Por más que estén criando malvas, el deambular de los muertos andantes por televisión también se ha visto afectado por la pandemia que ha azotado al mundo real durante lo que va de año. Este domingo 4 de octubre se emite por fin el episodio con el que debía cerrar por todo lo alto la décima temporada de The Walking Dead, casi medio año más tarde de la fecha lógica en un escenario sin virus.
“No todos lo lograremos, pero esta es la única forma”, decía Daryl Dixon (Norman Reedus) de forma premonitoria en el avance de esta despedida de temporada, bajo el título A Certain Doom, en el que Beta (Ryan Hurst) detonará la batalla final de los Susurradores contra los protagonistas.
Tras este descolgado episodio, del que ya se ha anticipado alguna muerte de impacto en el reparto, llegarán otros seis que ejercerán como puente con la undécima temporada que AMC ya ha confirmado como la última de la serie matriz del universo televisivo basado en las viñetas de Robert Kirkman. Sin embargo, esto no significa el final de la franquicia, que tiene tantos frentes abiertos como para asustar al más pintado de los susurradores. Pero, como haría cualquier cadáver reanimado con sus víctimas víctimas, despiecemos el panorama.
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El futuro a corto plazo y “más allá” pasa por los jóvenes
En lo que respecta a lo que ya podemos ver, a lo más tangible, el planning es más o menos previsible. El coronavirus ha afectado a los tiempos habituales que manejaba AMC para alternar unas series con otras manteniendo la presencia de antropófagos en sus noches del domingo como penitentes. Con todo, la estructura de programación se mantendrá más o menos estable. Engarzado con la emisión del 10x16 de The Walking Dead, llegará a la cadena de cable el debut del segundo de los spin-offs a los que la cabecera original ha dado lugar, The Walking Dead: World Beyond (en España, el vínculo se rompe por la repartición de los derechos: la primera sigue en poder de Fox, la otra, como el resto de derivaciones, se ofrece en AMC); una semana después, Fear the Walking Dead, la primera companion series, ocupará el hueco libre en la noche del domingo 11, para desvelar otro de los enigmas que acucian a la legión de seguidores: ¿qué demonios ha ocurrido con Morgan (Lennie James)?
Entre Fear y World Beyond hay importantes diferencias de base que permiten hacerse una idea del cambio de los tiempos y del deterioro inevitable que eso conlleva a nivel televisivo. La primera, que comenzó en 2015 marcando distancias con The Walking Dead, acabaría por engancharse a nivel argumental con la original para así sobrevivir, hasta acabar progresando narrativamente en paralelo y estableciendo ese intercambio de personajes que llevaría al mentado Morgan de una a otra. La estrategia funcionó como para asegurar una continuidad que la ha hecho llegar enérgica a su sexta temporada. Tal vez la clave sea su naturaleza más “rara”, según la define Scott M. Gimple, el arquitecto oficial de la franquicia, a Decider.
En cambio, la nueva iteración de la serie (que se estrenará en los cuatro canales del grupo en España, AMC, SundanceTV, DARK y XTRM, de forma simultánea) se plantea como una tira más enfocada al público juvenil, centrada en un elenco principal de adolescentes que componen la primera generación del mundo post-apocalíptico, esto es, de los nacidos y criados tras al alzamiento de los muertos. La propia concepción ya supone un cambio de tendencia respecto a las ideas iniciales que tenía AMC para su gallina de los huevos (podridos) de oro. Mientras las dos primeras series han desarrollado sus tramas sin avistar el final de su vida útil, esta tercera parte ya con una fecha de mortalidad, dos temporadas, entendiéndose como una limited series; es decir, una historia con desarrollo y final ya establecido, por más que luego pueda prorrogarse si es preciso.
Inicialmente esta tenía que haber tenido su puesta de largo en abril, pero aunque la primera temporada estaba casi terminada para cuando el coronavirus se esparció por el globo, AMC optó por guardársela, tal vez para asegurarse que no se quedara después sin alimento. Sobre todo en este caso, que como decimos introduce nuevos patrones en el mundo conocido: “Es una de las muchas nuevas mitologías que hemos planeado dentro de este universo”, explica Gimple. Con sus palabras determina el futuro. Para sobrevivir, el World Beyond de The Walking Dead estará más fragmentado, será más heterogéneo, más abierto a públicos distintos. Convertido en un fenómeno de magnitud mundial, se buscará la transversalidad de sus públicos especialmente a raíz del desgaste que la serie original ha sufrido de forma dolorosa desde la séptima temporada.
Sobrevivir a 'The Walking Dead'... a dos años vista
The Walking Dead fue perdiendo público a la par que fallecían algunas de sus figuras más reconocibles del reparto. La inevitable renovación de tramas y equipo en una serie que alcanza ya el decenio es lógica, pero como eje de un ambicioso circo multipistas, requería de una intervención tajante (o sajante). Por más que se haya reconocido una progresión positiva en la décima temporada ideada por la showrunner Angela Kang, la sensación de eterno retorno dramático de los últimos años empezaba a pesar demasiado. La paralización de la producción del último episodio a causa de la cuarentena a nivel mundial por la covid, parecía otra herida en el cuerpo de una serie cuyo interés se drenaba poco a poco.
