'Supervivientes' vivió el reencuentro de Gorka y Blanca con sus parejas y salvó al nominado que más lo necesitaba

Paula Hergar

La gala 12 de Supervivientes: Tierra de Nadie fue mucho más relajada que la de la semana anterior - que batió récords de audiencia con la fuga de Ángel Cristo- pero puso mucho más romanticismo al reality.

La noche sorprendió tanto a Gorka Ibarguren como a Blanca Manchón con la visita de sus respectivas parejas. Un regalo que se ganaron ambos tras superar las pruebas que les propusieron.

“Es el mejor día de mi vida” exclamaba el 'Conquistador' tras descubrir que también había sido el salvado por la audiencia (con más del 50% de los votos), frente a Marieta, Kiko Jiménez y Aurah Ruiz.

Gorka, junto a su novia Andrea: “¡Es el mejor día de mi vida!”

Gorka tuvo que superar “uno de los retos más brutales” de la edición para reencontrarse con la famosa Andrea. Para ello tuvo que cruzar nadando hasta 1 kilómetro de mar embravecido.

Al llegar a una isla minúscula se encontraba con una tortilla de patatas como premio y con su novia saliendo de un baúl. Ambos se abrazaron y se besaron, sin soltarse un segundo: “¡Es el mejor día de mi vida! Sé el esfuerzo que está haciendo porque no le gustan nada las cámaras”, decía él.

El concursante quiso saber si “confía en mí de todo lo que ha podido ver” pero ella respondía: “No ves que estoy aquí... ” por lo que con eso zanjaban todo tipo de dudas. “Tengo más claro que nunca que en un futuro quiero casarme con ella”, confesaba él a Carlos Sobera que le animaba a pedirle la mano, pero él prefirió hacerlo en privado.

Tras dejarles unos minutos de intimidad, el programa les propuso pasar la noche juntos pero en la misma playa en la que estaba el resto de compañeros. Ellos aceptaron y le acabó presentando a todos, aunque ella dijo que los que le hacía más ilusión conocer era Arkano y Pedro.

El reencuentro entre Blanca y el padre de sus hijos

Blanca se reencontró con su marido que estaba enterrado donde menos lo esperaba. “Esto es la felicidad, lo tengo aquí”, decía totalmente emocionada. Mientras él aseguraba que tenía tantos nervios como la primera cita: “Es que en 12 años nunca hemos estado separados más de 15 días”.

Ambos se pusieron al día de todo lo que había pasado en ese tiempo y el programa les propuso hacer una prueba de resistencia juntos para ganar una recompensa. La hicieron pero no la superaron, por lo que ella no tuvo premio gastronómico.

Aunque lo que sí les permitieron fue pasar la noche juntos en la playa en la que ella está viviendo escondida.