Óscar Cornejo, CEO de Fabricantes Studio junto a Adrían Madrid, ha hablado largo y tendido de su presente como productores de Ni que fuéramos Shhh, de los tiempos de Sálvame, de su relación actual con Mediaset e, incluso, de la comida que ambos compartieron hace un mes con Ana Rosa Quintana.
Cornejo ha repasado todos estos asuntos en una extensa entrevista en el Diari de Tarragona, su provincia natal, en la que defiende que “una de las claves de construir su futuro” como productores “es relativizar” el polémico final de Sálvame y su marcha de Mediaset. Eso sí, aclara que “relativizar no significa olvidar”, y que él tiene muy presente todo lo que ocurrió hace un año y medio. De hecho, reconoce que piensa mucho el miedo. Hasta el punto de haber visto ahora las señales que no supo ver entonces sobre el final del magacín.
“Nosotros estábamos a lo nuestro: tele, tele, tele, trabajar y trabajar, y por detrás se estaba gestando la marimorena. Yo no sé si hubo una maniobra política, yo creo que hubo un cataclismo en el panorama televisivo que supuso primero la cancelación de Sálvame y a continuación nuestra cancelación. Fue de tal magnitud que lo que generó fue miedo. Creo que generó miedo en el sector. Miedo”, comenta al respecto.
“Detrás de nuestra cancelación también hay intereses económicos y hay competencia y competitividad”, añade antes de ofrecer su lectura del final de su relación con Mediaset: “Después de muchísimos años, una empresa decide relevar a su CEO. El nuevo quiere tener un equipo de confianza. Dos italianos, uno que se va y otro que vuelve. Esta lectura te destroza todo tipo de conspiración política, de conspiración económica y de rabieta de cualquiera. Punto. La normalidad de una empresa. Y hay que respetarla. Yo la respeto. Lo único, y esto lo hemos dicho públicamente, lo único que no nos pareció bien fue cómo lo gestionaron, cómo ejecutaron el relevo”.
Cornejo, sobre Ana Rosa: “Nos ha echado y casi nos llora”
El cambio más mediático de todo el asunto fue la cancelación de Sálvame y la llegada de Ana Rosa a las tardes para ocupar su lugar. Cornejo desvela ahora que él y Adrián Madrid comieron recientemente con la presentadora de TardeAR: “Ella se nos quejaba rollo 'mira lo que me han hecho', cuando nosotros ya estábamos en la calle. Comimos juntos hace un mes. Yo le daba patadas a Adrián bajo la mesa para decirle: 'Qué fuerte ¡Tenemos tanto por aprender! Esta señora es una maestra. O sea, nos ha echado y casi nos llora'. 'Mira lo que me han hecho'”.
Según Cornejo “lo que han hecho” a Ana Rosa “es que ella no quería ir a la tarde”, aunque no tiene claro sea así. En cualquier caso, hay una cosa de la que no duda: “La escuchas y es una víctima. Pero una víctima que se olvida que ella está ahí facturando y nosotros aquí en la puta calle. Esto es el mundo al revés”. Aun así, se muestra elogioso con ella, aunque por un motivo de peso: “Ella es una grandísima profesional, es una comunicadora excelente. Es que prefiero decir solo que lo hace muy bien porque, si no, cualquier cosa me va a traer problemas aún hoy, imaginaos”.
La docuserie de Rocío Carrasco, el principio del fin
La llegada de Ana Rosa a las tardes fue la consecuencia directa de la cancelación de Sálvame, que según Cornejo empezó a gestarse a partir de la emisión de la docuserie Rocío Carrasco, la cual marcó “un antes y un después” en la relación de Mediaset con La Fábrica de la tele y supuso “una bofetada en la cara del poder”. “Podría demostrar que la emisión de la docuserie de Rocío Contar la verdad para seguir viva lo cambió todo. Fue determinante para que empezaran a suceder cosas o para que se empezaran a mover cosas. Quizás en ese momento nadie, ni los que empezaron a mover cosas, sabían en qué acabaría ese movimiento. Pero estoy convencido de que fue determinante”, señala el productor.
Aun así, asegura que “lo volvería a hacer aun sabiendo los resultados”. Resultados que, tres años después de la docuserie, han llevado a él y al núcleo duro de Sálvame a empezar de cero con Ni que fuéramos Shhh. Un cambio, dice, que les ha venido bien para reinventarse tras notar el paso del tiempo con su anterior programa. “El éxito te acaba aislando, y la mirada con el público de Sálvame ya no era de igual a igual en sus últimos tiempos, por su burbuja de éxito. Lo que nos ha ocurrido ha permitido reconectarnos. Y eso, junto con tener que empezar en el mundo digital –porque no nos dejaron otra salida–, nos ha ayudado. Por eso decimos que el final ha acabado siendo un regalo”, apunta.
Ahora su reto es “aguantar, resistir y aprovechar” Ni que fuerámos Shhh para seguir en la rueda televisiva y “desarrollar nuevos formatos con otros aire, con una libertad que probablemente antes no teníamos”. De hecho, se muestra “muy esperanzado” con los proyectos que preparan para plataformas, incluido “un proyecto boutique, muy chulo y pequeñito” que ya está en fase de pre-producción.
Pero por ahora, Cornejo se muestra más que satisfecho con el rendimiento de Ni que fuéramos Shhh. De hecho, presume de que son en “el target más deseado” por los anunciantes, el de 25 a 44 años. Algo que, según él, “ha reabierto heridas con los de enfrente”, como así se refieren en el programa a Mediaset. Unas heridas que, según el productor, él y su equipo “estamos cerrando porque ya estamos aburridos”, aunque en su caso, aún le queda un poco para cerrarlas por completo: “A mí me queda un poquito de rabia”.