El próximo sábado, 27 de julio, se cumple un año del nombramiento de Rosa María Mateo como Administradora Única de RTVE en sustitución de José Antonio Sánchez, el último presidente del ente público a propuesta del PP.
Su designación para el cargo como consecuencia de un decreto ley del Gobierno de Pedro Sánchez, aprobado por el Congreso, fue rechazada por el PP y Ciudadanos, que desde entonces no han dejado de exigir su dimisión.
Desde su nombramiento, ha estado en el foco de las críticas políticas que han usado los datos de audiencias de TVE para arremeter contra ella. La primera cadena pública ha finalizado el curso anotando en junio su mínimo mensual histórico (8,7%). La falta de un prime time competitivo, donde solo MasterChef y los partidos de España se han salvado de la quema, han lastrado el rendimiento en audiencias de La 1 mientras trabajadores y dirección piden el desbloqueo en el que está sumida la corporación para poder mejorar sus resultados mientras recuperan poco a poco el terreno perdido frente a laSexta como referente informativo.
Las fuertes críticas a su gestión a las que se ha visto sometida durante estos doce meses por parte de ambos grupos no han cesado, hasta el punto de que la propia Rosa María Mateo, nada más saber que se adelantaban las elecciones generales, aseguró que presentaría su dimitir “inmediatamente” al nuevo Gobierno que se formase.
Ese compromiso lo adquirió Mateo en su última y tensa comparecencia en la Comisión Mixta de RTVE, celebrada a finales del mes de febrero en el Congreso. Aquel día la periodista dejó vislumbrar que estaba harta de las presiones y ataques que estaba sufriendo, especialmente por parte de los diputados del PP que no le dieron ni un día de tregua.
“Vine para un periodo provisional, de dos o tres meses”, recordó, “un periodo muy provisional al que me enfrenté con toda mi buena intención y poniendo todo mi conocimiento y todos mis deseos de hacerlo lo mejor posible”, afirmó. “No me voy a atar a la silla ni a seguir aquí a costa de lo que sea”, afirmó, visiblemente dolida.
Esas peticiones de dimisión volvieron a escucharse durante la campaña electoral del 28A por el tratamiento poco “objetivo” que, según Cs y PP, había dado TVE a los grupos de la oposición en contraposición al PSOE y “sus aliados”.
Hace escasas semanas ambos grupos, junto con Vox, reclamaron de nuevo la cabeza de Mateo por haber permitido que el Canal 24h entrevistara a Arnaldo Otegi, líder de Bildu. El Consejo de informativos sin embargo, defendió la iniciativa.
El lunes pasado, en su intervención en el debate de investidura de Pedro Sánchez, fue Albert Rivera el que reiteró la petición de dimisión de la administradora única de RTVE a la que puso como ejemplo de los “500 enchufados” en puestos públicos que en Cs aseguran que ha colocado Sánchez. Además, insistió en que Sánchez la había puesto “a dedo”, algo que no es cierto ya que necesitó el apoyo parlamentario de una amplia mayoría para ser nombrada.
Además, el líder de Ciudadanos acusó al presidente en funciones de haber puesto todo tipo de palos en las ruedas para impedir que el concurso saliera adelante.
El tortuoso proceso para la renovación de TVE que culminó en decreto ley
Rosa María Mateo llegó a la dirección de la corporación pública tras un largo y tortuoso proceso, después de que de los grupos parlamentarios fracasaran en su intento de alcanzar un consenso para que la renovación del Consejo de Administración se realizara a través de un concurso público, tal y como contemplaba la reforma de la ley de RTVE.
Hasta ocho sesiones plenarias tuvieron que convocarse para que el Gobierno del PSOE -que por entonces contaba solo con 84 escaños- consiguiera que su nombramiento alcanzara la mayoría absoluta, establecida en 176 votos. Ese 27 de julio de 2018 Mateo logró 180 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, ERC y PDeCat y Bildu) de los 312 votos emitidos; un voto en blanco y 131 votos nulos, del PP (no se podía votar en contra).
Ciudadanos no participó en la votación y abandonó el hemiciclo antes de que ésta comenzara en señal de protesta por un nombramiento fruto de un decreto ley con el que los de Rivera no estaban de acuerdo, pactado con Unidos Podemos y PNV y apoyados por ERC y PDeCAT
Mateo llegó para un mandato “provisional” ya que, según explicaba el decreto, la nueva responsable de RTVE “se encargará de la administración y representación de la Corporación hasta que se produzcan los nombramientos de los consejeros por concurso”, un procedimiento en el que los grupos del Congreso continuaron trabajando.
