'MasterChef 9' vuelve con Pepe Rodríguez: “Tratamos de buscar al nuevo Carlos Maldonado, pero no es tan fácil”
La novena edición de MasterChef llega este martes 13 de abril a La 1 de TVE. El talent culinario buscará a la sucesora de Ana Iglesias, última ganadora de la versión anónima del concurso, cuyo primer reto habrá sido superar un casting que contó con 70.000 inscripciones. Cifra récord que para Pepe Rodríguez, que repite como jurado junto a Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera, tiene como consecuencia que “cribamos mucho más”.
El cocinero avanza el alto nivel de los nuevos aspirantes, que incluye un amplio grupo de jóvenes y en el que parece que son las chicas quienes van a llevar la delantera: “En otras ediciones son siempre los chicos los gallitos del corral, y en este caso han sido las mujeres”, comenta.
Además, celebra el éxito de su ex alumno Carlos Maldonado, vencedor de la tercera edición, que ya tiene su primera Estrella Michelín: “MasterChef te cambia la vida”, apunta, “es un eslogan que siempre hemos querido tener y se cumple clarísimamente”.
Después de más de una veintena de ediciones de 'MasterChef' parece complicado añadir más salsa al guiso del programa. ¿Qué condimentos tiene la receta de esta edición que la hace igual o más sabrosa que las anteriores?
Siempre hay una vuelta de tuerca para mejorar el plato. Algo innovador que lo puede hacer diferente, más moderno o más clásico, depende de cómo quieras variarlo. En la tele pasa lo mismo. El formato es conocido, pero siempre hay ese punto de picante o asiático, por ejemplo, que no lo habíamos tocado, y este año lo podemos tocar. Meter esa serie de ingredientes que también son las ganas, la ilusión de la gente que hace el programa e intentan ver qué podemos hacer, qué giros introducir para que el espectador diga: “¡Le han vuelto a dar la vuelta a todo!”.
Primero tiene que haber buenos concursantes y los hay. Son maravillosos, muy buena gente, tíos con unas ganas de pasarlo bien, de dejarse la piel, con muy buen talante. Y nosotros si ellos nos lo dan, lo damos todo también. Se crea una simbiosis a la que echamos sal, pimienta, un poquito de aquí y de allí... reconvertimos el guiso y sigue estando rico. Te apetece probarlo otra vez porque le hemos puesto patata, que no lo llevaba la edición pasada. Eso hace que ya sea otro MasterChef.
Si algo destaca este año es que el casting ha batido récord de solicitudes. ¿A qué crees que se debe esta llamada en masa?
No sé si la pandemia habrá ayudado. Seguramente ha acelerado que la gente se haya preparado mejor, porque han tenido que cocinar, unos por obligación y otros por seguir con la pasión que tenían. Se han visto más potentes y habrán dicho “llevo cocinando meses y estoy preparado para hacer el programa”. O también: “Me apunto a MasterChef porque no tengo nada que hacer. ¿Y si esto me cambia la vida? ¿Y si me cogen?” Unos a lo mejor pensando “bueno, aquí pueden coger a cualquiera”, y otros pudiendo ver que podría haber una salida. De ahí las 70.000 solicitudes, una burrada. Luego no todo el mundo no puede entrar, por supuesto.
¿Eso conlleva que sea también el grupo de concursantes con más nivel de todas las ediciones?
No lo sé. Cada edición la gente viene más preparada, pero es lógico. Si hiciésemos uno dentro de veinte años, pasaría lo mismo. Cada temporada debe haber más nivel y en este sí lo hay. Hay unos chavales, y chicas sobre todo, que cocinan a gloria bendita, con un gusto, una fuerza y una pasión que es la bomba.
En la rueda de prensa destacasteis que volvéis a contar con perfiles singulares y originales en el grupo de aspirantes. ¿Hasta qué punto puede primar en ocasiones el perfil televisivo con respecto a su nivel culinario en una novena edición, donde cada vez es más complicado sorprender al espectador?
