Si hay una serie que está teniendo un eco especial en este inicio de otoño es Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, la temporada 2 de la ficción antológica de Ryan Murphy en Netflix. Un proyecto que ha disparado la conversación alrededor del caso real, pudiendo tener consecuencias importantes para sus protagonistas, y que a nivel puramente artístico y audiovisual está causando impacto por uno de sus capítulos.
Hablamos del quinto episodio, que como ya destacábamos en nuestra selección de títulos favoritos del tercer trimestre es uno de los capítulos más brillantes de los últimos tiempos en una serie. Y es que frente a la acción y recursos de otras entregas, esta destaca sobre las demás por ser un plano secuencia de 34 minutos con el personaje de Erik en el centro de la escena relatando, sin corte alguno, los abusos a los que presuntamente fue sometido durante su infancia.
Tras las reacciones generadas, especialmente por la interpretación de Cooper Koch en el papel del menor de los hermanos Menendez, el propio actor y su compañera Ari Graynor -la otra gran protagonista del capítulo en la piel de la abogada Leslie Abramson- han hablado con Variety sobre detalles desconocidos de cómo se prepararon y cuántas tomas hicieron falta para dar con este brillante resultado.
Ocho tomas “sin errores” para un capítulo único
“Lo grabamos ocho veces, cuatro tomas al día durante dos jornadas de grabación”, cuenta la intérprete, que desvela que fue la octava y última toma grabada la que se quedó definitivamente en el episodio y la que ha llegado a los espectadores a través de Netflix.
Graynor explica que tenían agendados “muchos ensayos”, pero que en cuanto el director Michael Uppendahl les vio pasar el texto por primera vez se lanzó directamente con ellos a la acción: “Cooper y yo lo repasamos varias veces solos, únicamente para hacerlo en voz alta, y luego lo hicimos en el ensayo. Creo que ambos habíamos pasado tanto tiempo preparándolo y nos preocupamos tanto que entramos en la sala, lo hicimos una vez y nuestro increíble director dijo: 'No lo ensayemos, vamos a rodar'”.
El reto de este plano de más de media hora sin cortes es mayúsculo para ambos actores, pero más si cabe para un Cooper Koch que está en el centro de la acción. Es por ello que según desvela él mismo le costó especialmente al principio, pero terminó dando un resultado “mejor de lo que podía haber imaginado nunca”. “[Tras las primeras dos tomas] me acerqué a Michael y le dije que necesitaba ayuda. Él me dijo que pasara a la siguiente toma y estuviera abierto a Ari, mi compañera. Eso realmente lo abrió todo y me sentí increíble después de la tercera toma”.
“Ver a Cooper hacer eso fue extraordinario. Nunca nos detuvimos, no hubo errores y cada toma fue totalmente diferente. Creo que ambos sabíamos el increíble regalo que era para nosotros como actores”, destaca Ari Graynor, mientras que Koch admite que su compañera “fue muy generosa con su actuación”.
Por otro lado, Ryan Murphy, el creador de la serie, desvela por qué decidieron apostar por un plano secuencia tan arriesgado para este episodio de Monsters: “Cuando escribimos el guion pensamos que la manera más poderosa de hacerlo era intentar rodarlo en una única toma para que la gente no pudiera mirar a otro lado”, argumental, al tiempo que elogia a los intérpretes: “Los dos estuvieron supercomprometidos con lo que estaban hablando y con darles a las víctimas de abuso sexual su día en la corte, por así decirlo”.