La cuarta edición de La Voz Kids se ha estrenado en Telecinco con el debut de Melendi como coach.
En esta nueva entrega del formato, varios fueron los niños que se derrumbaron en las audiciones al ver que se giraban los artistas en el último momento.
Las disputas han estado muy igualadas y cada uno ha logrado cuatro integrantes para abrir su equipo.
El encorsetado estreno de Melendi y un Orozco muy arriba
Melendi mantuvo un perfil bajo en su estreno como coach de niños. Poco animado y serio, trató a los pequeños con la misma exigencia que a los adultos. Así se lo transmitió a Rosario: “No les puedes decir que muy bien a todos, ser cariñosos sí, pero decirles la verdad también”, mientras la cantante se deshacía en cada audición.
Aún así, acabó emocionándose cuando vio llorar a una de las niñas y se sorprendía por la diferencia de actitud entre los pequeños y los mayores: “No hay competitividad y se van contentos”.
Antonio Orozco, muy al contrario, estuvo efusivo, pletórico, bromeando en todo momento, aplaudiendo, bailando en su silla, bociferando y animando al público. Una actitud, algo excesiva, que contrastó con la de su compañero, mucho más encorsetado.
Las propias redes compararon, desde el hashtag que se convirtió en trending topic, la conducta de ambos coaches:
Los tres niños que hicieron girar a todos los coaches:
A continuación los niños que lograron que los tres coaches se “pelearan” por ellos:
Samuel, el gaditano que canta por Camarón
Samuel hizo girar a los tres coaches a los pocos segundos de cantar Nana del caballo grande de Camarón. “Que cierren la puerta que se escapa el talento”, gritó Orozco cuando acabó la actuación. Y fue con él con quién decidió irse el pequeño.
Melani y su oso sorprende cantando ópera
La pequeña de 10 años sorprendió a todos cantando, cual soprano, O mio bambbino caro. “Bravo, bravo, mi amor” decía Rosario, mientras la niña abrazaba al oso que había traído al escenario.
Escogió a Melendi por tener “un espíritu aventurero al cantar”.
El pequeño Steven enamora con su ranchera
Con tan solo 7 años, Steven enterneció a los tres coahes cantando una ranchera. Todos le rodearon emocionados con su dulzura y él confesó que tenía muy claro con quién se quería ir: “Me voy con Rosario”.