.
Se trataba de una de esas oportunidades en la vida que sabes que van a marcarte. Un reto que podía convertirse en un regalo envenenado muy fácilmente y, sin embargo, la madrileña ha logrado ganarse el respeto de concursantes, equipo y espectadores en su nuevo rol. Lo ha hecho jugándose todo a una misma carta: la de continuar con un legado que ya era bueno, lejos de renegar de él.
Analizamos las tres claves que han hecho que Laura Madrueño salga airosa de su primer año en uno de los formatos más complejos de la televisión:
Al sol de Lara Álvarez, y no a su sombra
Lara Álvarez dejaba el reality después de 8 temporadas como su copresentadora. Y no una cualquiera, seguramente la más querida por la audiencia, la más acertada y la más adecuada para dicha misión.
La asturiana había logrado mimetizarse con el programa, siendo casi sinónimo de él: a su nombre se le añadían los adjetivos de aventurera, todoterreno, valiente, arriesgada y un largo etcétera que se había ganado a pulso tras años dejándose la piel en dicha labor.
Por lo que dejaba un listón muy alto para quien tomara su relevo. Madrueño lo sabía y para no enfrentarse a esa alargada sombra de Lara, prefirió tomarla como referente y continuar su camino. Tomar su relevo, en vez de convertirse en la “sustituta”.
Así, la nueva conductora siempre ha agradecido a Lara los consejos brindados, frente a las cámaras ha hablado de ella sin tapujos, y ha mostrado humildad al tenerla enfrente el día que apareció en plató. No ha perdido su tiempo en borrar la figura de una presentadora a la que muchos iban a echar de menos, al contrario, la ha mantenido viva y eso ha dado su propio lugar a Madrueño.
Un micro abierto que demostró su calidez con los concursantes
Pero para hacer un buen papel como conductora de Supervivientes no basta con ser aventurera y caer bien a la audiencia, también es imprescindible tener buena química con unos concursantes que están al límite.
Con famosos viviendo en condiciones extremas, lejos del glamour de su vida diaria y de cualquier filtro, está el peligro de que abandonen tras las numerosas pruebas y el costoso casting que ha realizado el programa. Por eso, dentro de lo malo, la presentadora debe ser el nexo acogedor entre su casa y la isla.
Algo que ha logrado Madrueño por el feedback que tiene con todos ellos y por una prueba que dejó sin tan siquiera ser consciente. En una de las galas, la madrileña cerraba conexión con plató y, creyendo que su micro estaba cerrado, se puso a hablar con sus compañeros de equipo: “El calor de hoy es infernal, ¿no hay alguna manera de poner a los supervivientes a la sombra hasta que volvamos en directo?”, se le escuchó decir, y sus palabras se hicieron virales con halagos hacia ella y su empatía.
Otro punto para Laura.
Sonrisas y lágrimas como reto final
Aunque en su paso por su primer Supervivientes ha aprobado, a Laura Madrueño aún le queda margen de mejora. Lo que es una buena noticia porque es enriquecedor tener objetivos a los que llegar, lecciones que aprender y sorpresas con las que asombrar a la audiencia.
Por supuesto, una de sus cuentas pendientes para la próxima edición es aprender a cortar el pelo con más estilo. Que se lo digan a Alma Bollo que se describía como un “casco” tras verse en el espejo con su nuevo look.
Y mientras la sonrisa de Madrueño ha sido halagada por todos los presentadores que le han acompañado, lo que nos faltan son las lágrimas. La emoción que suele provocar un reality tan extremo y que acompaña a los conductores, aún más al tener tanto roce con los robinsones en momentos como el del Puente de las Emociones.
Eso sí, la vimos romperse al cerrar la Palapa. Y así puso la guinda a su primera gran aventura televisiva.