Paz Vega critica la campaña de la Junta de Andalucía contra la violencia machista: “Basta de banalizar”
La campaña de la Junta de Andalucía contra la violencia machista, que retrata a mujeres sonriendo bajo el lema “Ha sufrido malos tratos pero la vida siempre es más fuerte”, ha venido acompañada de un aluvión de críticas por lo que se entiende como una falta de sensibilidad en torno a esta lacra social. Entre las personalidades que han criticado esta acción institucional se encuentra una andaluza muy internacional, Paz Vega.
“No doy crédito”, decía en Instagram, donde calificaba como “aberrante” la propuesta. “Una vez más, el foco está en la agredida, en la violada, en la victima. ¡Y no en el violador! ¿Por qué en vez de poner a una chica sonriente como si no hubiera pasado nada, pusieran la cara del violador o del maltratador? Claro que la vida sigue después de una relación donde te han pegado, te han vejado, te han violado (si es que no te han matado), pero la vida no sigue de la misma manera. El miedo y las secuelas psicológicas quedan para siempre. Asi que no me vendan caritas sonrientes y felices”, razonaba la intérprete, a la que pronto veremos en Rambo 5: Last Blood.
“¡Basta de banalizar con esto!”, decía y abogaba por poner la atención en los maltratadores. “¡Háganle la foto a ellos!”.
Dada la repercusión que tuvo su mensaje en redes sociales, horas después añadiría otro donde abundaba en más explicaciones. Tras dejar claro que su intención “nunca ha sido politizar este tema”, ha dejado claro que criticaría por igual esta campaña si hubiese sido obra de la izquierda“.
“Seamos serios y no politicemos un tema que afecta a mujeres de izquierdas y de derechas, que sufren mujeres de cualquier condición social, mujeres de cualquier edad... Hablar de política es desviar el tema. Por favor, no lo hagamos”, agregaba, e insistía en la inconveniencia de los carteles. “Esta campaña puede hacer mucho daño y crear confusión entre los más pequeños”, empezando por lo que a su juicio es un eufemismo: “No lo llamen malos tratos, sino violencia machista o violencia de género”.
“Todo el mundo sabe quien es Ana Orantes, pero nadie sabe el nombre del asesino que la hizo vivir un calvario durante años y que finalmente la mató”, zanja, aludiendo a la mujer asesinada por su exmarido en 1997 tras denunciar los abusos sufridos en un programa de televisión.