TVE sí está lista para Eurovisión: aprueba el examen del Junior y demuestra que puede soñar con el 'senior'
El pasado sábado 16 de noviembre, la Caja Mágica de Madrid se convirtió en el epicentro televisivo del Viejo Continente por la celebración de Eurovisión Junior 2024, la primera edición del festival que acogía España desde hacía 55 años y la que suponía nuestro debut como anfitriones en la versión infantil. Un reto mayúsculo para RTVE, televisión organizadora del evento, que tenía ante sí la oportunidad de demostrar si podía estar a la altura del desafío y, por qué no, seguir soñando con la ilusión de poder albergar algún día el Eurovisión 'de mayores'.
Como ya analizamos en la previa de la gala, este Junior se antojaba como un hito clave en la estrategia de nuestra televisión pública respecto al certamen musical. Como ha quedado evidenciado desde la puesta en marcha del Benidorm Fest, la apuesta de RTVE por Eurovisión ha dejado de ser un mero trámite como era antaño y ahora es una prioridad a la altura del peso que tiene RTVE en la Unión Europea de Radiodifusión, y acorde a las grandes audiencias que 'devuelve' como evento de masas cada mes de mayo.
No es un secreto para nadie que, al menos desde hace tres años, la cadena tiene fijado el objetivo a medio plazo de intentar ganar el festival para traerlo a 'casa'. Algo que no ha sido posible todavía en el 'senior', pese a quedarnos cerca en Turín 2022 con Chanel, pero que sí ha acabado llegando con un Eurovisión Junior que, sin restarle relevancia, podía ser tomado como un 'ensayo' para comprobar si nuestra tele pública estaba preparada para producir un espectáculo de esta magnitud.
Una vez celebrada esta edición de 2024, y más allá del impulso en audiencias respecto a años anteriores, la mejor noticia es que la tantas veces defenestrada RTVE sí ha superado el reto con éxito. Y no solo ha organizado un Eurovisión Junior a la altura del que han producido otras televisiones europeas en los últimos tiempos, sino que también ha dejado el convencimiento de que está más que capacitada para acoger el Eurovisión 'original' si somos capaces de traernos una victoria pronto.
Un Eurovisión Junior a la altura, con sello RTVE
Únicamente con poner un pie en la Caja Mágica, donde los medios pudimos acceder durante los preparativos del viernes 15 de noviembre, a los presentes nos recorrió esa sensación de evento grande. Habiendo cubierto in situ para verTele varias ediciones de Eurovisión organizadas por televisiones como la SVT sueca, la BBC británica o la RAI italiana, y aun siendo esta la versión “mini” del certamen, lo cierto es que tanto el despliegue humano y técnico como el escenario ya denotaban ese halo de gran producción televisiva sin nada que envidiar a las antecesoras.
Para levantar esta coproducción con la UER, RTVE ha contado con un equipo de alrededor de 500 personas que, liderados por Ana María Bordas como Productora Ejecutiva, han trabajado durante meses en el proyecto. Concretamente, desde diciembre de 2023, cuando, tras la renuncia de Francia a volver a ser anfitrión del festival -habían organizado dos de las tres últimas ediciones y acogían este año los JJOO de París-, Eurovisión Junior recaló en España, que había logrado la segunda posición en Niza con Sandra Valero. RTVE aceptó entonces el reto de organizar la gala, que ha contado también con la participación de la productora Sold Out, con quien la pública ya se asoció en los Latin Grammy 2023 de Sevilla.
Antonio Losada como Jefe de producción, Marvin Dietmann como Director del show, Mercé Llorens como Realizadora, José María Payueta como Director adjunto de producción para show, Ana Ruiz como Directora adjunta de producción para evento, Alberto Martínez-Conde como Responsable de sonido, Juan Antonio Moral como Supervisor y César Vallejo como Supervisor creativo son algunos de los nombres del equipo que destacan en los créditos y que han sido piezas clave en esta producción con sello RTVE.
