Primeras críticas a Gran Hermano 18 por su giro de tuerca inesperado
Mediaset ha logrado su propósito de sorprender con su “bombazo” de GH: Revolution. A algo más de 24 horas para el arranque oficial de la edición, ya hay un centenar de personas conviviendo entre las paredes de la casa de Guadalix de la Sierra.
La noticia, que han difundido tanto Noticias Cuatro, primero, como Informativos Telecinco, después, ha sorprendido y, a la vez, agradado y enfadado a partes iguales a los seguidores del reality show por antonomasia de nuestra televisión.
¿El ojo que ya no lo ve todo?
Las críticas insisten en que Telecinco ha roto la esencia del formato en esta decimoctava edición al recurrir a esta mecánica. No en vano, el “ojo que todo lo ve” ha sido siempre el símbolo de Gran Hermano: los espectadores ven todo cuanto acontece desde el segundo 1 del programa y en directo. Eso implica estar presente en el momento en que los concursantes se conocen y sus primeras reacciones al pisar la que será su vivienda durante las siguientes semanas.
Pero como muchos ya lamentan, estos cien inquilinos, de entre los que luego saldrán los 15 concursantes definitivos (de acuerdo al gráfico que corona la web del programa), ya han pernoctado y se habrán presentado y convivido sin que los espectadores lo hayan podido ver a través de ningún canal (solo se han mostrado unos totales de vídeo en los informativos de Mediaset). Para cuando el formato arranque oficialmente la emisión de su decimoctava temporada, el primer día de convivencia ya habrá pasado. Es más, los habitantes llevarán ya dos días en la casa.
Una apuesta arriesgada para revitalizar el formato
En cualquier caso, esto no deja de ser coherente con el enfoque renovador que Telecinco ha querido dar a su programa más emblemático y exitoso de los últimos veinte años para esta nueva etapa. Durante las últimas semanas, la cadena ha insistido con esa idea de romper el icono del ojo en sus primeros spots promocionales.
Como algunos internautas comentan, esto cambia la noción que tiene la audiencia sobre la gala inaugural: ya no será de entrada, sino de salida. Las primeras relaciones de amistad o enemistad que se hayan establecido durante las primeras 48 horas afectarán sin duda cuando las criba tenga lugar y solo queden en Guadalix esos 15 elegidos.
Podemos aventurar, pues, una emisión con menos tanteo y más drama de lo acostumbrado. En resumen, será una gala novedosa hasta para los aficionados más acérrimos a Gran Hermano, y ese era el propósito principal marcado para esta edición. Ya lo avisaba Jesús Vázquez en uno de los anuncios: “Vais a vivir la misma sensación que vivimos los que vimos la primera edición hace 17 años”.
Habrá que ver si la estrategia surte efecto para dinamizar las audiencias tras el desgaste de la decimoséptima edición, pero desde luego, si algo ha hecho este GH: Revolution. Que no es poco.