Bea, de ganar GH a ser la 1ª expulsada de SV: ¿por qué hay quienes triunfan en un reality pero fracasan en otros?
Beatriz Retamal se ha convertido en la primera expulsada de Supervivientes 2020. Sí, la misma Beatriz Retamal que ganó GH 17.
Un dato que llama la atención porque cuando alguien triunfa en un reality se le atribuyen unas características que facilitan su éxito en el siguiente: como que tiene una amplia legión de fans que siempre le apoya, que presenta un perfil que engancha a la audiencia y que sabe manejar la mecánica del concurso para su propio beneficio, entre otras cualidades.
Sin embargo, esto no le ha ocurrido a Bea “naranjita”, como tampoco le ocurrió a Ismael Beiro que arrasó en GH1 pero no llegó ni a la final de Expedición imposible, ni a Marlène Morreau que enamoró a la audiencia del primer GH VIP pero no interesó a la de Supervivientes 2006 y mucho menos a Oriana Marzoli que conquistó Chile en ‘¿Volverías con tu ex? pero no aguantó más de dos días en los realities españoles.
Casos llamativos que responden a varias razones:
Las exigencias de la audiencia en cada reality
Los espectadores de Supervivientes se sientan frente a la TV para ver cómo los concursantes pasan hambre, lo dan todo en las pruebas por llevarse algo a la boca, se superan pescando y ayudando a sus compañeros, lloran, ríen, adelgazan, disfrutan de la paradisíaca isla y sacas sus instintos más primarios.
Mientras que los seguidores de Gran Hermano saben que están ante habitantes de una casa con todas las comodidades. Con la barriga llena y sin preocupaciones de trabajo y familia. Por lo que, se exigen conflictos entre ellos, confesiones sorprendentes, autoconocimiento con el que empatizar, estrategias compartidas con la audiencia y, sobre todo, historias a las que engancharse.
En Supervivientes ganan los luchadores y en Gran Hermano los protagonistas de las tramas. Por ello, ganó una edición en Guadalix en la que tuvo varios frentes abiertos pero en Honduras no interesó.
O interpretas un papel relevante… o te vas a la calle
También podemos pensar que con más tiempo Bea podría haber demostrado esa lucha y superación que se espera de los Supervivientes pero también es imprescindible interpretar uno de los papeles principales en el reality.
Es decir, para que la audiencia prefiera que se quede un concursante u otro tiene que aportar algo a la trama: ser el bueno, el villano, el gracioso, el enamorado, la víctima… lo que sea, pero debe prometer contar algo.
En GH 17 Bea “contó” mucho: una historia de amor difícil con Rodri, una enemistad tierna con Adara… pero no ha sido así en Supervivientes donde ha mantenido un perfil bajo y ninguno de sus acercamientos auguraba contenido relevante al que votar para seguir viendo.
El caso de Sofía Suescun, Belén Esteban y Pepe Herrero: como la vida misma
Por eso mismo existen casos como el de Sofía Suescun, Belén Esteban, Pepe Herrero y Marlène Morreau. Concursantes que participen en el reality que participen suelen ganarlo. Como la vida misma, en la que nos encontramos con personas que hagan lo que hagan todo les sale bien. Brillan.
En los cuatro casos fueron los protagonistas de cada edición ganada: Sofía fue el descubrimiento de GH 16 y eclipsó con sus tramas en Supervivientes 2018, Belén Esteban (guste más o menos) es la estrella allá donde vaya, sea Más que baile o GH VIP 3.
Mientras que Pepe se alzó con la victoria de GH 7 y El Reencuentro con estrategias más elaboradas pero que, una vez más, le convertían en el protagonista de su concurso.
Nosotros, los de entonces ya no somos los mismos
También es importante recordar que los concursantes enamoran al público por motivos psicológicos, pero que la psicología de estos participantes también está en juego. De hecho, con esa premisa nació Gran Hermano: como experimento sociológico.
Por lo que cuando alguien entra a jugar un concurso, no es el mismo que entra años después a otro. Todos cambiamos, evolucionamos, aprendemos. Y eso juega a favor de algunos como Nagore Robles que fue la expulsada de GH con mayor porcentaje de la historia (95% de los votos) y después ganó Acorralados una Nagore muy distinta a la que habíamos conocido anteriormente.
Y en contra de otros que ya no encandilan de la misma forma que lo hicieron antes. Porque ni ellos, ni el público son los mismos.