La octava entrega de Supervivientes:Conexión Honduras ha traído de vuelta a Alejandro Reyes y Vicky Larraz, que por primera vez pisaban el plató.
Jordi González también habló con Ferre, el último expulsado que pudo verse en el espejo tras perder 12 kilos.
Albert Barranco volvió a reunirse con sus compañeros tras ser evacuado por un cólico y comprometerse a “beber mucha agua”.
Y Yiya mostró su disconformidad con el castigo del programa por meterse con Rocío Flores.
Barranco, recuperado tras el cólico
Al arrancar el programa, Jordi informó de que Barranco había sido “evacuado de la playa tras sufrir unos dolores muy intensos. Pero ahora se encuentra fuera de peligro, vigilado por nuestro equipo médico que determinará si hoy puede seguir el programa o no”.
Por ello, conectaron con el viceverso: “Estoy bien. He pasado tres días bajo supervisión médica. Tuve un cólico nefrítico. Ahora estoy súper bien, me siento en perfectas condiciones”.
Minutos después, Barranco llegaba en barca a la playa y se reencontraba con sus compañeros que celebraron su regreso. Después de los abrazos, Jordi le preguntó: “¿Te comprometes a beber mucha agua?”, y al afirmar dicha promesa, el presentador añadió que podía seguir en el concurso.
Yiya: “El rasero es un poco raro”
El pasado jueves, Yiya fue nominada directamente por el programa tras haber llamado “morsa” a Rocío Flores.
Días después, la concursante se derrumbaba y entre lágrimas consideraba “injusta” la decisión porque aseguraba que ella no se había metido con el físico de la nieta de Rocío Jurado, sino que hizo alusión a sus ruidos.
“¿Has tenido la oportunidad de reflexionar sobre tu nominación disciplinaria?”, preguntó Jordi a la concursante, y esta respondió explicando su versión de los hechos: “Supongo que ya reflexionaron los directivos. Sé que no aludí al físico de nadie. Pero si se me debe poner un castigo por lo que sea pues aquí estoy. Rocío hizo una mofa hacia Estefanía y el sonido era parecido al de una morsa. Para nada me referí al físico de nadie. Considero que lo feo de esta chica está en el interior”.
A lo que Jordi aclaró que la “patinada” estuvo en que ya se le había pedido en la preconvivencia que no usara la palabra “morsa”, y lo había vuelto a hacer. Algo que provocó una cara de asombro en Yiya: “Pues si es así pido perdón a la organización. No recuerdo que fuera así”.
Para finalizar, el presentador le preguntó que si le había quedado claro que no podía volver a usar esa palabra. A lo que ella contestó: “Me queda claro que no puedo comparar sus sonidos con ningún otro animal no vaya a ser que también se ofenda, llora y se victimice. El rasero es un poco raro, si la niña tiene algún complejo yo no se lo acentúo. Ni pretendo hacerlo porque respeto el físico, pero que lo aprenda a respetar también que a lo mejor la que ofende es ella”.
Ferre, frente al espejo, con 12 kilos menos
Como es habitual, el programa también habló con el último expulsado que en esta ocasión era Ferre.
El joven habló sobre su estado de ánimo tras tres días fuera del concurso: “Creía que iba a llegar a la final y me llevé un choque porque pensaba que no era mi momento. Pero así es el juego”.
Y Jordi le dejó que se viera, por primera vez, ante el espejo y le informó que había perdido 12 kilos y medio: “Madre mía, pero ¿este quién es? Se me cae el pantalón. ¡Ostia, parezco un chupa chups! ¡Qué feo! Tengo menos carne que el tobillo de un jilguero, ¡estoy flipando!”.