Por más que fuera viernes, Más vale tarde ha estado lejos de tener una edición tranquila en su emisión del 4 de agosto. El magacín presentado por Hilario Pino trató durante su última media hora la polémica en torno a la residencia de la familia Franco en Pazo de Meirás (A Coruña), para lo que contó con una entrevista con Jaime Alonso, portavoz de la Fundación dedicada al dictador y que ahora gestiona esta mansión.
El conductor del magacín vespertino de actualidad, acompañado por José Yelamo, no ha tenido reparo en contestar y replicar a las afirmaciones laudatorias a la dictadura que el invitado profería. Preguntado por los motivos para que se siguiera celebrando la figura del caudillo, Alonso insistió en que la República era un régimen antidemocrático, mientras que el golpe de estado militar de 1936 fue una respuesta pacífica contra dicho sistema y la punta de lanza para la “salvación de la civilización occidental”. “Reconstruyó la nación, España acabó como octava potencia industrial en 1975 sin impuestos”, añade.
“No quiero entrar en discusión con usted, mucho menos histórica”, le interrumpió Pino. Citando a dos cronistas, el entrevistado sostuvo que “ya nadie se atreve a sostener que aquello [la República] era una democracia”. “Eso es lo que dicen algunos historiadores. Para otros era un gobierno democrático”, replicó el presentador.
Alonso se ofreció entonces para participar en “un debate serio y riguroso” con el presentador y tertulianos presentes, Pablo Montesinos y Antonio Maestre.
Acto seguido, se interrogó a Alonso por la política de visitas establecida en el Pazo de Meirás. Cabe indicar que a finales de julio, Carmen Franco Polo descargó en la institución en honor de su padre la organización de dicha tarea. Mostraban para ello imágenes tomadas esta misma mañana por un reportero de la cadena, en la que se evidenciaba que el inmueble permanecía cerrado y las vías de contacto no estaban operativas. El portavoz de la Fundación Francisco Franco reaccionó a la defensiva.
“¿Quiere que le conteste?”, espetó a Pino, antes de dar su versión. Esta se basaba en una ordenanza “de dudosa legalidad”, por la que cuatro veces al mes y un día de la semana la mansión ha de estar abierta al pública, menos en agosto, que son las fechas en las que la familia Franco veranea allí. “No puede soportar visitas sin que se garantice la seguridad para el inmueble. Yo me ofrezco de guía siempre y cuando me lo permita mi trabajo”, proseguía.
Hilario Pino cortaba al entrevistado, aduciendo problemas de tiempo, y emplazaba a una próxima visita al pazo. “Por mi parte fantástico”, dijo hierático: “Les pido que vayan sin prejuicios”. “Lo haremos, lo haremos, seguro que sí”, contestó con ironía.
A continuación, el programa habló con Emilio Silva, uno de los fundadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. “Es triste que 40 años después de muerto el dictador no haya sido puesto en el lugar que merece”, lamentó.