La televisión de la Iglesia católica en España, 13TV, desde esta temporada TRECE, ha comenzado un 'lavado de imagen' para dejar esa imagen de “televisión-muralla con un discurso político cerrado que no propone el evangelio y convoca a un público cercano al PP y de edad elevada”, tal y como los propios prelados asumieron en junio en un informe interno.
El plan aprobado es muy simple: menos política, más sociedad e información religiosa, menos gastos y aprovechar las sinergias con la cadena Cope. El encargado de llevarlo a cabo es Fernando Giménez Barriocanal, presidente del Grupo Cope y “hombre fuerte” de la comunicación de la Iglesia en España. No en vano, es el único español nombrado por el Papa Francisco para el recién creado dicasterio vaticano de la Comunicación.
Barriocanal ha impuesto sus tesis sobre una minoría episcopal, que pretendía proseguir con la “línea dura” en la programación, cuyos buques insignia eran “La Marimorena”, dirigido por Carlos Cuesta ; “El Cascabel”, de Antonio Jiménez; y los informativos. En cuanto al primer programa, ha desaparecido de la parrilla, mientras que el espacio nocturno ha visto reducida su tertulia política. Además, han desaparecido algunos de sus tertulianos, como Francisco Marhuenda o Alfonso Rojo, mientras que se han fichado otros colaboradores menos afines a la derecha más radical. En lo relativo a los informativos, pasan a depender del director de informativos de Cope, José Luis Pérez.
Junto a ello, se ha incrementado la presencia de la información de contenido social y religioso que, en puridad, son la esencia de una televisión propiedad de una institución que debería defender el Evangelio. Así, habrá mucha más información sobre la vida de los misioneros, Cáritas y la acción social de la Iglesia e, incluso, se fomentarán espacios sociales en prime time.
La primera muestra del viraje fue la entrevista que abrió el curso en “El Cascabel”, con Carlos Osoro, cardenal de Madrid y hombre del papa Francisco en España. También, habrá mucha más presencia de la información vaticana, con conexiones en directo con el Centro Televisivo Vaticano y un mayor seguimiento de las actividades y viajes apostólicos del Papa Francisco. Ya se ha visto con la cobertura del reciente viaje de Bergoglio a Colombia.
Objetivo: la supervivencia económica
En definitiva, los obispos, en su reunión del pasado mes de junio, apostaron por menos política y más religión, y dieron manos libres a Barriocanal para hacer y deshacer a su antojo. ¿El plazo? Dos años. ¿El objetivo? La supervivencia económica de TRECE, que en sus cinco años de vida arrastra unas deudas de más de 60 millones de euros.
En este plan, cobra especial importancia las sinergias con la cadena Cope, tanto a nivel informativo como empresarial. Así, muchos de los corresponsales de Cope y delegados diocesanos de comunicación se convertirán, también, en activos de la televisión de la Iglesia, que ha reducido costes sin tener que asumir el número de despidos que preveía el primer plan presentado ante los obispos, y que asumía reducir el 80% de la plantilla. Finalmente, se ha apostado por la no renovación de los contratos de llegaban a su fin, y el despido de algunos colaboradores estrella, y de personajes como Alfredo Urdaci o Nieves Herrero, amén del mencionado Carlos Cuesta. Con esta operación, los responsables de TRECE esperan ahorrar en torno a dos millones de euros.
Con todo, el principal escollo sigue siendo el reparto de la tarta publicitaria. En reiteradas ocasiones, Barriocanal se ha quejado de que el duopolio (A3Media y Mediaset) impone condiciones leoninas para las cadenas minoritarias. Desde la cadena se asegura que si se obtuvieran los fondos vía publicidad que le corresponderían debido a su audiencia (en torno a un 2%), “TRECE daría beneficios”. Este año, la cadena ha cambiado de empresa de gestión, y volcará a los responsables de márketing de Cope para intentar obrar un 'milagro' similar al que hace cinco años logró sacar de los números rojos a la emisora de radio.
Por el momento, Barriocanal cuenta con todo el poder para llevar a cabo su plan, aunque los prelados conservadores dudan de que eliminar los programas estrella, o reducir la parte política, podría hacer desplomar la audiencia. Sin embargo, la nueva dirección entiende que muchos católicos quieren más información social, y más moderada; y que el 'target' de televidentes de ultraderecha no tiene otro lugar donde irse, pues, aseguran, “Intereconomía es un cadáver andante”.
Sea como fuere, lo cierto es que TRECE arranca curso con nuevo logo, y con una parrilla menos politizada y, en principio, menos sometida a la derecha. Falta por ver si ese 'lavado de cara' no se queda en pura imagen, y si se confirma o no que una televisión propiedad de la Iglesia, con temática social y moderada, tiene cabida en la parrilla española.