Junto a ellos, numerosos profesionales españoles, cuya implicación en el festival refuerza una idea que ya comentábamos el pasado mes de mayo durante la semana de Eurovisión 2024. La industria audiovisual y musical de nuestro país se ha dinamizado en los últimos tiempos, en buena parte impulsada por la apuesta por el Benidorm Fest. Del mismo modo, la órbita eurovisiva se ha ampliado con irrupciones como la de Sergio Jaén en Malmö 2024, que llegó de la mano de la delegación irlandesa -una de las revelaciones- y que TVE ha aprovechado ahora para su Junior encargándole uno de los interval acts de la final.
También importante en este despliegue ha sido el imponente escenario, en el que trabajaron cerca de 800 personas para su montaje en la Caja Mágica de Madrid. A nivel técnico la instalación contó con más de 800 dispositivos de iluminación de última generación, 18 cámaras, 20 kilómetros de cableado, 175 motores y 11 generadores para la retransmisión en directo del espectáculo. Todo, presidido por una imponente pantalla vertical de 19 metros de alto y 11 de ancho -además de otra pantalla de 100 metros cuadrados en el suelo-, en un acertado guiño a los nuevos formatos audiovisuales propulsados por el imperante uso de los teléfonos móviles, sobre todo entre los jóvenes.
Tras días de intensos ensayos, la prueba de fuego llegó el viernes y el sábado. Primero en el Jury Show, al que también pudo acceder verTele, y después en la final en directo que se celebró a las 18:00h del 16 de noviembre y cuyo resultado fue esencialmente positivo.
La gala de Eurovisión Junior 2024 destacó por tener un buen ritmo televisivo, a pesar de contar con un número elevado de participantes (un total de 17). En sus dos horas de duración hubo un equilibrio aceptable entre las actuaciones, los interval acts y el tiempo destinado a las votaciones, que no fueron especialmente largas y tediosas para la audiencia infantil. Sí generaron confusión por su nueva dinámica para presentar los puntos.
Además, la elección de la artista Ruth Lorenzo, el actor Marc Clotet y la eurovisiva Melani García como trío de presentadores resultó todo un acierto, viendo el resultado final. Y es que más allá de su buen nivel de inglés, imprescindible para una retransmisión internacional, los tres aprobaron en sus respectivos roles: la más joven, Melani, se llevó un sobresaliente por su frescura y telegenia, mientras que Ruth -llevando la batuta- y Marc -como apoyo- hicieron gala de su buena química y galones en el desarrollo del show.
TVE soluciona los problemas técnicos de Benidorm
En el apartado técnico, muchas miradas, o mejor dicho, muchos oídos estaban puestos en el trabajo de sonido, principal talón de Aquiles de TVE, al menos en el Benidorm Fest, donde en varias de las ediciones hasta la fecha se han producido fallos que han deslucido el gran trabajo detrás del certamen nacional. En la de este 2024, TVE se veía obligada a dar explicaciones tras las quejas de algunos participantes, además de la de los espectadores, alegando un error en la transmisión que hacía que el buen sonido conseguido en el recinto no se percibiese de igual manera desde casa a través del televisor.
Un asunto que la cadena pública ha logrado solventar con éxito en este Eurovisión Junior, donde la codificación del sonido, con una buena sonorización también dentro de la Caja Mágica de Madrid, se produjo de forma solvente, consiguiendo un gran equilibrio entre los planos de las voces, las bases musicales e incluso el sonido ambiente del pabellón, donde los asistentes vibraron durante las dos horas de gala en un rugir que se pudo transmitir a través de las pantallas.
En cuanto a la producción de las 17 actuaciones participantes, RTVE se mostró más que efectiva a la hora de ejecutar la orden de planificación de puestas en escena, diseño de luces y realización de planos que cada delegación entrega a la emisora organizadora del evento. Es a muchas de esas delegaciones a las que se le puede reprochar que no aprovechasen al cien por cien todas las posibilidades que ofrecía el escenario, así como el empleo de algunas realizaciones muy repetitivas con tiros de cámara reiterativos y con poca justificación en la narrativa de cada número musical.
