'La Revuelta'

'La Revuelta' arrancó con tatuajes de Pedro Sánchez y Motos, la aclaración de tres bulos y “la misma mierda”

Broncano, Ricardo y Grison, en 'La Revuelta'

Paula Hergar

La Revuelta ya se ha estrenado en TVE. Una de las apuestas más esperadas (si no la que más) de la temporada en la cadena pública llegaba este lunes, 9 de septiembre, como una adaptación de La Resistencia al access prime time para competir contra El Hormiguero de Pablo Motos.

Cabe recordar que el fichaje de David Broncano y su equipo por La 1, como analizamos, se politizó fuertemente primero desde medios de derecha, luego con el impulso directo de Espejo Público y de El Hormiguero, y tras crear ese clima, directamente desde el PP a través de Feijóo y de Ayuso, a lo que también se sumó Ana Rosa Quintana.

Con un argumentario repetido hasta la saciedad que decía que era por “orden de Moncloa”, un “acuerdo inaudito” y que por sus términos económicos “hipotecaba” al ente público... especulaciones que ya desmentimos y que el propio presentador tildó de ridículas y ofensivas en la presentación del programa.

Cinco meses después del mediático fichaje se hacía realidad un programa que arrancaba con el guiño de su nombre a toda la polémica que provocó, provoca y podría seguir provocando: La Revuelta.

Banderas españolas, tatuajes de Pedro Sánchez y Pablo Motos y “la misma mierda”

“Casi digo 'esto es La Resistencia', bueno... es la misma mierda, es lo mismo más o menos, esto es La Revuelta, primer programa en TVE, estamos muy contentos” decía David Broncano al arrancar el programa. Efectivamente, el formato llegaba con una intro muy similar a la de Movistar Plus+, el mismo decorado (aunque más “ministérico y limpio, veremos cómo acaba la temporada), con Grison y Ricardo Castella en el mismo lugar, misma función y con Jorge Ponce y Lala Chus como primeros colaboradores.

El “spin off” presentó una continuidad casi absoluta y sin explicar a los nuevos espectadores de qué iba cada cosa: el espectador “castigado”, el “afortunado” sentado en el mejor lugar, el papel de Sergio Bezos, las preguntas clásicas... el público que veía por primera vez el formato se quedaría igual de perdido que quienes se saltan los “capítulos anteriores” de una serie. Y si seguimos hablando en clave de ficción, el estreno recordó a la famosa frase de David Simon al hablar de The Wire: “Que se joda el espectador medio”.

En la primera entrega Broncano se lanzó a romper unas pancartas con las palabras “desigualdad” y “barreras”, pero se frenó ante la pancarta con la bandera de España. Para continuar “aclarando tres cosas muy básicas”:

  • No me ha puesto aquí Pedro Sánchez, como si fuera su primo tonto del pueblo, no me hace falta”.
  • No cobro 14 millones de euros, lo he intentado pero hay que pagar a mucha gente. 160 programas que hay que hacer que son muchos programas”.
  • “Los 14 millones no salen de los enfermos, ni de la guardia civil, no funciona así, el presupuesto es uno y no se lleva de una cosa a otra. El que piense que hemos venido aquí a hacer propaganda de Pedro Sánchez está totalmente equivocado”.

Momento en el que Ricardo Castella interrumpió desorientado al descubrir que no venían a “lavar el cerebro a toda esta gente” y se añadió Grison lamentando su confusión: “Pero yo pensaba que veníamos con el rollo político” y mostró el tatuaje que se había hecho con el rostro de Pedro Sánchez en un pecho y el de Pablo Motos en el otro. “Uno es por justificar el sueldo de este mes y el otro para asegurarme el trabajo del año que viene”, bromeó.

Como guinda del pastel, Broncano y su equipo acabaron de demostrar que no se guían por las normas convencionales de la televisión (ni explicación de la mecánica a los espectadores, ni colaboradores estrella o secciones grandilocuentes) con la elección del surfista ciego Aitor Francesena como primer invitado.

Mientras en otros programas hubieran optado por un nombre mucho más rimbombante, ellos prefirieron seguir apostando por sus entrevistas de nicho (no por ello son menos interesantes) que, además, responden al objetivo de formar y entretener de una cadena pública.

No fue casualidad que mientras en Antena 3 Motos entrevistaba a una Borbón, en La 1 se estuviera dando voz a un campeón del mundo de surf adaptado. Así, La Revuelta dejaba claro que por más presupuesto, por más competencia y por más retos que les propongan, siguen siendo “la resistencia” televisiva. Ahora falta saber si eso será suficiente para enamorar a la audiencia en abierto.

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