Si en TardeAR el 2024 empezó con “pullitas” entre la presentadora Beatriz Archidona y el tertuliano Xavier Sardà este martes 2 de enero, el primer día del año en el que Telecinco emitió su programación diaria habitual, en Así es la vida empezó directamente con gritos y cancelaciones.
El protagonista del peor momento del programa fue, una vez más, José Antonio Avilés. Pero en este caso, llegó a tal punto que hasta el presentador César Muñoz tuvo que tomar cartas en el asunto, detener el programa levantándose, y dirigirse al sitio del colaborador para exigirle que dejase de actuar así: “¡Avilés, calma! ¡Hemos empezado el año, te pido que hables un poquito más despacio! ¡Que bajes el volumen!”.
El motivo fue que Avilés no paraba de gritar, teniendo un enfrentamiento especialmente agrio con Carmen Borrego, a cuenta del concierto que Isabel Pantoja había dado en Barcelona. El absurdo pique se trasladó a lo personal, con Avilés intentando desacreditar a Borrego llegando a acusarla de utilizar “información sesgada” y acabando por exclamar: “¡Para no contar nada y estar toda la tarde así, mejor cállate!”.
Borrego empezó pidiendo respeto y dirigiéndose al presentador para decirle: “No voy a consentir de este señor ninguna falta de respeto. ¡Ya está bien!”, lo que hizo intervenir una primera vez a César Muñoz reclamando: “No podemos empezar con voces”. Tras ello, Borrego precisó su información, que no era la misma que la de Avilés.
Pero el polémico tertuliano, al que la propia Telecinco señaló por sus mentiras pero sigue dando trabajo, no se detuvo. Tras Pantoja, también gritó al resto de sus compañeros cuando pasaron a tratar la polémica de Gabriela Guillén y Bertín Osborne. Avilés no toleró que el resto de tertulianos le afeasen que estuviese opinando pese a afirmar que estaba informando, por lo que volvió a ponerse a gritar.
Fue entonces cuando tuvo que intervenir César Muñoz, tras lo cual, al despedir ya el programa, Carmen Borrego aseguró que le había “bloqueado de por vida”, y rechazó el beso de disculpas de Avilés, acobardado al ver que incluso el presentador le había corregido directamente a él.