Este 2020, series como El Internado, Los Hombres de Paco y Física o Química han vuelto a la conversación seriéfila años después de cerrar sus tramas. El motivo no es otro que el anuncio de sus regresos en forma de reboots y secuelas para Amazon Prime Video y Atresmedia, que han abrazado la nostalgia para hacer las delicias de muchos espectadores que crecieron y vivieron entre La Laguna Negra, la comisaría de San Antonio y el Zurbarán.
Pero además de disparar el hype entre los más acérrimos, el renacer de estas tres ficciones míticas ha abierto la veda de críticas a la supuesta falta de la originalidad de las series españolas, tantas veces señaladas por quienes las consumen... y por los que no tanto.
La crítica forma parte de la cultura patria, como también eso de infravalorar lo que se hace en casa en contraposición a lo de fuera. Las series no podían ser menos, y acostumbran a convertirse en víctimas de juicios tan justificados como injustos en muchas ocasiones. ¿Cuántas veces al año se pronuncia esa frase de “es que no se hacen series españolas buenas”? ¿Y aquello de “todo es una copia de tal y cual”? Por supuesto, “ningún actor sabe actuar”, y ahora muchos decretan que “la ficción nacional se ha quedado sin ideas”.
El reboot, un reflejo de las tendencias globales
Con decenas de estrenos al año, tanto en abierto como en las plataformas de pago, se antoja un tanto improcedente sentenciar a un sector por ciertas excepciones, por mediáticas que resulten, pues lo cierto es que ninguna de estas generalizaciones definen a una ficción nacional en crecimiento y cada vez más diversificada. La presencia de tres ficciones tan eclécticas como 30 monedas (HBO), Antidisturbios (Movistar+) y Patria (HBO) en festivales de proyección internacional como Venecia y San Sebastián son síntomas también del momento actual de la industria patria, tanto o más significativos que la supuesta proliferación de remakes.
Porque si bien es cierto que las tres marcas sean suficientemente reconocibles por la audiencia como para concentrar la atención, su desarrollo no puede considerarse paradigmático de la producción española. En todo caso, refleja una tendencia a nivel global, o al menos occidental, a la que la televisión nacional se encuentra más abierta debido a la progresiva apertura al exterior que han propiciado las plataformas.
La fiebre por los reboots, por la recuperación de franquicias con calado popular se ha venido produciendo desde la temporada 2017/2018 en la ficción estadounidense, ejerciendo de faro para el resto del mundo, con la recuperación de títulos como Will & Grace, Las chicas Gilmore, Sensación de vivir o Punky Brewster, y que sigue probándose como un reclamo de garantías para el público en el mercado atomizado del streaming: ahí está el ansiado reencuentro de Friends, uno de los grandes valores para fomentar las suscripciones a HBO Max incluso antes de haber sido grabado.
La puesta en marcha de revivals obedece a una dinámica a la que la ficción española, en tanto que industria cada vez más internacional, responde, tratando de aprovecharla en su beneficio. Pero antes que este, ya hemos asistido durante el último decenio a otros fenómenos transitorios similares: así como ahora asistimos a una moda revival, antes se dinamizaron los remakes de franquicias míticas, como también lo hicieron las adaptaciones televisivas de franquicias cinematográficas (de Arma Letal a El exorcista, pasando por Taken). Ya entonces, aunque de forma más tímida, la industria exploró vías para amortizar estos movimientos (no tan lejos tenemos los fallidos intentos de Atresmedia con Cuerpo de élite y Buscando el norte, traslaciones catódica de sus propias producciones cinematográficas). En mayor o menor medida, el sector trata de satisfacer la demanda de contenidos y marcas con fiabilidad probada, más aún ahora que la competitividad aumenta cada vez más. Más aún si la cultura de la nostalgia es una de las claves sobre las que construyen su ocio, sus relaciones y su consumo las generaciones de adultos contemporáneas.
Sin embargo, si atendemos al volumen de producción, la presencia de secuelas es cuando menos residual o anecdótica, por más que, como decimos, sean proyectos con gran seguimiento y asentamiento en la cultura popular reciente.
