Sonsoles Ónega ha debutado hoy en el género de los realities con A propósito de Supervivientes una “gala única” que le ponía a prueba antes de estrenar La casa fuerte.
Con los concursantes en cuarentena en un complejo hotelero, el programa ha aportado poco contenido inédito y cuando lo ha hecho ha sido con nimiedades como “los animalitos” con los que se cruzaron los robinsones.
Pero es que el peso del espectáculo estuvo en los sofás que rodearon a la presentadora, que contaron con algunos de los colaboradores más potentes del resto de programas de Mediaset.
Por ello, la de Ónega ha sido una prueba de fuego, convertida más que en maestra de ceremonias: en domadora de circo.
Sonsoles Ónega en una de las mayores pruebas de fuego
Ónega se estrenaba en la inédita gala con unos nervios que traspasaban la pantalla. Pero lo hacía con tal entusiasmo que las ganas por acompañarla en su nueva aventura ganaron la batalla.
“Tengo lo mejorcito de esta casa” empezaba diciendo sobre unos colaboradores que no prometían ponérselo fácil.
Aún así supo llevarlos con elegancia y educación, más al estilo Carlos Sobera, y cada vez más con su propio sello Ónega.
Y es que no es fácil ponerse frente a tales bestias televisivas y calmarles con con frases tales como: “Vaya intensidad argumental que tenéis y no digo nada y lo digo todo” que les sacó una carcajada y por fin podía pasar al siguiente punto de la escaleta.
También se le vio cómoda entrevistando a una Elena que se negaba a hablar de varios temas jugosos y a la que le tuvo hasta que preguntar por las “adicciones de su hijo”. Lo hizo, todo lo cortésmente que se puede hacer, y logró respuesta.
Como fue capaz de seguir los amoríos del viceverso Barranco y preguntarle por ellos sin perderse (otra prueba de fuego).
Así como sobrevivió a una de esas disputas famosas de los pasillos de Mediaset: “Vaya momentazo hemos vivido ahora dentro y fuera de plató”, decía al regresar de una publicidad en la que Rafa Mora y Terelu se discutieron.
“He escuchado los gritos y me he quedado asustada”, confesaba al público al que hacía cómplice de su inocencia ante todo ello y sumaba puntos en su empatía. Un sentimiento que aumentó al finalizar la entrega definiéndola “como todas las primeras veces: excitantes y cortas”.
Por todo ello parece que estamos frente a una buena apuesta como presentadora de reality: ha salido indemne de una gala de cuatro horas vacía de contenido, rodeada de colaboradores que buscaban brillar constantemente y transmitiendo unas ganas de continuar que se echaban de menos. Porque es el conductor del programa (y por ello ese nombre) el que decide la marcha que le quiere dar: si prefiere que se nos haga largo el camino o corto y dejarnos con ganas de más.
Colaboradores a dedo: cuando el salseo está en plató
A sabiendas que del poco contenido de supervivencia que tenían, Telecinco se ha ocupado de seleccionar a los colaboradores más polémicos o con rencillas entre ellos para que rellenaran en plató el show que ya no existe fuera de él.
Por lo que Miguel Frigenti y sus rencores con Alba Carrillo se sentaron juntos (al minuto de programa ya se habían enganchado), los vehementes argumentos de Rafa Mora tampoco faltaron, ni los de Cristina Tárrega, tampoco Terelu Campos y Luis Rollán, entre otros.
Nadie defraudó, de hecho, cinco de los diez trending topics de la noche eran los nombres de los colaboradores.
No fue de extrañar que Sonsoles alucinara con las ansias de protagonismo de sus acompañantes: “Esta es una fórmula nueva de traer a los colaboradores de Mediaset y está claro que tenéis una competencia loca”, señaló.
Pero, siendo justos, cumplieron con creces su propósito de rellenar los huecos (que eran muchos) con su presencia (menos, siempre, de la que les gustaría).
Entrevistas a Elena, Barranco y poco más
Y aunque la gala estuvo al servicio de su espectáculo en plató, de vez en cuando, recordaban que aún seguíamos viendo 'Supervivientes'.
Mostraron resúmenes de los enfados de Hugo al perder pruebas, de su historia de amor y desamor con Ivana, de los encuentros de todos ellos con animales y algunas (pocas) imágenes inéditas de la gala anterior.
También hubo entrevista con Elena a la que le mostraron un vídeo de Hugo hablando de la vida que perdió con Adara: “Cuando salga y reconduzca su vida verá que esa relación no tenía sentido. Hugo necesita una mujer que le entienda. Mi hija no se parece a él en absoluto. Lo que yo quiero para mi hija es que sea feliz. Si lo hacen bien por el pequeñín pueden ser felices por separado. Él es un buen papá”, dijo ella.
Además, le dejaron ver parte de la entrevista de sus dos hijos en un plató. Algo que le sorprendió y hasta comentó el problema de él con las adicciones: “Es un problema muy grande que tenemos en la sociedad, recuerdo aquello muy duramente y muy sola. Tuve que tomar una decisión que me podría haber salido mal y me salió bien. Yo le dejé solo, no seguí alimentándole nada, pero eso es peligroso. A nosotros nos salió bien pero no es algo que pueda recomendar”.
Le siguió una entrevista con Barranco al que le preguntaron por su breve cruce con Gloria Camila y su romance pasado: “Me queda grande la historia porque los dos tenemos nuestras parejas y no quiero causar problemas. Nunca quise hacer daño a nadie. Si ella lo niega pues ya está. No quiero darle más vueltas” respondió en su línea de bajo perfil.
También aseguró que con Rocío Flores nunca hubo nada más que amistad.
Un goteo de porcentajes ciegos
Y como cebo (si es que aún lo es) mostraron continuamente el cambio en los porcentajes ciegos de los dos nominados: Hugo y Jorge.
Casi cada cinco minutos volvíamos a ver cómo esos números pasaban del 59,2% y 40,8% al casi sorpasso del 50,7% y 49,3%.
Unos números que también nos recordaban que aún el reality sigue vive. Aunque no lo parezca.