De esta manera, TVE aprueba con nota también este apartado, en el que apenas se produjo algún fallo puntual, como el del plano del teléfono móvil de Chloe DelaRosa que se ensayó en el Jury Show y que no entró en la final, o el de alguna cámara que se coló en plano durante la actuación de Portugal. Equivocaciones sin excesiva importancia y nada que no haya sucedido incluso en recientes ediciones del Eurovisión adulto, como el del famoso plano cenital de Blanca Paloma que la BBC no fue capaz de replicar en su actuación en Liverpool, o el del error de realización con Austria este año en Malmö.
Pequeños detalles consecuencia de que detrás de estos grandes eventos hay seres humanos que pueden cometer algún error puntual, o de que la tecnología a veces falla en el momento más inoportuno. Además, es de valorar muy positivamente que, en el caso de Como la Lola, TVE tuviese un plan B y ofreciese, en lugar del plano de la cámara del teléfono móvil, uno cenital giratorio sobre la cantante y las bailarinas que tenía todo el sentido en ese momento de la actuación, por lo que lograron que desde casa nadie notara nada extraño.
Las sombras: excesivo uso de la IA y poca identidad patria
En el gran balance global de la edición cabe destacar algunos aspectos negativos sobre los que tomar nota de cara al futuro. Por un lado, el excesivo uso de la Inteligencia Artificial, tanto para la realización de las famosas postales de cada país como para los visuales que se proyectaban en las pantallas. Es evidente que la IA ha venido para quedarse y que permeará cada vez más en nuestras vidas, ya sea en la industria audiovisual o en otros sectores, pero su uso en los dos mencionados casos carecía de un sentido creativo, logrando en ocasiones resultados muy burdos que deslucían la gran producción detrás del certamen.
Ana María Bordas ha hablado de esta integración tecnológica, reivindicando en el vídeo de making of citado anteriormente en este artículo la autoría de estas creaciones hechas con IA: “Hemos variado la forma de hacer las postales incluyendo IA, haciendo algo muy juvenil”, declaraba a las cámaras de la pública, incluyendo también como idea propia “la forma de presentar las votaciones, que esperamos que tenga continuidad en el futuro”. Para aclarar la responsabilidad de estas piezas hechas con IA y otras dudas alrededor de la producción del festival, verTele ha trasladado una serie de preguntas a RTVE cuya respuesta se puede leer en este otro artículo.
Por otro lado, se ha echado en falta que TVE aprovechase Eurovisión Junior para hacer un festival más personal e identitario, haciendo gala de nuestra cultura e idiosincrasia ante toda Europa. Es decir, ofrecer un evento más 'nuestro' y menos internacional, o al menos encontrar un equilibro entre ambas opciones. En este caso del Junior, tal vez se optó por desarraigar el certamen por el hecho de que no fuésemos los vencedores vigentes, dando por ello también espacio y reconocimiento a Francia y su ganadora en 2023.
Sin embargo, no hubiera estado de más usar uno de los interval acts para hacer un guiño a España y nuestras raíces, especialmente el del mencionado show a cargo de Sergio Jaén que, aunque otorgaba un gran espectáculo visual, quedaba algo sobrio y oscuro en el contexto infantil de la cita. El de Abraham Mateo, por contra, sirvió para dar valor a una de las estrellas de nuestra música con su versión de todo un himno generacional, el Maniac (Maníaca) con el que ha impactado dentro y fuera de nuestras fronteras, ganándose el crédito como posible candidato español en Eurovisión en un futuro no muy lejano.
En definitiva, TVE ha demostrado que sí está a la altura de un reto al que hace apenas unos años parecía impensable que pudiéramos aspirar. Es posible gracias a que, hace ahora cuatro años, TVE se decidió a apostar por la marca Eurovisión y a dar un salto de calidad a su preselección, con tres ediciones del Benidorm Fest que han servido como aprendizaje para llegar a ser capaces de esto. A su vez, este Eurovisión Junior 2024 ha sido un 'máster' de cara al futuro, con un Benidorm Fest 2025 en el que está obligada a dar un paso más. También ha sido buena prueba de que debemos quitarnos los complejos como televisión pública, confiar en la calidad de nuestros profesionales y afrontar sin miedo lo que venga.