Las líneas maestras de la vasta producción española
Centrando la mirada únicamente en este 2020, las cadenas y plataformas han estrenado en lo que llevamos de año una treintena de nuevas series españolas, a la que se suman hasta quince nuevas temporadas de otras ya asentadas. Además, TVE, Atresmedia, Mediaset, Netflix, HBO, Movistar y Amazon Prime Video tienen en marcha otras veintiocho nuevas producciones patrias originales para lanzar en los próximos meses -más nuevas entregas de las estrenadas entre 2019 y principios de 2020- lo que se traduce en más de ochenta proyectos de ficción en movimiento en solo un año.
Entre ellas encontramos tres revivals, como también hay adaptaciones de éxitos literarios, spin-offs, series de época, terror, thriller, drama y mucha comedia. A continuación, desglosamos la hoja de ruta de la ficción española en este 2020 y examinamos las tendencias de un sector al que, a decir verdad, no parece que se le hayan acabado las ideas.
- RTVE: En lo que llevamos de año, la cadena pública ha estrenado en su canal principal dos nuevas series (Néboa y Diarios de la cuarentena), ha emitido temporadas de El Ministerio del Tiempo y Cuéntame, y se prepara para la llegada de Inés del alma mía tras su preestreno en Amazon. Mientras, en su plataforma Playz ha lanzado ficciones como Drama y Grasa con gran acogida.Además, la corporación tiene a punto HIT, que se presentará en el Festival de Málaga; rueda Ana Tramel: El juego, la adaptación televisiva de Ana (Roberto Santiago); ha aprobado El Pilón de José Mota; y aborda nuevas entregas de La caza: Monteperdido (ahora Tramuntana), Estoy vivo y la familia Alcántara.
- Atresmedia: El grupo privado está siendo especialmente productivo en lo que a ficción se refiere y ha 'dado a luz' ya a siete nuevas series en los últimos meses, aprovechando las posibilidades de su plataforma Atresplayer Premium. Sus suscriptores han podido ver La valla, Mentiras, Benidorm, Luimelia, Campamento Albanta y los dos primeros capítulos de Veneno antes de que muchas de ellas salten a Antena 3. A ellas se suma Perdida, que ya ha tenido vida en abierto y en pago. La comedia Deudas, la adaptación televisiva de Señor, dame paciencia y la versión española de Fatmagül, con título Alba, serán sus próximas series originales además de las ya comentadas secuelas Los hombres de Paco y FoQ: El reencuentro.
- Mediaset: Fruto de su acuerdo con Amazon Prime Video, todos los estrenos de ficción del año de Mediaset han visto la luz por ahora en la plataforma de pago. Hablamos de Caronte, Madres y Desaparecidos, tres procedimentales de corte tradicional que llegarán próximamente en Telecinco. También se han visto bajo suscripción las nuevas temporadas de El Pueblo y La que se avecina, que todavía tiene futuro en la cadena, pero para tenerlas abierto habrá que esperar al menos los seis meses que dicta el contrato entre ambas empresas. Sí ha emitido ya, en cambio, la segunda y última de Vivir sin permiso.En cuanto a las producciones en marcha, por ahora se han anunciado las adaptaciones televisivas de las novelas de sus periodistas Sonsoles Ónega y Carme Chaparro. El proyecto más avanzado es el de la primera, Después del amor, que tendrá a Paula Echevarría como protagonista. De No soy un monstruo por ahora no se han adelantado detalles.
- Movistar+: pasando a las plataformas de pago, el portal de Telefónica mantiene un ritmo de premieres muy estable desde que se lanzara a la producción, alternando nuevos títulos y temporadas adicionales de sus principales éxitos: por de pronto, hemos visto las conclusiones de El embarcadero y Justo antes de Cristo (ambas tras la segunda temporada) y de Mira lo que has hecho (tercera), así como las tercera remesas de SKAM España y Vergüenza, el debut de La unidad y el lanzamiento de su miniserie en torno a los orígenes de ETA La línea invisible.Para los que están por venir se agolpan también numerosas ficciones en distintas fases de trabajo: las de llegada más inmediata, Antidisturbios (que como dijimos, se verá en Sección Oficial de Donostia) y Nasdrovia (cuya segunda temporada ya está en marcha); luego llegarán lo siguiente de Urbizu tras Gigantes, Libertad; la comedia Supernormal, el thriller Paraíso, las adaptaciones de Dime quién soy liderada por Irene Escolar, y Lo que te diré cuando te vuelva a ver (Los Espabilados) de Albert Espinosa; Los reyes de la noche, comedia con Javier Gutiérrez y Miki Esparbé, además de las segundas tandas de Merli: Sapere Aude, Vida perfecta y La unidad. Y no olvidemos su gran coproducción con la estadounidense AMC, La fortuna, primera serie a la que se enfrenta Alejandro Amenábar y oferta estrella para 2021.
