La primera parte de la final de Supervivientes 2020 se vivió desde plató donde estaba Jorge Javier Vázquez y desde un complejo hotelero en el que se encontraban Ana María Aldón, Hugo Sierra, Albert Barranco, Jorge Pérez y Rocío Flores junto a Lara Álvarez.
Durante la entrega, la audiencia decidió salvar al guardia civil y dejar con la miel en los labios al tronista. Aún así, Hugo y Jorge se convirtieron en los nuevos nominados.
Aunque los cinco se reencontraron con sus seres queridos respetando los protocolos de seguridad por el COVID-19: a través de un plástico desde el que se pudieron abrazar.
Además, todos ellos descubrieron el peso que había perdido y se vieron por primera vez ante un espejo.
El desenlace definitivo será el próximo jueves, 5 de junio.
Jorge, el salvado de la audiencia
Tras convertirse en los últimos nominados de Honduras, Jorge y Barranco protagonizaron el último duelo entre ellos.
El presentador fue el encargado de anunciar quién había sido el que más apoyo había recibido: “Los espectadores de Supervivientes 2020 han decidido que el concursante salvado sea Jorge”.
De forma que el viceverso tuvo que despedirse de sus compañeros: “He sido yo siempre en todo momento. Me alegro muchísimo de haber llegado hasta aquí con esta gente. Han sido mi familia en el concurso. Que aprovechen al máximo el poco tiempo que les queda”.
Minutos más tarde, a solas ante la conexión con Jorge Javier, este añadió: “Creo que he hecho un buen concurso, he sido un buen supervivientes, he conocido a personas maravillosas y eso no se puede pagar”.
Barranco con sus 10 kilos menos y el reencuentro con su madre
El programa recordó cómo había sido su reacción al verse ante el espejo y saber que había perdido 10 kilos:
“¡Madre mía qué puñetera barba! Lo único que no me ha cambiado son las manos y los pies, lo otro lo tengo igual. Ni me gusta la barba, ni mi cuerpo, ni mi cara”, aseguró ante su reflejo.
Antes de marcharse, dejaron que se reencontrara con su madre que estaba tras un cristal que el descubrió al subir una cortinilla.
Al verla se echó a llorar por no poder abrazarla: “Quiero ser mucho mejor hijo de lo que he sido. Me he dado cuenta allí”, le dijo a su progenitora.
Y después se abrazaron a través de “la puerta de los abrazos” con plástico por el que podían meter los brazos y sentirse.
Jorge perdió 17 kilos y abrazó a sus hijos
El siguiente en verse en el fue Jorge que supo que había perdido 17 kilos y al verse reaccionó de la siguiente manera: “Lo que más me impresiona es mi cara, ¡no me puedo creer que sea yo!”.
El guardia civil pudo reencontrarse con dos de sus tres hijos y al verlos se echó a llorar. “Estáis muy guapos y muy grandes”, les dijo mientras reprimía la emoción por no poder tocarlos y ellos le miraban asombrados.
Explicó que para él había sido “realmente duro, gran parte del concurso” por pensar en ellos e intentar no venirse abajo.
Finalmente, pudieron abrazarse a través del plástico.
Rocío se sorprendió por sus 15 kilos menos
Rocío fue la siguiente en verse y sorprenderse por su imagen con 15 kilos y 500 gramos menos: “Aquí caben dos Rocíos”, dijo al ver lo que le sobraba de pantalón, “me he quedado sin culo. Se me ha afinado muchísimo la cara. Estoy albina. Me veo muchísimo más niña”.
Y después reflexionaba sobre su cambio de imagen: “Al verme me he visto guapa, porque estoy más fina y más morena”.
También tuvo un reencuentro con su chico Manuel. Ella le miraba asombrada: “Me muero por darte un beso y un abrazo”, le dijo y así lo hicieron con el plástico de por medio.
Ana María Aldón, 9 kilos menos y un triple reencuentro
A Ana María fue a la que menos le gustó verse en el espejo tras raparse el pelo: “Lo que he hecho por tres cocidos”, dijo entre lágrimas. “No me van a reconocer. ¿Dónde está mi pelo? Estoy triste, tengo que pasar mi duelo”.
En el momento del reencuentro, Ana María estuvo acompañada por Rocío porque al otro lado de la cortinilla estaba Gloria Camila y al verla, ambas se pusieron a llorar: “Estoy orgullosa de que hayáis ganado a la final. Tenéis un mérito.. ”, aseguró la hija de Ortega Cano.
Hugo, sin 14 kilos 800 gramos
Hugo se mostró asombrado al verse pero poco a poco se fue gustando cada vez más: “Joder, ¿este quién es, el hermano flaquito de Bon Jovi? De la cintura para arriba se puede ver pero para abajo... me impresionan las venas que tengo y las abdominales sí que me gustan, la verdad” fue detallando mientras iba viendo sus partes del cuerpo.
Minutos más tarde también se reencontraba con su hermano al que abrazaba a través del plástico. Además, el programa dejó que viera un vídeo de su hijo tras tres meses sin verle: “Sé que su madre le estará cuidando bien”, explicó refiriéndose a Adara.
Elena y la reconciliación de sus hijos
Elena también tuvo su protagonismo en una gala en la que ya no era concursante pero pudo reencontrarse con Adara y su otro hijo.
“Ya estamos juntas. Cómo te quiero, qué bonita es mi niña”, se decían ambas al abrazarse a través de la plataforma fabricada para ello.
Para mayor felicidad, llegó el hermano de Adara y los dos se abrazaron sellando su reconciliación: “¿De verdad? Me hacéis tan feliz , se ha acabado la negatividad en mí”, decía la madre.