La quinta gala de Bake Off España ha visto salir de su carpa a Begoña, la más veterana de los concursantes, expulsada por Betina Montagne, Dani Álvarez y Miquel Guarro.
En el lado opuesto, Steffana (la influencer) se ha puesto el delantal azul convirtiéndose en la más destacada de unas pruebas en las que han viajado en el tiempo para preparar platos del pasado, presente y futuro.
Prueba de autor – Viaje al pasado: tarta San Marcos
En el primer reto, los concursantes reinterpretaron un postre especialmente relacionado con la década de los 80: la tarta San Marcos.
Para ello, elaboraron de manera manual varios de los ingredientes, tal y como sucedía en aquella época en la que no existían muchos de los aparatos de cocina que conocemos hoy.
Las dos concursantes que “brillaron con luz propia” fueron Sonia y Alba que presentaron unos platos deliciosos, según los jueces. Por el contrario, Begoña y Steffana no convencieron con sus resultados.
Prueba técnica – Presente: mochis japoneses
Para la segunda prueba, los aspirantes tuvieron que elaborar un postre muy de moda en el mundo actual: los mochis japoneses. Lo hicieron siguiendo de forma simultánea la elaboración que les indicó el chef japonés Takashi Ochiai.
El jurado, ausente durante la preparación, cató los mochis de todos y aseguró que estaban muy dignos y solo algunos tenían fallos. David y Alba fueron señalados como los menos buenos, mientras que Rubén y Steffana destacaron positivamente. Sobre todo la joven, de la que indicaron que había logrado unas elaboraciones tan “finas y elegantes como ella”.
Prueba “Wow” - Viaje hacia un futuro… sostenible
En la última prueba los concursantes se dividieron en dos equipos y diseñaron una tarta de tres pisos con alimentos elaborados por los productores de la zona: aceite ecológico, membrillos, almendras, mieles y quesos.
El equipo liderado por Steffana fue el mejor y la propia Betina lo calificó de “chapeau”. Por lo que esta se llevó el deseado delantal azul.
Mientras que Begoña y Sonia, que habían mantenido un rifirrafe continuo durante el cocinado, fueron señaladas como las más flojas de la prueba. Tanto fue así, que el jurado decidió que la que abandonara la carpa fuera la más mayor.
Una semana más, los compañeros quedaban asombrados de que no fuera Sonia la que se marchara ya que la tacharon de “no saber trabajar en equipo” y “no ayudar en nada”.
“Estoy muy orgullosa de haber llegado hasta aquí”, decía la expulsada con lágrimas en los ojos, “espero que los que se quedan aprovechen esta oportunidad, me llevo a mis compañeros, a los jueces, al presentador y todo lo que he aprendido. Me hubiera gustado estar un poco más pero no me habéis dejado”.