La decisión por parte de AMC de dar sepultura a la ficción después de la undécima temporada respondería no a una escasez de historias que contar, sino a la necesidad de diversificarlas. “Tenemos muchas historias pendientes que contar aún”, se preciaba Gimple del superávit creativo. “AMC tiene una idea muy clara del sitio donde estamos a nivel creativo, y ha apostado por ello”, explica el creativo, que recalca que “hay mucho planeado” de cara a los 30 episodios que están por venir.
Sí, 30 episodios: ante el retraso en el estreno del 10x16, se tomó la determinación de dar seis episodios extra a la décima temporada con los que poder cubrir etapas pendientes a nivel de trama. Después de esos seis, la undécima se compondrá de 24 episodios que se emitirán entre 2021 y 2022, año en que se produzca el adiós definitivo, lo que supone tiempo de sobra para cebarlo como un gran acontecimiento. Una organización a dos años que evidencia los planes a largo plazo y el cambio de tendencia al que nos referíamos: con la marca ya tan establecida en la cultura, no hay necesidad de seguir manteniendo The Walking Dead, cuando pueden aprovecharse sus piezas más nutritivas por separado.
Historias por contar y por acotar: Daryl y Carol, y...
“Más allá de esos episodios que tenemos por delante, estamos aún muy, muy lejos del final. Realmente sentimos que estamos en el campamento base del Everest”, asegura Gimple. A nivel de guion, el final de The Walking Dead significará el inicio de Daryl Dixon y Carol en solitario, los últimos supervivientes de la primera temporada de la serie aún batallando y los objetos de deseo de los fans, que se convertirán en protagonistas de una ficción propia, en la que no tendrán que repartirse los minutos con otros personajes menos provechosos. “Ambos comparten una larga historia y su lucha común por sobrevivir, que es, obviamente, el aspecto que más ha hecho que se mantengan cercanos y leales”, razonaba Melissa McBride sobre el porqué de esta decisión creativa. “Va a ser una serie diferente con un tono diferente, pero la historia de ese rincón de The Walking Dead continuará, de alguna manera, a través de ellos”, dejaba claro Gimple, acotando sus coordenadas.
Esta tercera serie derivada no vendrá solo: también está en camino Tales of the Walking Dead, en la que se adoptará el formato antología con arcos cerrados de corta duración, con diferentes personajes y sin necesidad de amoldarse a tramas de largo recorrido, una vez más. Aunque la intención es presentar a nuevos personajes, Gimple no descartar recurrir a viejas caras conocidas y “continuar con los personajes de la serie madre de forma intermitente”.
¿Qué pasará con Rick?
Al final, insistimos, se trata de una cuestión de fraccionar el contenido para asegurar el interés. Sacrificar a la madre para garantizar la supervivencia de su cada vez más numerosa prole. La estrategia con respecto a la oficialización del desenlace de la serie no es diferente a la que ya se emprendió al publicitar y fechar la salida de Andrew Lincoln, el eterno Rick Grimes, en la novena temporada. Una decisión que se manejó en términos promocionales durante los meses previos, hasta que tuvo lugar la emisión del capítulo donde se dio carpetazo a su trama, en noviembre de 2018. Al menos temporalmente, claro, puesto que la sorpresa se revelaría no ya cuando el personaje alcanzó con vida su última escena, sino cuando, a continuación, se anunció a bombo y plantillo el desarrollo de una trilogía de películas centrada en el personaje en solitario.
Ya entonces esto se vio como una manera de avivar lo que ya se había convertido en el TWD Universe; y anticipó los siguientes movimientos estratégicos que llegarían después: World Beyond, la serie derivada de Daryl y Carol, Tales. Sin embargo, a punto de cumplirse dos años de esta despedida, las novedades sobre este ambicioso proyecto cinematográfico escasean.
En primer lugar, y más allá de cualquier otra consideración, esta trilogía de filmes estaba planteada para verse en cines, si no lo impide la pandemia. Gimple, a ese respecto, se muestra optimista: “Mantenemos el plan inicial de que vaya a salas. Lo concebimos como una película”, explica, mientras aguardan a que el tiempo encauce las cosas. El mercado.
Pero, ahora bien, en qué punto se encuentra el proyecto: “Andy [Lincoln] está súper involucrado, al igual que Robert [Kirkman]”, comenta el productor ejecutivo de The Walking Dead. Si hacemos caso de IMDb, observaremos que aparece vinculado en calidad de director el gurú de los efectos de maquillaje Greg Nicotero, lo que supone una elección lógica: el cofundador de KNB Effects Group ha bombeado la sangre de este show de forma literal -como responsable de los protésicos y delicias de casquería con la que han acostumbrado a la audiencia mayoritaria al gore en prime time- como metafórica -su responsabilidad ha crecido desde la primera temporada, hasta convertirse en productor ejecutivo y director del grueso de lo capítulos- y sin duda, garantiza una sensación de continuidad dentro de un universo cada vez más parecido a sus criaturas. Sobrevive despedazado, quedando más lejos cada vez el recuerdo de lo que comenzó siendo, allá por 2010.
The Walking Dead camina hacia el futuro perdiendo la conciencia de lo que fue (o pudo ser) en el pasado, avanzando por puro instinto carnívoro, buscando nuevos públicos a los que atrapar, aunque cada vez sea más difícil encontrar nuevas presas.