Entrevista Vertele

Aitor Gabilondo asume el reto de 'Patria' para HBO: “Mi obsesión es que transmita verdad”

Patria - Aitor Gabilondo (productor) y Félix Viscarret (director)

Marcos Méndez

Martes, 23 de abril del año 2019. Año 2019, repetimos. Imaginen que están paseando por el casco histórico de San Sebastián/Donostia y que escuchan, en la emblemática calle Portu y desembocando en la Plaza de la Constitución, una manifestación que avanza al grito de “Gora ETA” y otras proclamas como “vosotros, fascistas, sois los terroristas”.

Obviamente, tenía un porqué. Y se iba adivinando al acercarse y ver a distintas personas con pinganillos que cortaban algunas calles para permitir esa concentración, al fijarse en los manifestantes y ertzainas vestidos como en los 80, y sobre todo al ver a un mar de cámaras, micrófonos y profesionales trabajando alrededor.

El rodaje de 'Patria' en el centro de San Sebastián 360

Sí, estábamos en el rodaje de 'Patria', la nueva serie de HBO que adapta la novela de Fernando Aramburu. Pero de esa sensación inicial de transportarse a una época tan cercana como poco añorada pudimos hablar con Aitor Gabilondo, el productor de la ficción y guionista que se ha encargado de convertir el libro en un guion televisivo.

Antes de la entrevista ya se conocía el reparto completo, que daba el pistoletazo de salida al ambicioso proyecto que supone la primera producción española de HBO. Y aunque para disfrutarla todavía habrá que esperar mucho, hasta el próximo año 2020, conocemos de primera mano cómo ha sido el proceso, qué tal marcha el rodaje, y cómo su máximo responsable comprende lo que significa esta serie.

Aitor Gabilondo es uno de los referentes de la ficción en nuestro país. Con Plano a plano, ha producido exitosas series como El Príncipe, Allí abajo y La verdad. Hace dos años fundó Alea Media, su propia productora con participación de Mediaset, que debutó con Vivir sin Permiso. Ahora confecciona Madres para el grupo de Fuencarral y prepara Patria para HBO.

Llama la atención que, nada más llegar al rodaje, uno se transporta al San Sebastián de los 80.

Una de mis grandes obsesiones con este proyecto es que transmita verdad. Hay un recuerdo emocional muy fuerte de aquellos años en todos nosotros, entre los que lo vivimos y entre los que no. Igual no puedes describir cosas concretas, pero sí lo rememoras emocionalmente.

Para mí es fundamental que la gente que vea la serie lo reconozca y, si la serie sale bien, será dura de ver. Estamos insistiendo mucho en esa autenticidad con mucho trabajo en arte, vestuario, peluquería... y también en dirección de fotografía.

Parecía obligado que la serie tenía que grabarse aquí, en Euskadi. ¿Se convierte en un personaje más?

Era inevitable, tenía que ser aquí. Yo cuando opté por hacer esta serie la decidí hacer con unas condiciones y de una manera. Nunca habría hecho un proyecto de “mentirijilla” sobre estos temas. Hemos podido ir a muchos de los sitios que se citan en la novela, en los que ocurrieron los hechos, como la propia churrería. Otros han desaparecido, pero prácticamente todo es aquí.

Sorprende ver una manifestación en la que los figurantes gritan “Gora ETA”. ¿La gente de a pie se sorprende cuando ve el rodaje?

La gente se sorprende, pero nos sorprendemos nosotros también. En parte se debe a la caracterización, con gente vestida de la ertzainza o, el otro día, los Jeeps de la Guardia Civil haciendo un control. Luego ven las cámaras, amplían el plano, y ya se relajan. Impresiona porque, realmente, estamos recreando lo que ocurrió.

¿Cómo se adapta una novela con tantos puntos de vista a un guion televisivo?

Cuando comencé a leer la novela ya empecé a barruntar y a darle vueltas a como lo haría yo. Para mí era muy importante mantener los saltos temporales, adaptándolos al medio audiovisual, para que pudieran transmitir lo que a mí me transmitió el libro. Para mí la novela era como un sirimiri, parece que es ligera al principio, con capítulos cortos, pero te va calando. De repente, ese agua empieza a pesarte mucho y te metes en la narración.

Lo que he intentado hacer con la adaptación es eso. Voy poniendo capas y capas, y el espectador va entrando en el relato, que ya se conoce casi desde el principio. Lo diferente es cómo se cuenta la historia desde distintos puntos de vista, que te ayudan a releer lo que has visionado.

Lo más importante para mí era trasladar ese efecto de la novela al audiovisual. Ha sido un trabajo muy grato con el apoyo de HBO y con un script editor, Steve Matthews, al que le mandaba los guiones. Hemos ido puliendo y, si encontraba algo en el capítulo 6 que era buena idea y había que cambiar algo en el 2, él me ayudaba. Ha sido un trabajo muy meticuloso y estoy satisfecho. Siempre tienes esos nervios de pasar a la pantalla, pero ya llevamos cinco semanas y estoy más relajado.

Gracias a HBO la serie se verá en todo el mundo, ¿cree que fuera de España se va a entender igual?

Creo que se va a entender perfectamente porque, al final, lo estamos contando con la relación de dos amigas, casi hermanas. Aunque se pueda perder algún detalle, como cuando nosotros vemos una serie japonesa, por ejemplo, la historia emocional se va a entender perfectamente porque es común. Que pase aquí es un hecho local, pero la dimensión humana es universal.

Hablamos de amistad, de rencor, de odio, de reconciliación, de miedo... de conceptos muy reconocibles en cualquier parte del mundo. Es verdad que, cuanto más cerca estás, es distinto, pero que tu perspectiva cambie no significa que no la entiendas y no la disfrutes.

Por su parte, ¿ha habido algún esfuerzo para que el público extranjero entienda las características y dimensión del conflicto vasco?

He tenido que tenerlo en cuenta pero HBO te permite no sobremasticar las historias. Era mi deseo y el de ellos. Sí es verdad que había detalles que explicar y el script, que era inglés, me hacía este tipo de preguntas. ¿Por qué hay una hucha para meter dinero para los presos en un bar? Algo que nosotros entendemos. Son detalles pequeños, pero no es lo fundamental.

¿Temen que algún partido político pueda utilizar lo mostrado en la serie para llevárselo a su terreno o que alguien pueda ofenderse?

Estamos haciendo una serie de televisión. Obviamente sé la dimensión sociopolítica que tiene este proyecto, pero a mí lo que me interesa contar es lo que estoy contando. Mi lectura de 'Patria' será esta serie. Que otros tengan otras consideraciones y las utilicen, será asunto suyo.

¿Estos momentos de presentarla a la prensa los vive con la misma tranquilidad que cualquier otra serie, o teme algún desliz con el tema político?

Las dos cosas. Me lo tomo con total serenidad, soy ya mayor y he visto muchas cosas, pero sí soy cuidadoso. No porque quiera ser políticamente correcto, no tengo que serlo en absoluto, yo cuento historias. Soy meticuloso a la hora de narrar lo que quiero contar. Esta es una historia de personas que no comentan su propia vida, la viven, y nosotros la mostramos. No va adherido a una tertulia, que es lo que a mí me gusta de la serie.

En la escena de la manifestación que ha podido ver la prensa, salen dos amigas y una le dice a la otra: “A ver si mi hijo, que está en ETA, habla con sus jefes para ayudar a tu marido que le están mandando cartas”. Poco a poco se van dando cuenta de que una cosa tiene que ver con la otra.

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