Especial Vertele

Repasamos la historia del ‘Un, dos, tres…', que cumple 45 años

Repasamos la historia del ‘Un, dos, tres…' que cumple 45 años con atisbo de ¿renovación?

Jesús López Reina

El mítico concurso ‘Un, dos, tres… responda otra vez’ está de aniversario. Este mes de abril el formato creado por Narciso Ibáñez Serrador cumple 45 años y desde Vertele queremos rendir homenaje a este programa que ha marcado a varias generaciones, que aún lo recuerdan con nostalgia.

Fue en 1972 cuando el programa comenzó a emitirse en TVE, encargo del ente público a Ibáñez Serrador, que inicialmente se mostró algo reticente. Finalmente apostó por un formato que reuniese todo lo que puede ofrecer un concurso: preguntas, habilidad física y azar, por lo que surgió un cóctel que combinaba estas tres partes tan diferenciadas del espacio y que dieron nombre al programa: ‘Un, dos, tres’.

El carisma de sus presentadores, elegidos meticulosamente, unas atractivas azafatas, la parte negativa como los Tacañones (que luego se convirtieron en Tacañonas), suculentos premios y divertidas mascotas, fueron sin lugar a dudas indispensables para que el concurso lograse a mediados de los 80 obtener una audiencia de cerca de 20.000.000 de espectadores. Uno de los mayores éxitos de la televisión en España que lo ocasionó la exportación del formato, con versiones en Portugal, Reino Unido, Holanda, Alemania, Suiza, Austria, Luxemburgo, Bélgica y Dinamarca.

Grandes anfitriones

El concurso abarcó diez etapas, distribuidas entre 1972 y 2004, y contó con diversos y desiguales anfitriones. El peruano Kiko Ledgar fue el primero en ponerse al frente del espacio mostrando sus habilidades en despistar o no a los concursantes durante la famosa subasta del programa, donde los participantes iban descartando regalos de la mesa donde se escondían estupendos, pero también nefastos, premios.

Mayra Gómez Kemp, que ya había hecho sus pinitos en el ‘Un, dos, tres…’ como actriz le tomó el relevo, convirtiéndose de esta manera en la primera mujer en presentar un concurso en España. Fue a principios de los 80 y como era de esperar no todo el mundo vio el cambio con buenos ojos, sin embargo Mayra supo meterse en el bolsillo a millones de españoles, que se dejaron llevar por su habilidad conduciendo la subasta y por su sentido del humor.

A principios de los 90, tras varias etapas durante los 80, TVE recuperó el que es uno de sus formatos insignia con Jordi Estadella y Miriam Díaz Aroca, logrando grandes índices de audiencia, por lo que el programa fue renovado con dos etapas más, una de ellas presentada por José María Bachs.

Tuvieron que pasar 10 años para que TVE volviera a confiar en el concurso producido por Prointel, en esta ocasión sustituyendo la coletilla ‘responda otra vez’ por la de ‘a leer esta vez’, en referencia a la temática de los libros que se analizaban en cada programa. Luis Larrodera (Luis Roderas bautizado por Chicho para presentar el espacio) fue el conductor en esta etapa que no estuvo exenta de polémica. A la falta de dinamismo, flojos guiones y la ausencia de una eliminatoria que diera acción al concurso, se sumaron bloques de publicidad de cerca de 20 minutos, que fueron muy criticados, haciendo mella en la audiencia. Pero la polémica más recordada fue la denuncia de la Fundación Alpe, que acusaba al programa del ente público de “trato vejatorio”, en referencia a un gag semanal en el que intervenían dos enanos acompañando al humorista Manuel Sarriá, que interpretaba al divertido personaje de la viuda de Paco. Ante el revuelo, TVE decidió prescindir de los enanos, conocidos como Tati y Quieti, que se mostraron indignados con este escándalo, según contamos desde Vertele en 2004.

