ENTREVISTA VERTELE

Raúl Pérez es Trump en Comedy Central: “Alguien tiene que hacer el show con Rajoy”

Redacción

Desde el pasado 21 de septiembre, Donald Trump se ha instalado al filo de la medianoche en Comedy Central. O al menos, el reflejo paródico que Anthony Atamanuik ha dibujado del mandatario estadounidense, reconvertido en maestro de ceremonias de un improbable late show.

El Show del Presidente muestra la versión del propio gobernante sobre los acontecimientos que sacuden su convulsa nación con su sesgo particular y con el Despacho Oval como escenario. Para traducir sus alocuciones a la lengua cervantina, la cadena de pago ha contado con otro ilustre imitador, Raúl Pérez (Madrid , 1976), a quien ya vimos en el anaranjado pellejo de Trump en programas como Late Motiv.

Inmerso a la vez en Tu cara me suena 6, el cómico abandona su amplísimo catálogo de personajes (aunque deja salir por breves instantes al magnate reconvertido en mandatario) y habla con VERTELE de la experiencia no ya imitando, sino doblando a un imitador. ¿Cuál ha sido el mayor desafío al que se ha enfrentado en este encargo? Y lo que es más importante: ¿se atrevería a verse en la misma tesitura haciendo un show propio para Rajoy?

De todas las parodias e imitaciones que se han hecho de Trump, ¿qué tiene esta de diferente, aparte de meterlo a presentador de late show?

Pues precisamente eso mismo que comentas, que es un presidente haciendo un late night. Es así de básico. Funciona muy bien, porque yo vería a Trump haciendo estas cosas... Y el actor que lo interpreta tiene un Trump glorioso. Es verdad que Alec Baldwin tiene una voz muy, muy aproximada al Trump real, prácticamente calcada; pero Anthony ha construido un personaje brillante. De hecho, él empezó a hacerlo antes que Baldwin, tenía un espectáculo con algún compañero. Eso es lo que creo que lo diferencia.

Además, es un programa es políticamente incorrecto e irreverente, con un universo Trump maravilloso. De hecho, humaniza un poco a Trump. Si lo ves, quizás hasta puedes decir: “Me cae un poco mejor”. Pero solo un poco (risas).

Aunque tú has imitado a Trump en no pocas ocasiones, aquí te encargas de doblar la interpretación que hace de él Anthony Atamanuik. ¿Cómo afecta eso a la imitación? ¿Has buscado ser más Trump o acercarte más a Atamanuik?

Es un reto por intentar aproximarse a Trump lo máximo posible, pero también al actor. Es un camino intermedio curioso. La imitación está y te recuerda a Trump, pero hay que ceñirte a las entonaciones del actor, que no deja de ser una deformación o una parodia muy bien hecha. Me ciño a él en este caso.

Y en cuanto al doblaje, en el fondo cuando me llamaron para hacer este trabajo me alegré porque yo soy también actor de doblaje, sin ningún tipo de excusa, pero hacía tiempo que no ejercía de esto. Volver a reengancharme a esto mola mucho y encima es algo de comedia, que también es un registro donde tengo más soltura.

Tanbién entiendo que imitar a un personaje que habla en otro idioma supone un reto en sí mismo para lograr que sea veraz, que se asemeje. ¿Cuáles son para ti las claves de Trump como personaje a imitar?

Ayudan mucho los gestos y expresiones faciales que pone el actor. Al ser doblaje, estás haciendo de Trump actuando, por lo que no hay tanta diferencia a la hora de plantear el personaje. En sus giros y sus paradas, cuando está hablando más tranquilo, la clave es el hacerlo americanizado. No es un doblaje al uso. Esto no es un [entona con su timbre normal] “Hola, soy el presidente Trump”; sino un [imitando a Trump] “Hello, soy el presidente Trump...”, [vuelve a su voz normal] haciéndolo americano. Este es el único personaje del programa que mantiene ese acento, porque el resto son actores de doblaje españoles maravillosos. Esas inflexiones y los gestos que hace el actor acompañan y ayudan a hacer el doblaje.

En ese sentido, ¿hasta qué punto hay libertad para introducir morcillas propias o cambiar las referencias? ¿Cómo de respetuosa es la traducción con el material original ?

Es muy respetuosa, pero manteniendo y metiendo expresiones que tienes que hacerlas más entendibles para el público español. Hay cosas que por el doblaje, el ajustador de textos ha tenido en cuenta al traducir en ese sentido. Meterle ese punto de nuestra personalidad y nuestro código de lenguaje también está ahí. Se es respetuoso con el actor, pero a la vez hay coñas que son muy centradas en su actualidad o palabras con doble sentido en inglés que hay adaptar de otra manera. Pero lo que hacemos es intentar respetar al máximo posible al actor, a lo que dice y lo que transmite.

Ayer mismo veíamos veíamos a Rajoy junto a Trump en la Casa Blanca.

Maravilloso... (risas)

¿No se ha dado la posibilidad no ya de doblar este Show del presidente estadounidense, sino de hacer la versión española con el nuestro?

Deberían hacerlo. Alguien se lo tiene que estar planteando, porque funcionaría. Es verdad que el ritmo de Rajoy no es el de Trump, que es más vehemente, da más de presentador de late show... Ahí Rajoy debería adaptarse. Pero ¿por qué no? Yo consumiría ese producto. Estaría encantado de verle en un late show. Sería maravilloso verle regalando en cada programa una de esas citas suyas a lo Paulo Coelho.

¿Ves a Rajoy en un late show como a Trump, o en otro formato?

¡Uff! Pues podría ser un formato de poesías, o de citas, o regalando frases de auto-ayuda, abriendo galletas chinas y leyéndolas (risas). Pero creo que el personaje sería adaptable al formato late show. Yo lo vería.

Se ha hablado en los últimos tiempos mucho acerca del papel del humor en esta situación tan convulsa que se vive en Estados Unidos. Hemos visto a Sean Spicer, exportavoz de Trump, en los Emmy en una aparición polémica. ¿Cómo debe actuar un cómico ante personajes como estos?

La comedia es una vía fundamental. La comedia siempre ha ayudado a relajarlo todo un poco y tener un punto de vista más real de lo que pasa, porque no deja de ser una deformación de la realidad. No por ser cómico no puedes tener opinión de lo que está pasando o pueda pasar. La comedia es un tema muy serio también, a pesar de que ahora todo es más cómico en sí mismo...

Ahora todo es una especie de tragicomedia. Por eso el papel de la comedia es fundamental, porque imagina que sería de nuestras vidas sin ella, leyendo las noticias que se producen cada día. Estaríamos amargados... Como dicen en Late Motiv, la risa es la única salida.