Se les coge un poco por todo. Tienen que cocinar, que elaborar y tienen que contar cosas. Tiene que vivirlo. Me encuentro muy a gusto cuando el nivel de edades es muy parecido, y en esta hay un perfil muy claro de gente joven. Han venido todos con esa predisposición. Hay muchas chicas. En otras ediciones son siempre los chicos los gallitos del corral y en este caso han sido las mujeres. Se ha dado así. A lo mejor eso sin quererlo, ha coincido que es una vuelta de tuerca para que el espectador se enganche, vea otras cosas, otros perfiles que no vio. No es fácil. Lo que tiene que haber es cocina, ganas, pasión.
Tratamos de buscar el nuevo Carlos Maldonado, pero eso no es tan sencillo. Se tienen que dar muchas cosas y fíjate sin han pasado concursantes. Pero que aparezca un Carlos Maldonado, que sale en televisión y de pronto se pone a trabajar en esto y en tres años tiene una Estrella Michelín, es que ni muchos profesionales con tan poco tiempo tienen ese éxito. No es fácil aunque haya muchísimas personas. De 70.000, a veces es más difícil porque cribamos mucho más. Encontrar la excelencia en 15 también te puedes equivocar un poco más. Pero yo con esta edición estoy muy, muy contento porque son gente con la que volvería a grabar.
Con la situación actual por la que atraviesa la hostelería, ¿ha sido 'MasterChef' más refugio que nunca o más importante en vuestras vidas como integrantes del programa?
Tener los restaurantes cerrados nos ha servido para estar más centrados en el programa. Otras veces vienes más empanado por la mañana porque te acostaste tarde y tienes que grabar al día siguiente. Compaginar las dos cosas te hace no estar al 100% a veces y en esta sí que lo has dado todo has dicho “si es que me estoy dedicando solamente al programa”. Es mucho más fácil y llevadero.
Perdemos por un lado pero ganamos por otro. Hemos ganado en MasterChef haciendo una edición maravillosa, pero por otro lado decimos qué pena porque están los restaurantes cerrados, vaya tragedia. Pero bueno, en la vida no se puede tener todo.
En la presentación se avanzó que el jurado está espectacular y que tenéis una paciencia ilimitada. ¿Os lo han puesto muy difícil?
Siempre hay que tener un poco de paciencia porque cada concursante es de su padre y de su madre; y cada uno busca una cosa en el programa. A veces se ponen unos pesaditos, otras pesaditas, otros celosos. Hay un poco de todo. Pero bueno, es parte de la esencia del programa. Es un programa de entretenimiento y tiene que tener todos estos ingredientes. Son tan pesados o más que los de cualquier otra edición.
En el avance hemos visto que recibís la visita de Almeida y Ada Colau en una de las pruebas de exteriores. ¿Tras la participación de Villalobos en el Celebrity se ha abierto 'MasterChef' a recibir políticos de primera plana?
Quizás se haya abierto ahí una puerta. A lo mejor la clase política no se atreve a dar la cara tanto en televisión y sin embargo, en esta edición sí han venido. Pero creo que no, son conscientes del momento difícil que estamos pasando. MasterChef es un escaparate extraordinario para vender Barcelona, vender Madrid y vender cualquier ciudad. Saben tiene mucho tirón, y han estado ahí apoyándonos, tanto Colau como Almeida, cada uno con sus diferentes historias, pero al final dos personajes que querrán lo mejor para Madrid y Barcelona, y han apostado por el programa.
Han dicho “oye, queremos que estéis aquí con nosotros, y nosotros con vosotros”. Al final esto es un escaparate en el que vendemos cocina, vendemos locales, cocineros, gastronomía, vendemos cultura. Serían torpes si no lo entendiesen, y lo han entendido perfectamente.
Estrenáis la edición el martes, donde la serie turca 'Mujer' goza de una gran fidelidad de su audiencia, aunque si algo ha demostrado 'MasterChef' es que es el formato más sólido que tiene TVE en la actualidad, y desde hace ya años. ¿Llegáis con confianza? ¿Alguna vez os han preocupado las audiencias?
