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Rodolfo Sancho, en la docuserie de Max: “Si Daniel fuese una mujer, sería una mujer a la que han intentado violar”

Rodolfo Sancho cree que si su hijo Daniel fuera una mujer todos tendrían una opinión bien distinta de lo ocurrido en Tailandia hace ya más de un año, cuando el joven asesinó y descuartizó al cirujano colombiano Edwin Arrieta, según viene recogido en la sentencia por la que se le declaró culpable del crimen hace apenas un mes.

Durante la investigación se ha intentado esclarecer si Daniel y Edwin tenían algún tipo de relación sentimental, pues el condenado alega que Arrieta intentó agredirle sexualmente, se peleó con él, y la víctima murió accidentalmente.

En cambio, para el actor esta cuestión es “irrelevante”, y así lo expresa en el tercer capítulo de la serie documental sobre el caso, emitida actualmente en Max.

En este nuevo episodio, Sancho sostiene que la historia se estaría interpretando de una forma muy distinta si el asesino fuera una mujer. “Aquí me he mordido la lengua demasiado”, dice ante las cámaras. “Lo que importa es que, sea cual sea la situación, 'no es no'”, exclama utilizando este lema feminista contra las agresiones sexuales.

“Si en esta misma situación Daniel fuese una mujer, ¿estaríamos pensando en cómo era la relación antes? No, ¿verdad? Sería una mujer a la que han intentado violar”, argumenta el padre del condenado.

Dicho esto, Sancho expresa su “respeto y solidaridad” con los padres de la víctima, que “han perdido a un hijo y nada puede ser más doloroso”. No obstante, cree que “una cosa no quita la otra”.

La familia de Arrieta desconoce qué tipo de relación existía entre ambos. Eso es algo que nunca se sabrá porque Edwin está muerto, lamentan.

Daniel Sancho ha sido condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato premeditado de Arrieta. El joven ha evitado la pena de muerte por su colaboración durante el juicio. Sus abogados recurrirán la sentencia.

Sancho habla del descuartizamiento de Arrieta

Por otro lado, Rodolfo Sancho acusa a las autoridades tailandesas de no haber protegido los derechos del acusado, al que incluso se le negó un abogado inicialmente. Es más, acusa a los policías de haber “alterado” la escena del crimen porque supuestamente vivieron en la casa durante tres días con el propio Daniel.

La Policía defiende que, durante ese tiempo, Daniel simplemente era sospechoso, y aunque no había un abogado presente durante las inspecciones que se llevaron a cabo en el domicilio, sí le facilitaron un intérprete.

Sobre el descuartizamiento, Sancho dice que, tras haber escuchado a los psicólogos, ha entendido que su hijo, al ver que Arrieta estaba muerto, entró en una situación de “terror, pánico y disociación”.

“Los psicólogos saben que esto sucede. Estás en otro país, donde hay pena de muerte... Te asustas, te ciegas, el lóbulo frontal deja de funcionar entras en pánico, en estado de shock. ¿Lo digo como justificación? No, pero estas cosas ocurren”, expone en el tercer capítulo de la docuserie. En todo caso, agrega, con esto no quiere “justificar nada porque lo que hace Daniel es una barbaridad, es grotesco”.