Al ritmo del 'Ay mamá' de Rigoberta Bandini arrancaba la primera entrega de Montealto: regreso a casa, el especial de Rocío Carrasco, en Telecinco. “Un viaje emocional en el tiempo para descubrir una réplica casi exacta de la que fue la casa de Rocío Jurado durante 20 años en un sentido homenaje a la artista, la madre y la mujer” empezó explicando Jorge Javier Vázquez a los espectadores.
Segundos después entraba la protagonista a plató con un cambio de look: el pelo mucho más corto, al estilo Sonsoles Onega. “Me apetecía cortar por lo sano con mucho”, reconoció.
Se sentó para responder a algunas preguntas del presentador y de Belén Esteban, Carlota Corredera y el resto de colaboradores. Entre ellas, la del lamento de Gloria Camilia en Ya son las ocho, sobre haber recibido las pertenecias de su madre en un camión sin poder llamar a su hermana mayor. Algo a lo que no dudó en responder Carrasco: “A mí también me hubiera gustado que la canción hubiera sonado de otra manera. Pero desgraciadamente ha sonado con la música que ha sonado y es la que tengo que bailar, no me queda otra. La intención de cambiarlo depende de los músicos y en esta banda tocan muchos. Y al final el maestro es el mismo y con eso te he dicho todo”, zanjó refiriéndose a Antonio David Flores.
Preguntada también por los objetos que pide Rosa Benito y Amador Mohedano, una virgen y un piano, respectivamente, Carrasco explicó que “los vamos a custodiar, para que la gente que quería a Rocío pueda disfrutar de ellos”. Y añadió un cebo para la próxima temporada de su docuserie: “Hay que esperar a ver la serie de Rocío para poder entender...”
El dormitorio de Rocío Carrasco a los 18 años
El equipo del programa reconstruyó un edificio vertical a las afueras de Madrid, de casi 10 metros de altura, recreando el horgar de la artista en una especie de enorme casa de muñecas para volver al pasado de la tonadillera. El mayor aliciente de la entrega fue el descubrimiento de la primera estancia: el dormitorio de Carrasco tal y como lo dejó en 1995 al cumplir los 18 años. Es decir, antes de marcharse a vivir con Antonio David a Barcelona.
Antes de entrar en la nostálgica estancia, el presentador subrayó: “Casi el 90% de los enseres que van a ver han salido de las cajas de la herencia de Rocío Jurado, hay un pequeño porcentaje de elementos estéticos que la vida y el tiempo dejaron por el camino”.