Masterchef Junior 8 ya tiene a sus finalistas: Nicolás, Aurora, Henar y Javier. Los pequeños cocinarán la próxima semana para tomar el relevo de Lu, la anterior ganadora del talent de TVE.
A cambio, Adriana, Manel y Antony se quedaron a las puertas de la final tras una entrega lacrimógena en la que los pequeños se reencontraron con sus abuelos, vivieron una competitiva prueba por equipos y un último cocinado que convirtió a Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez en telefonistas.
Antony y Javier, los enemigos íntimos de la edición, se despidieron cordialmente pero sin demasiados gestos de cariños, tras pasar tantas entregas enfrentados.
Un cocinado con sus abuelos y técnicas de vanguardia
Para la primera prueba de la noche los jueces se disfrazaron de La Monja, Pennywise y Freddy Krueger, para sorprender a los aspirantes que al verlos se pusieron a llorar. Pasado el susto, el ilusionista Jorge Blass hizo que aparecieran en las cocinas los abuelos de cada uno de ellos y las lágrimas de miedo se convirtieron en emoción.
Los abuelos aparecen por arte de magia de Jorge Blass
Junto a sus mayores cocinaron diferentes recetas tradicionales aplicando técnicas de vanguardia que habían aprendido. Las críticas positivas se las llevó Henar por una “fantasía de rabo de toro” que encantó a los chefs, “un plato riquísimo para presumir y ponerlo en cualquier restaurante serio”, aseguró Pepe. Nicolás con un “rape a las finas hierbas” que tuvo “pequeños defectillos” pero que convenció con la “modernización” que le dieron. Y Carlos que presentó una sopa de ajo que gustó a los jueces aunque tenía un “exceso de ajo”.
En cambio, las valoraciones negativas fueron para Antony por unos primeros callos “faltos de tranquilidad”, Adriana por un guiso de marisco “demasiado valiente que estuvo algo fallido”. Manel que entregó unos fideos con sofrito a los que les faltó “escuchar algo más los consejos de la abuela” y Aurora que optó por un arroz a “falta de tiempo para el sofrito”
Por lo que los peor puntuados fueron Manel y Adriana y la mejor fue Henar.
Prueba exteriores con capitanes desesperados
La prueba de exteriores desplazó a los aspirantes y al equipo hasta Cantabria para conocer la cueva de El Soplao y la cueva de Altamira, donde descubrieron la historia de las pinturas rupestres más valoradas del mundo.
Desde allí hicieron el último cocinado por equipos, enfrentándose a elaboraciones donde las técnicas de vanguardia y la imaginación iban a ser fundamentales. Para ello, el equipo rojo lo capitaneó Adriana y lo formó con Antony, Henar y Aurora. Mientras que el equipo azul fue liderado por Manel y tuvo un integrante menos, contando solo con Javier y Nicolás.
Javier y Henar, a la aventura de ordeñar vacas y cabras
Muy a pesar de un capitán que sí que repartió bien las tareas y dio buenas órdenes, el equipo azul sufrió continuos enfrentamientos entre Javier y Nicolás. “No entiendo por qué siempre tengo que ser el secundario, nunca puedo protagonizar las cosas”, decía entre lágrimas Nicolás. “No puedes sentirte celoso porque tú siempre haces las cosas bien y eso te resta puntos”, le calmó Jordi Cruz con un abrazo final.
Pero también el bando rojo vivió momentos críticos con Adriana llorando por no lograr que sus compañeros realizaran las tareas como ella deseaba. Hasta Samantha se metió a las cocinas para ayudar a hacer esferas al equipo rojo, algo que sorprendió a los jueces que le hicieron fotos “para la posteridad”.
Para arrancar la valoración, Adriana y Manel confesaron que la capitanía había sido más complicada de lo que pensaban en un principio. Pero el que más bronca se llevó fue Antony por “ir por libre” en todas las pruebas por equipo. Por todo ello, el equipo azul fue el ganador y sumando los puntos, Nicolás se convirtió en el primer finalista de la edición.
Nicolás, primer finalista de MasterChef Junior 8
Adiós a Manel, Adriana y Antony
Adriana, Antony, Henar, Javier, Manel y Aurora llegaron a las cocinas para enfrentarse al último desafío de la noche. Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz se convirtieron en teleoperadores para pasar las llamadas de los aspirantes a sus mejores amigos que les detallaron la receta que iban preparando.
Si ya era difícil cocinar en solitario, el tener que llamar y contactar con otros pequeños que enumeraban los pasos a seguir, provocaron un caos en las cocinas que dificultó aún más una última prueba decisiva. Tanto que, Antony acabó llorando por no tener nada de lo que le habían pedido: “No he hecho nada, nunca me había pasado”, se lamentaba.
Javier sorprendió con su ensalada que calificaron de “brutal”, Aurora también logró un morrillo de atún con una estética “prácticamente igual a la original”, Adriana presentó un salmón con un emplatado que parecía que le había “llovido encima”, las seis langostas de Henar convencieron por “el gusto, estética y aliño”, Antony presentó un postre que no pudieron ni probar y Manel entregó otro con “un bizcocho seco cual mazacote”.
Antony, Manel y Adriana se queda a las puertas de la final
Tras la deliberación para entregar los últimos puntos de la noche, los jueces los repartieron de tal manera que Aurora, Henar y Javier se clasificaron para la final y Antony, Manel y Adriana se despidieron de las cocinas.