No me preocupan demasiado las audiencias pero me gusta que haga buenas. Los de la tele son los que se ponen más nerviosos porque echan unas cábalas que yo soy incapaz. Lo que hago es un buen producto y luego depende mucho del día. El martes vamos contra cosas importantes de otras cadenas. Pero bueno, MasterChef también tiene músculo. Es un formato reconocido y que la gente también quiere ver. Será una pena porque nos repartiremos el pastel entre todos, imagino. ¿Es verdad que nos gustaría estar solos y que todo el mundo viera MasterChef y nada más, y que otro día viesen otra cosa? Sí, pero la televisión es esto. Una competición, es ir cambiando de un lado a otro hasta que te quedas con aquello que te gusta. Son muchas cosas.
No le tenemos miedo a nada, nunca se lo hemos tenido. Ya hemos ido contra cosas importantísimas como Gran Hermano, El príncipe, Supervivientes... y ahí estamos. Hemos subsistido, hemos sobrevivido. En esta ocasión, imagino que será igual, tendremos mejor y peor datos. Subiremos algún día más y otros menos. Seremos los líderes de la parrilla, quién sabe.
Tenemos un buen formato, un programón, algo para sentirnos orgullosos. Ojalá que funcione y la gente se decante por vernos. Y ojalá hubiese para todos porque no le deseo el mal al de enfrente tampoco. Hacen televisión como la hacemos nosotros. También es verdad que cuando coinciden dos o tres cosas importantes a la vez en la parrilla, la audiencia se deja algún programa para verlo en otro momento, de otra manera, más a la carta. Nosotros vamos con toda la fuerza del mundo.
Más allá del premio de la audiencia, 'MasterChef' también puede presumir de haber descubierto a una estrella Michelín como Carlos Maldonado. ¿Qué siente el mentor cuando su alumno prospera así?
Es lo mejor que nos puede ocurrir. Es un orgullo para todo MasterChef, porque es un chaval que sale de abajo, que es vendedor de quesos y jamones por todo Toledo. De pronto se apunta a un programa, tiene mano, se lo hacemos creer, él se lo cree. Monta un restaurante, con lo difícil que es eso. Lo apuesta todo y le dan una Estrella Michelín en menos de tres años. Es un orgullo para todo el mundo. Para él, para Shine Iberia, para TVE y para los que hacemos este programa, porque hay salida. MasterChef te cambia la vida. Es un eslogan que siempre hemos querido tener y se cumple en la persona de Carlos Maldonado clarísimamente.
'MasterChef' es cantera de cocineros, y también de concursantes de realities de otras cadenas como José Luis en el pasado y Carlos Alba en esta edición de 'Supervivientes'. ¿Cómo ves que el programa sea también trampolín mediático para otro tipo de formatos?
La televisión es así. Hay gente que entra buscando una cosa y luego se da cuenta de que le gusta el mundo de la tele y puede ir a más programas. No me parece mal. Si las otras cadenas lo ven así y les parecen concursantes interesantes, fenomenal. MasterChef es una cantera de mucha gente para quedarse y mantenerse en la televisión. Un montón. Incluso hay celebrities que después de MasterChef cogen más vida, más fuerza, se les ve más, cogen notoriedad.
Una de las bondades que tiene el programa es que siendo anónimo o celebrity tiene una proyección extraordinaria que te puede poner en cualquier sitio, porque saben que has pasado que es bastante blanco y sano, y bastante bien hecho de calidad. A partir de ahí, abre puertas. Luego ya cada uno buscará donde se encuentra mejor y decidirá. Es un gran trampolín, no cabe duda.
Ya para terminar. En 2020 terminasteis haciendo hasta cuatro ediciones diferentes de MasterChef, con el adultos, Celebrity, Junior y Abuelos. ¿Cómo ves el futuro del programa a ese respecto? ¿Hay potencial para seguir sacando versiones diferentes?
Entiendo que no hay más donde explorar, pero porque no hay más espacio físico. Es imposible grabar casi más semanas ya al año. Con lo que hacemos, no sé si se podría hacer algo más. Empezamos con uno, metimos niños y ya teníamos dos, metimos Celebrity y sumamos tres. Y entre ellas, hemos tenido tiempo para hacer un programa especial de Abuelos. Es verdad que te pones a hacer y a rodar, lo vas creando, haciendo con gusto... Y estoy seguro de que si necesitáramos otras dos semanas para hacer otra historia que nos inventásemos, lo haríamos también. Pero déjanos como estamos (ríe), que bastante tenemos.
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