La galería de los horrores que Alberto Chicote muestra cada semana en ¿Te lo vas a comer? se superó este miércoles 12 de junio en su entrega dedicada a analizar la alimentación de las residencias universitarias. Y el trato institucional fue aún más bochornoso.
El programa se trasladó a residencias universitarias de distintos puntos de España, y allí comprobaron tanto en fotos tomadas por los alumnos como en directo asquerosidades como fruta con moho, cubiertos pegados unos con otros por no estar limpios, salmón crudo, merluza con moscas, pescado que no es el que dicen...
Alberto Chicote habló con muchos grupos de alumnos que le dijeron, y le demostraron, que habían denunciado esa alimentación por la que pagan. Incluso sus padres, algunos de los cuales llegan a abonar 700 euros al mes por la residencia y la alimentación, pero al mismo tiempo les preparan comida para que no coman en el comedor, han protestado oficialmente sin respuesta.
Intoxicación alimentaria con 80 afectados en Madrid
Por ejemplo en Madrid, la situación llegó a ser tan grave que el 90% de los residente sufrió una intoxicación alimentaria. Un caso, como desvelaron dos de sus exresidentes, derivó en que la persona tenga “colon irritable e intolerancia a la lactosa”. Fue en la residencia Duque de Ahumada, gestionada por la Asociación Prohuérfanos de la Guardia Civil y que le impidió el paso y llegó a colgarle el teléfono.
Pese a estar gestionada por el departamento de Sanidad del Ayuntamiento de Madrid, que está investigando el motivo de la intoxicación, cuando Chicote intentó entrevistar a los responsables de Madrid Salud sólo logró que le atendiera por teléfono la jefa de Unidad de Brotes y Alertas Alimentarias del Ayuntamiento, que echó balones fuera y derivó la responsabilidad a los responsables del comedor de la residencia.
En Sevilla logró que le recibiese la vicerrectora
Igual de surrealista fue la situación en la residencia sevillana Rector Estanislao del Campo. Tras prohibirle el paso y decirle que no había nadie de dirección, Chicote averiguó que en realidad sí estaban, por lo que llamó directamente al teléfono móvil de la directora. Pero ésta se negó a salir en cámara, y sólo aceptó hablar por teléfono.
A pesar de que Chicote reunió a decenas de jóvenes residentes que le dieron pruebas de la mala alimentación y le aseguraron que habían protestado por ello, la directora repitió una y otra vez que jamás habían tenido queja y dejó como mentirosos a los alumnos.
La directora de la residencia no le recibió, pero la vicerrectora de la Universidad de Sevilla sí. Y Chicote le mostró con fotos la calidad de su comedor para demostrar que había alguien que no estaba haciendo bien su trabajo, y que el dinero público destinado a la alimentación no estaba recibiendo a cambio el servicio acordado.