Misión Salvaje llegó este domingo a Cuatro como el relevo veraniego de Jesús Calleja en el prime time. La familia Canela Margarit demostró sus dotes de grandes aventureros con la consecución de su primer reto: Fotografiar al rinoceronte negro.
No era una misión sencilla. Este animal es es una especie en peligro de extinción de la que solo quedan unos 500 ejemplares en todo el mundo. Hasta Namibia tuvieron que desplazarse Unai y los suyos para localizar al rinoceronte negro y conseguir la tan deseada fotografía, tras algún que otro susto.
Lo más complicado de este reto fue dormir en medio de la sabana, repleta de animales salvajes a su alrededor. Para ello, la familia protagonista de Espíritu Salvaje tuvo que acomodarse en el techo de su coche.
Amaia, la pequeña de la familia, causó sensación entre los espectadores de Cuatro. Pese a tener solo cinco años es toda una aventurera que no teme lo más mínimo los peligros de la sabana.
Además de acompañar a sus padres y hermano en la búsqueda de rinocerontes, Amaia no ha olvidado que es una niña. La pequeña se las ingenió una y otra vez para salirse con la suya.