Un equipo de Sálvame se ha apostado a las puertas de la casa de José Ortega Cano para seguir de cerca los movimientos del torero. La crisis matrimonial entre él y su mujer, Ana María Aldón, está siendo la comidilla del programa de Telecinco, que este jueves ha entrevistado en directo a “la vecina traidora” de la pareja.
La señora vive en esta exclusiva urbanización de Cádiz en la que veranean Ortega Cano y Aldón, con los que coincide algunas veces, así que al programa de La Fábrica de la Tele le ha parecido motivo suficiente para preguntarle su opinión sobre ellos. “A mí no me presentes como 'la vecina traidora'. Yo todo lo que he dicho es verdad”, le ha exigido a Omar Suárez, el reportero que la ha entrevistado. “La traidora es ella, que tiene al marido mangoneado. Ana María no me cae bien porque es muy prepotente y me m ira de arriba a abajo. Y yo son muy sencilla”, se ha defendido.
“Ana María es una aprovechada”, ha sentenciado la vecina cuando el periodista le ha pedido un titular con el que cebar la posterior entrevista. A la presentadora del programa, Adela González, no le han gustado demasiado el tono y las palabras utilizadas por la invitada, que se refería al torero como “un hombre sencillo y educadísimo que sale a tirar la basura por las noches como una persona normal”.
“¿Qué le ha hecho a usted Ana María? La tiene entre ceja y ceja”, le ha preguntado la periodista vasca, pero la señora, lejos de rebajar el tono, se ha envalentonado llamando “cateta” a la mujer de Ortega Cano.
“Ana, le voy a pedir respeto. Insultos no. Está en su libertad de opinar, pero vamos a guardar las formas”, le ha pedido Adela. “Una persona como ella no se merece respeto”, ha insistido la entrevistada.
Aparece en escena Ortega Cano
Mientras todo esto se producía a las puertas de la urbanización, Omar Suárez se ha levantado sobresaltado al darse cuenta de que había mucho movimiento en el acceso de la vivienda del torero. Y en efecto, allí estaba Ortega Cano. El reportero ha corrido hacia él y ha podido enchufarle el micrófono para que hiciera un breve comentario con el que hacer constar su enfado por el espectáculo que se estaba formando allí.
“Digo buenas tardes por decir algo, porque me parece de tan poca vergüenza que estén ustedes aquí irrumpiendo a estas horas que está la gente en sus casas, y diciendo barbaridades y buscando gente”, se ha quejado el marido de Aldón. ¡No tienen vergüenza! Ustedes los primeros, y luego los demás“, ha sentenciado antes de cruzar la puerta dando algunas últimas voces.
Tras esta inesperada aparición, el periodista de Sálvame ha regresado al lugar en el que estaba entrevistando a “la vecina traidora”, que no ha recibido con mucho entusiasmo las palabras del torero: “Ha dicho que no tenemos vergüenza. ¡Que venga y me lo diga a la cara!”, le ha retado.
Pero la señora, arropada por un sonoro aplauso del público, no ha cejado en su empeño de desacreditar a la diseñadora de moda, a la que se ha referido como “una bruja a la que solo le falta la escoba”.
Desde plató le ha interrumpido Adela González para echarle el alto: “No, por favor. Vamos a escuchar todas las opiniones, pero sin faltas de respeto e insultos. Usted puede contar lo que ve, su experiencia, pero no puede insultar a la gente. Es feo esto. Es una cuestión de educación”, le ha reprendido.
La vecina se ha revuelto entonces contra la presentadora: “Ahora no nos vamos a poner ñoñitos. Ustedes insultan ahí a quienes les da la gana (...) No se te ocurra decirme lo de la vergüenza... porque yo tengo vergüenza para dar y tomar”, le ha advertido. Y Adela le ha explicado lo que se puede y no se puede hacer en el programa: “Si a nosotros no nos gusta que se insulte a la gente, no se insulta. Es una cuestión de respeto, sin más”.