La Unión Europea ha reivindicado este viernes la libertad de expresión y de información para criticar el veto de China a la cadena británica BBC, y ha reclamado a las autoridades del país que reviertan su decisión cuanto antes.
“Es el último movimiento de China para restringir la libertad de expresión y el acceso a la información dentro de sus fronteras”, ha lamentado en un comunicado una de las portavoces del equipo del Servicio europeo de Acción Exterior, Nabila Massrali, quien ha recordado que a lo largo del pasado año fueron expulsados varios periodistas extranjeros del país.
China, que ya había advertido de las consecuencias que tendría el hecho de que Reino Unido retirase la licencia del canal CGTN, anunció la supresión de la emisión de BBC por “incumplir los requisitos” para emitir en el país. No obstante, la UE, que ya ha lamentado en otras ocasiones casos de intimidación y vigilancia de periodistas en China, vincula la suspensión de la licencia a la BBC a la cobertura de este medio de la gestión de la pandemia y de la situación de los uigures y otras minorías en la región de Xinjiang.
La TV pública de Hong Kong también suprime la emisión de BBC
La portavoz europea recuerda además que este mismo viernes la radiotelevisión pública de Hong Kong (RTHK) ha anunciado que seguirá el ejemplo de la China continental y dejará de emitir los contenidos de BBC Internacional y de BBC Noticias, algo que a juicio de la UE “erosiona aún más” los derechos y libertades en este territorio desde que se impuso el pasado junio la Ley de Seguridad Nacional.
“Este caso también ilustra la reducción de la autonomía de Hong Kong dentro del principio de 'un país, dos sistemas'”, ha razonado la portavoz europea, que ha indicado que el bloque recuerda a las autoridades del gigante asiático que la Constitución del país reconoce el derecho a la libertad de expresión y de prensa.
Los europeos recuerdan en el mismo mensaje que la Declaración Universal de Derechos Humanos recoge que todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión libremente, sin interferencias, y también a buscar, recibir y ofrecer información e ideas “a través de cualquier medio y sin importar fronteras”.
El servicio internacional de la radiotelevisión pública británica solo estaba accesible en hoteles, apartamentos y viviendas destinadas en buena medida extranjeros e, incluso en estos casos, la cadena sufría la censura china.