Cantera de humoristas y azafatas

Sin lugar a dudas el ‘Un, dos, tres…’ ha sido una escuela para muchos profesionales del medio. Humoristas y azafatas saltaron a la fama después de su paso por el programa. Son innumerables, pero entre el listado de azafatas que se pusieron las enormes gafas fueron Victoria Abril, Lydia Bosch, Silvia Marsó, Paula Vázquez o Nina, mientras que entre los humoristas que interrumpían constantemente la subasta del programa para dejar sobre la mesa los regalos que, posteriormente, tendrían que descartar y seleccionar los concursantes, destacan Bigote Arrocet, el Dúo Sacapuntas, la Bombi, Ángel Garó, Antonio Ozores, Raúl Sender, el mago Juan Tamariz y Manolo Royo. También son recordadas las actuaciones de Martes y Trece, Gila, Eugenio, Los Morancos, Tip y Coll, Eduardo Aldán o Pepe Viyuela, entre un larguísimo etcétera.

No nos podemos olvidar de los que nos hicieron reír queriendo arañar pesetas a los concursantes. Los Tacañones, encabezados por Don Cicuta, que interpretaba Valentín Tornos, en las primeras etapas del concurso. Más tarde fueron relevados por las Tacañonas, que ejercían con maestría las Hermanas Hurtado, para ser relevadas por el personaje Eugenio Enchufols del tot, que no tuvo el éxito esperado y duró cinco programas, por lo que retornaron las Hurtado. En la última etapa del concurso, con la coletilla ‘a leer esta vez’, la parte negativa fue encarnada por personajes que estaban en contra de la lectura: el coronel McPhantom y Kowalski, que posteriormente fueron sustituidos por el General Antilivroff y Dimitri.

Premios y mascotas

El apartamento, millones de pesetas o el coche fueron los premios más codiciados del programa, aunque no faltaron los concursantes que se llevaron unos sacos de tierra de cementerio, botellas de purgante o un millón de… cerillas. Premios que venían escondidos en los regalos que se depositaban en la mesa y que a veces venían escondidos en las mascotas del programa, todas creadas por los estudios de José Luis Moro y acompañadas de pegadizas sintonías que fueron compuestas por el argentino Adolfo Waitzman.

Sin lugar a dudas Ruperta es la más recordada. En los orígenes del concurso la calabaza era sinónimo de irse con las manos vacías. En los 80 se sustituyó por la vieja bota Botilde, igual de ruinosa para los participantes del programa, y más tarde fue relevada por el Chollo, que ofrecía el mejor premio del concurso, y el Antichollo, igual de negativo que sus antecesores. Igualmente ocurrió con la mascota Boom y Crack, la mascota positiva y negativa, respectivamente.

Pero fue en los 90 cuando el Ibáñez Serrador decidió recuperar de manera definitiva a Ruperta, que en esta ocasión ya dejó de tener connotaciones negativas y solía venir con suculentos premios. Cosas de la nostalgia.

El “maestro”

El artífice del ‘monstruo’ fue Narciso Ibáñez Serrador, que comenzó su andadura en TVE en 1963 adaptando clásicos de la literatura universal en programas como Estudio 3. Su primer gran éxito fue el aún recordado ‘Historias para no dormir’, que provocó el insomnio de la audiencia, para seguir con el galardonado ‘Historias de la frivolidad’, que ofrecía humor ácido que parodiaba la censura.

Tras estos éxitos y su primer Premio Ondas en 1969 como “mejor autor”, se adentró en el cine con ‘La Residencia’ (1969) y el teatro. Posteriormente firmó contrato con TVE para poner en marcha el programa que nos ocupa en este especial. El que marcó toda su trayectoria.

Más tarde, dirigió el concurso sobre el mundo animal ‘Waku Waku’ y le siguieron otros espacios reconocidos por los telespectadores como el innovador ‘Hablemos de Sexo’, el programa de sucesos ‘Luz Roja’ o el talent ‘El Semáforo’, entre otros trabajos.

Hoy, Narciso Ibáñez Serrador “Chicho”, sigue siendo reconocido por todo el sector como el “maestro” de la televisión.

Etiquetas
stats