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Así ha sido el primer ensayo de Blas Cantó en Eurovisión 2021, con escenografía mínima y una luna gigante

Redacción

Blas Cantó pisó por fin el Ahoy Arena de Rotterdam para someterse a su primer ensayo para Eurovisión 2021, descubriendo así la puesta en escena creada por Marvin Dietmann para Voy a quedarme. El artista ya había precisado que se trataba de una escenografía minimalista y que iba de menos a más, algo que se ha podido comprobar sobre el escenario.

La actuación del candidato español servía para cerrar la quinta jornada de ensayos en el estadio. El murciano se colocaba en posición a eso de las 19:10 horas, 15 minutos más tarde de lo previsto debido a los protocolos de limpieza contra el coronavirus, aunque un fallo técnico al poco de comenzar el primer estribillo obligaba a parar y volver a empezar pasadas las 19:20 horas. Fue entonces cuando pudimos asistir a la revelación de la puesta en escena.

Una escenografía mínima con una luna gigante

Vestido completamente de negro, y rodeado de oscuridad, Cantó se colocaba en el centro del escenario para entonar a capella la primera estrofa, rodeado por dos operadores de steadycam. A partir de ahí, la música comenzaba a acompañarlo, mientras el fondo de paneles LED representaba un cielo estrellado donde la luna tenía gran importancia. Esta no solo se proyectaba mediante infografías sino que, según avanzaba la canción y se amplificaba la percusión, “eclosionaba” en un elemento físico de considerables dimensiones -la retransmisión de RTVE.es indicaba que medía 7 metros de diámetro- flotando en el escenario. Al final de la actuación, este globo se acababa tiñendo de un color rojo intenso.

Mientras tanto, Blas permanecía estático en buena medida, sin moverse de su posición inicial, centrado en la parte vocal. Su interpretación, cabe decir, ha sido correcta, sin que le haya afectado esa interrupción forzosa por motivos logísticos, y muy contenida. En las antípodas de lo que fue la propuesta de nuestro anterior representante, el eufórico Miki Núñez en 2019.

Fría recepción de la puesta en escena

El trabajo en la escenografía arrancó en enero y se ha visto sujeto a retoques continuados para dar con el tono que pretendía el cantante. “En la segunda parte de la canción se aprecia el cambio es más significativo”, precisaba a RTVE antes de mostrar al público el resultado, que no está demasiado lejos de lo que se pudo ver durante la preselección de febrero. Esto ha motivado una recepción fría, por el momento, a la propuesta por parte de eurofans y expertos, que coinciden en una falta de fuerza en la transmisión del mensaje.

El objetivo de la canción, y por ende de la puesta en escena, era contar una historia personal y emotiva, para rendir homenaje a su abuela, fallecida durante la pandemia del coronavirus, y a la que dedica este tema.

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