Casi tres años después de su tercera temporada, Netflix al fin lanzó el pasado viernes 27 de mayo la cuarta tanda de capítulos de Stranger Things. Y aunque para su final habrá que esperar al 1 de julio, cuando descubrirá sus dos últimos episodios (el segundo de ellos, de dos horas y media de duración), la serie ha vuelto a causar un gran impacto.
La ficción, que como opinamos en nuestra crítica en esta cuarta temporada se abraza al terror y triunfa al madurar junto a sus protagonistas, ya dejaba ver en sus seis primeras entregas el acierto absoluto con el “mal” al que Once y el resto del grupo tienen que enfrentarse esta vez. “Un 'mal' que sí puede identificarse como un 'malo' en esta cuarta temporada, dotándole de una forma más parecida a lo humano y no como un monstruo amorfo o complejo, lo que consigue hacerlo más reconocible y 'odiable' por el espectador. En realidad, un 'malo' que sería digno de premio, o de recordarle entre otros grandes villanos de la historia de la ficción”, decíamos, sin siquiera haber visto el capítulo 7, en el que la serie tiene un gran giro de guion para explicar toda su trama.
-(Aviso: Spoilers) Si no has visto 'Stranger Things 4', lee bajo tu responsabilidad-
En ese capítulo hasta ahora “final” de Stranger Things, el que cierra el primer volumen de su cuarta temporada, la serie explica quién es Vecna, el “malo” que aterroriza a Hawkins y que mata a adolescentes e intenta acabar con Max, a la que salva la música (y por la serie, la canción 'Running Up That Hill' se ha disparado en las listas de éxitos 37 años después).
Vecna es en realidad Uno, el primer “hijo” del laboratorio de experimentación de Brenner que acogió a niños como Once, y a los que se nombraba simplemente mediante una lista numérica. En un capítulo crucial para toda la historia de la serie, Stranger Things detalla lo que pasó en ese laboratorio y la masacre que marcó a Once. Haciendo pensar que ella mató a todos, en realidad desvela que fue Uno, tras ganarse la confianza de Once y que ésta le ayudase a despojarse de una herramienta de control de sus poderes. Al liberarse, acaba con todos los presentes en el laboratorio, sin que Once lo sepa.
Cuando Once sale del cuarto en el que está encerrada y descubre lo sucedido, desata todo su poder y se enfrenta a Uno, provocando una brecha hacia el Mundo del revés por la que se precipita Uno. Los terrores de esa dimensión paralela convierten a Uno en Vecna, un brujo que tiene la capacidad de controlar las mentes desde su mundo, y de matar a personas para además reforzar su poder “incorporándolas” a su propio cerebro.
Jamie Campbell Bower: “No tenía idea de cómo era este personaje”
El actor Jamie Campbell Bower, que por lo tanto interpreta tanto a Uno como a Vecna, ha concedido una entrevista a Variety. Y en ella, revela que “no tenía idea de cómo era este personaje, no me enviaron ningún material” cuando envió su casting con un vídeo. Al saber que le habían cogido y conocer más el personaje, afirma que se “volvió loco” y se hizo “un mapa mental al estilo de Claire Danes de Homeland”, con una foto de Will Byers en el centro, para intentar de construir y comprender quién era su personaje.
Lo abandonó a los dos días pensando en su salud mental, pero hizo fotos para ponerlas en una carpeta que llevó a una reunión que le pidieron los hermanos Duffer, creadores de Stranger Things. Al acabar la reunión, decidió mostrárselo, y los Duffer acabaron de convencerse: “Dijeron: 'Esto es literalmente perfecto. Todo lo que has conseguido aquí es perfecto. Tus referencias son perfectas. La inspiración es perfecta. ¿Te importa si te mostramos algunas referencias visuales más que tenemos, y lo que estamos pensando, y te contamos un poco más sobre el personaje?' Creo que en ese momento, supieron que no estaba completamente loco”. La charla se alargó unos 90 minutos, le acabaron detallando quién era su doble personaje, y tres días después le comunicaron que le daban el papel.
En ese capítulo 4x07, Uno tiene un largo monólogo de unas 10 páginas de guion en el que le explica a Once cómo logró controlar y potenciar sus poderes hasta acabar matando a su propia madre y hermana, e intentándolo con su padre, Victor Creel, para acabar en manos de Brenner en su laboratorio. Al ensayar esa escena, logró meterse tanto en el papel de Vecna que Millie Bobby Brown comenzó diciéndole “Millie solo me miraba y me decía algo como: 'Eres un bicho raro'”, pero al avanzar en el monólogo la actriz comenzó a llorar: “Estaba aterrorizada, literalmente aterrorizada, y cuando vio a Vecna, se echó a llorar y dijo: 'Ese no es mi amigo. Ya no sé quién es esta persona. ¿Adónde ha ido?'”.
El actor reconoce que rodar esa escena con Millie Bobby Brown y con Martie Blair, un joven intérprete que hizo de Once de niña, “Fue aterrador, para ser honesto. Especialmente cuando soy Henry/Uno, hay mucha manipulación en mi interior”.
Siete horas y media de caracterización para “transformarse” en Vecna
Jamie Campbell Bower rememora también hasta qué punto se obsesionó para preparar el cambio de Uno a Vecna. Durante la pandemia, llenó su despacho de figuritas y carteles de Hellraiser, Pesadilla en Elm Street, Drácula y otras grandes películas de los años 80 para sumergirse en el género de terror. Decidió “no hablar con nadie fuera del mundo de Stranger Things durante al menos cuatro días antes de filmar algo”, y explica que alguien pudo verle “caminando por las calles de Atlanta a las 2 de la mañana hablando solo. Sólo estaba sacando a relucir mucha ira, particularmente para Vecna”. También desvela que “escribía notas post-it y las pegaba dondequiera que viviera en ese momento” para obligarse a ser amable y luego manipular, como el personaje.
Otro momento clave fue su transformación física en Vecna. Porque aunque pueda parecer que está hecho por ordenador, el actor defiende que es “un 90%” él mismo, y que sólo se animan con efectos especiales el movimiento de los tentáculos viscerosos que salen de su cuerpo. En ese proceso empleaban siete horas y media, arrancando a las 3 de la madrugada, y luego lo aprovechaban con jornadas de grabación de 10 a 12 horas, tras lo que empleaba otra hora más en quitarse toda la caracterización.
Ese tiempo sentado en la silla de caracterización lo pasaba en completo silencio, metiéndose en el personaje, sólo con música. Y le hizo pedir que le dejasen, acabada la caracterización, 30 minutos solo, para lo que le encontraron una habitación: “Estaba completamente a oscuras. Me sentaba allí entre las tomas, y lo hacía. Fue realmente interesante. Aproximadamente a la mitad, comencé a tener bastante miedo de Vecna”.