Rodolfo Sancho vuelve a estar de actualidad, aunque esta vez por su trabajo ante las cámaras. Casi un año después del crimen de Edwin Arrieta por el que se juzga en Tailandia a su hijo Daniel Sancho, el actor estrena en cines la película Un paseo por el Borne, que ha implicado una pequeña promoción.
El suceso, que ha alimentado a los magacines de actualidad durante meses y que llevó al propio intérprete a aceptar una entrevista en una docuserie para HBO Max (ahora Max), sigue a la espera de sentencia, pero el actor considera que no debería tener influencia en su carrera artística. Así lo dice en una entrevista concedida a El Mundo: “Creo que no tendría por qué afectar”.
Eso sí, reconoce que de algún modo sí ha tenido repercusiones a nivel laboral en los últimos meses, al estar enfocado en la defensa de su hijo. “En todo este tiempo tuve que decir que no a una serie, pero fue por un problema de tiempos. Lo importante es que me ofrecieron el trabajo”, admite, aunque a la vez es cree que “es difícil saber” si habrá algún efecto.
“Jamás he vendido una exclusiva”
“Desde el punto de vista más personal. Un actor trabaja con sus sentimientos, con lo que es”, añade el protagonista de ficciones como El Ministerio del Tiempo e Isabel, que, preguntado por si cree que lo ocurrido le afectará a su manera de abordar la interpretación, responde: “No sé, todavía estoy asentando todo. Es un proceso”.
El actor también alude al interés por conseguir declaraciones o manifestaciones suyas, y a la vez al reclamo que supuso hablar en El caso Sancho para HBO Max; una entrevista, recordemos, que aceptó para costear la defensa legal de su hijo en Tailandia. Sancho pone énfasis en que él no se ha “prodigado” en medios: “Jamás he vendido una exclusiva. Cada uno es libre y no me voy a meter con nadie. Pero hay actores que hacen negocio con su vida personal. No es mi caso”.
“Es vergonzoso el tratamiento que dan de ciertas cosas”
“No comprendo por qué mi vida personal interesa a nadie”, reitera Sancho, que en todo caso aclara que “el 90% de la gente que se me acerca es amable”. En todo caso, es duro con “un tipo de prensa que vive en su mundo de audiencias” y que a su juicio “explota todo sin compasión”. “Lo único que confío es que la gente, que es inteligente, acabe por darles la espalda”.
“Es vergonzoso el tratamiento que dan de ciertas cosas. Y no hablo solo de mí, me refiero en general”, agrega.