- Netflix: El gigante del streaming sigue con su propósito de ser un gigante también en la producción de ficciones originales españolas. En lo que llevamos de 2020 ha lanzado tres nuevas (El vecino, la coproducción White Lines y Valeria, adaptación de las novelas de Elisabet Benavent), así como temporadas de La casa de papel, Élite y Las chicas del cable, que se ha despedido para siempre con su quinta temporada.Para ocupar su hueco ya ha puesto en marcha Jaguar, también con Blanca Suárez, y otras seis series nuevas: Sky Rojo, de Álex Pina; El desorden que dejas, del 'padre' de Élite Carlos Montero; Alguien tiene que morir, de Manolo Caro; una ficción aún sin título de Daniel Sánchez Arévalo; El inocente, de Oriol Paulo; y el anime de Memorias de Idhún, la famosa trilogía de Laura Gallego.En cuanto a nuevas temporadas, ya está en marcha la quinta de La casa de papel, la cuarta de Élite, la tercera de Alta mar, así como las segundas de Hache, Valeria y El Vecino.
- HBO: ya hemos hablado del ritmo más parsimonioso de la compañía, que prefiere anteponer calidad a cantidad. Tras el retraso en el lanzamiento de Patria, que previo paso por San Sebastián se estrenará el 27 de septiembre, ha contado con la antología En casa, realizada en confinamiento, y con Por H o por B. Con el otoño arrancará 30 monedas de Álex de la Iglesia, mientras que también en cartera para el futuro cuentan con un proyecto tan particular como Escenario 0, mezcla de disciplinas artísticas con Bárbara Lennie e Irene Escolar como valedoras.
- Amazon Prime Video: el gigante del comercio electrónico ha engrosado el catálogo de su plataforma de VOD, con el acuerdo con Telecinco para lanzar en primicia sus nuevos títulos de ficción (Caronte, Madres, Desaparecidos, LQSA); y su alianza con TVE para lo mismo, apostillada con el preestreno Inés del alma mía (en la que entran también como coproductores). Además, también ha lanzado su propia ficción realizada en cuarentena, Relatos con-fin-a-dos.Si hablamos de producción propia que está por venir, hay que destacar su primera gran superproducción nacional, El Cid, con Jaime Lorente como protagonista; la coproducción internacional 3caminos, con Álex Gonzalez; y el mismo reboot de El internado. No olvidemos tampoco La templanza, con Leonor Watling y Un asunto privado, producida por Bambú. Sumemos a estas la tercera y última temporada de Pequeñas coincidencias, y la también la tercera de El pueblo, de la que ha emitido este primer semestre del año la segunda.
- No dejamos atrás los debuts en la producción de ficción patria de otras plataformas de pago como TNT con la comedia Vamos Juan, continuación de Vota Juan, y de Orange TV con la cinta de terror Caminantes. Esta última también ha emitido dos coproducciones con participación española: The Head de los hermanos Pastor y Kosta. The Paradise.
- También está siendo un buen año para las cadenas autonómicas: en TV3 ha visto la luz Jo també em quedo a casa, nacida en el confinamiento, y la segunda temporada de Les de l'hoquei, mientras que Aragón TV ha dado que hablar con El último show, la serie sobre Marianico 'el corto'. EiTB, por su parte, prepara Alardea con Itziar Ituño y Carmen Climent.
Semejante lista nos permite probar que, puestos a hablar de tendencias, las que dominan sobre el panorama son las adaptaciones literarias y los dramas de época -y la mezcla de ambas, con Inés del alma mía o Dime quién soy como claros ejemplos-. El thriller policíaco, en sus diferentes vertientes y categorías (policías rasos, unidades especiales...) siguen con un alto grado de eficacia tanto para las cadenas generalistas como para las grandes plataformas; y no olvidemos el género de la comedia, uno de los más prolíficos y funcionales en nuestra televisión, pero con una variedad de estilos cada vez mayor.
En resumen, hay suficientes perspectivas y tonos como para poder decir que falta originalidad en la ficción es ya una opinión poco original.