Mientras tanto, según dicho decreto, se le otorgaban “capacidades ejecutivas plenas”, pudiendo “firmar contratos, destituir a cargos directivos y nombrar nuevos, entre otras funciones”, lo que Mateo hizo poco después de aterrizar en el cargo pese a las protestas del PP y de los profesionales que los anteriores gobiernos conservadores habían colocado a dedo al frente de unos informativos cuyo prestigio estaba hundido.
El concurso inició sus trabajos y llegó, no sin incidencias y mucho esfuerzo, a una fase de elección de los precandidatos a ocupar el nuevo Consejo de Administración, tras ser evaluados por el Comité de Expertos nombrado con tal fin. A finales de agosto todo parecía más o menos encarrilado. Pero la convocatoria de nuevas elecciones frustró todo.
El concurso, aunque no ha decaído, ha quedado en stan by, con 20 aspirantes seleccionados pendientes de evaluación por la Comisión de Nombramientos de las Cámaras. Sin embargo, entre los grupos no hay unanimidad sobre si deben continuar en ese punto sin tiran por la borda todo el trabajo hecho, o empezar de cero. Así que probablemente serán los letrados del Congreso los que decidirán una vez que esté constituidas las Comisiones, entre ellas la Mixta de control de RTVE, que según adelantan fuentes parlamentarias a Vertele, será la última dado que su composición tiene que ser aprobada por el Pleno del Congreso.
Primera rendición de cuentas de Mateo en la Comisión de RTVE
El 25 de septiembre de 2018 la nueva responsable del ente se sometió a su primera rendición de cuentas ante la Comisión Mixta de Control Parlamentario de RTVE que estuvo centrada en “informar sobre la política y justificación de los nombramientos y ceses” producidos en la dirección de la radiotelevisión pública desde su elección, así como para explicar “los criterios informativos” de las noticias relacionadas con el Gobierno.
Diputados y senadores se centraron en preguntarle por los criterios que le motivaron a acometer la “avalancha de cambios” en la radiotelevisión pública, y quisieron saber si había recibido “instrucciones” del Gobierno socialista para desempeñar su gestión. La tensión con el PP no había hecho más que empezar.
A esa comparecencia siguieron tres más antes de acabar 2018 con el común denominador de los enfrentamientos entre Mateo y el portavoz del PP en la Comisión Mixta, Ramón Moreno, al que Mateo llegó a tildar de “miserable y mezquino” por sacar a colación unas colaboraciones de su hijo Germán con TVE, cuando el diputado le pedía que rindiera cuentas por la sociedad patrimonial de la que es apoderada.
Posteriormente Mateo presentó sus disculpas. “Reaccioné de esa manera porque entendí que se estaba atacando a una persona muy querida para mí. Espero que pueda entenderlo. Por ello le pido disculpas”, señaló.
En esa misma comparecencia de octubre pidió a los diputados conservadores que respetaran a los profesionales. “Señores y señoras del PP dejen de lanzar toda su artillería contra la televisión pública, es también su televisión, es la televisión de todos y para todos, y quiero pedir a los españoles que vuelvan a confiar en la televisión pública”, les exhortó ante la pérdida de liderazgo de los informativos de la cadena pública. Según explicó, en su opinión, “audiencia y calidad no siempre van de la mano”, reconociendo que a ella le preocupa más la calidad que la audiencia.
El año acabó con otro rifirrafe entre la Administradora Única y los diputados del PP que la acusaron de “despreciar al Parlamento”. “He respondido a todas sus preguntas, repase el diario de sesiones, aunque usted solo ha asistido a una, en las demás la han sustituido”, le dijo a Susana Camarero. “Otra cosa es que mis respuestas no le hayan complacido”. “Soy consciente de la obligación que tengo pero nunca doy satisfacción a sus diputados”, lamentó Mateo.
Justo un año después de su nombramiento “provisional” Mateo espera a que haya Gobierno para cumplir su compromiso, por lo que será el nuevo Gabinete de Sánchez el que decida si debe cesar en su cargo o bien le piden que continúe en él hasta que Las Cortes culminen el concurso público. ¿Cuántos meses podría suponer ese colofón? La pregunta queda de momento sin respuesta.