La entrega 13 de Supervivientes 2024: Conexión Honduras fue la encargada de poner nombre al ocupante de la plaza vacía que había dejado Ángel Cristo y al nuevo expulsado de la semana. Tras el final de gala incompleto del jueves pasado, este domingo desvelaron el futuro incierto en el que se había quedado Blanca Manchón y Kiko Jiménez.
El reality también mostró el pico entre Maite y Torres - después de las quejas de la familia del concursante- y celebró su última Odisea de Poseidón, tras 87 días de aventura.
Además, desvelaron los porcentajes ciegos de los cuatro nominados de la semana: Arkano, Marieta, Aurah y Pedro.
Blanca ocupa la plaza de Ángel Cristo y Kiko se derrumba al marcharse
Con la expulsión disciplinaria de Ángel Cristo, el programa informó de que ocuparían su plaza libre con una votación entre los dos siguientes desterrados: Blanca y Kiko. Algo que iba a recolverse en la pasada gala, pero al quedarse sin tiempo lo dejaron para este domingo: “La votación se cerró el pasado jueves, no se han movido votaciones”, informó Sandra Barneda, que mostraba los porcentajes ciegos con un 54% contra un 46%.
Antes de desvelar a cuál de los dos pertenecía cada cifra, llevaron a Marieta y Aurah - mejores amigas de ambos- para acompañarles en dicho anuncio. Al verse de nuevo los cuatro corrieron a abrazarse unos con otros.
Minutos después, la presentadora sentenciaba: “El público de Supervivientes ha decidido con sus votos que el salvado o salvada sea Blanca Manchón”. Ella empezó a gritar de la emoción y sorpresa por escuchar su nombre: “¿Sabes la felicidad que da que alguien ahí detrás te salve? Me emociono. Ya no me quedan vidas, así que hasta el final”, exclamó.
Se marcharon las tres juntas y cuando Kiko se quedó solo, Sandra Barneda quiso tener unas palabras de ánimo para él que acabaron emocionando a los dos: “No te tienes que sentir nada mal. No me gustaría que salieras de esta aventura por segunda vez con una mala sensación”, comenzó diciendo la conductora desde el plató.
“Mira, Kiko, aguantar 87 días como has aguantado tú, con sentido del humor, pescando, haciendo todo y más, no quejándote para nada, dándolo todo en las pruebas, entreteniendo al público... Kiko, ¿qué más quieres? Gracias, de verdad”, añadió, emocionándose.
Barneda admitió que “me estoy emocionando contigo porque sé lo que quieres y lo que te gusta este concurso, y los objetivos que tenías. Y no pasa nada. Supervivientes es un formato enorme que sólo los grandes pueden llegar tan lejos como vosotros. Por favor, Kiko, no te vayas mal. Te vas a encontrar con tu gente, nos vamos a ver aquí, te voy a dar un gran abrazo”. “A veces uno se equivoca en cosas, otras acierta... Esto es un concurso, estáis entreteniendo cada semana al público, y ha sido un acierto que Poseidón te diese una segunda oportunidad”, zanjó.
Tras este mensaje de la presentadora, Kiko se derrumbó ante las cámaras: “Me da pena. He sentido que he aprovechado esta oportunidad, pero no puedo evitar pensar que no volveré a ver este sitio, al que odias pero al final coges cariño. Es muy duro, pero por eso te das cuenta de lo bonito que es y de los sentimientos que tienes aquí. He vivido cosas maravillosas”.
Para atajar las lágrimas y la tristeza, el programa le dejó escuchar las palabras de su suegra Maite Galdeano: “Tenemos muchas ganas de verte, de estar contigo jugueteando, te echamos todos de menos. Arriba ese ánimo que lo has hecho muy bien. Estoy orgullosa y nos sentimos orgullosos de ti”, dijo, haciendo sonreír a su yerno.
El beso entre Maite y Torres
El programa también mostró cómo continuó la visita de Maite a Torres que, en vez de recibir a un familiar, tuvo la sorpresa de ser masajeado por la madre de Sofía Suescun.
Él se lo tomó a risa y acabaron conociéndose tumbados en la arena de la playa. Ella le confesó sus puntos fuertes y los más débiles, mientras él se divertía y acababan dándose un pico.
“Me dejé llevar por la luz de la luna. Me gustó mucho la buena energía y la alegría que da”, confesó el concursante sobre su visita.