Este sábado 27 de abril 'Prodigios' ha emitido su gran final. Y ha terminado como empezó, y como se ha desarrollado semana a semana: con bonitas emociones visuales de los niños, y con aplaudidas reflexiones vitales y profesionales de los jueces.
A esta última gala llegaron la clarinetista Carla Gómez y el violinista Jaime Infante en la disciplina instrumental, Lucía Rodrigo y Raúl Parejo en la de canto, y Elisabetta Fasoglio y Saïd Ramos en la de danza. Todos aspiraban al premio final: 20.000 euros y un curso de perfeccionamiento intensivo en el Centro de Alto Rendimiento Musical de la Universidad Alfonso X El Sabio.
Los tres jueces Ainhoa Arteta, Nacho Duato y Andrés Salado tuvieron que tomar una difícil elección, tras ver las actuaciones de los seis Prodigios. Pero finalmente se decantaron por reconocer la capacidad de transmitir de Saïd Ramos, que interpretando “Esmeralda” de Cesare Pugni conquistó a público y jurado.
El triunfo de Saïd con su actuación final
La aplaudida lección vital de Nacho Duato
Fue precisamente al ganador al que, durante la gala, Nacho Duato dedicó una bonita reflexión en la que establecía lógicos paralelismos por su dedicación a la danza. Pero en la que ponía de relevancia cómo habían cambiado las circunstancias y celebraba esa apertura de mente.
El juez, visiblemente emocionado, rememoró cómo él empezó a bailar a los 13 años, sin que en casa le dejasen hacerlo, siendo el único chico, y escondiendo sus mallas porque los otros niños le llamaban “marica”. Hasta su padre le pedía que “hablase como un hombre”, y en las reuniones familiares se escondía para jugar con su prima, Ana Duato.
Tras explicar ese bagaje de su vida, Nacho Duato contó que pese a ello ha bailado y sido reconocido en todo el mundo, y tras lamentar que su padre sólo fue a verle bailar cuatro veces, le dedicó esta reflexión a Saïd: “Cuando te veo bailar, pienso lo joven que eres, y lo que dijiste el otro día de que quieres ganar para reivindicar el puesto del hombre en la danza, y cuando el otro día vi a tu padre, cómo te apoyaba... Yo que siempre he pasado un poco de todo y decía: bueno, si no viene mi padre es que está muy ocupado. Pero ahora pienso qué cosa más grande me he perdido. Sigue adelante porque sé que lo vas a conseguir. Qué suerte que hayas nacido en una España libre, una España democrática, y no la que me tocó vivir a mí. Enhorabuena”.