'Cuéntame' se merece un final tan digno como el que ha tenido Antonio Alcántara
Por desgracia, la temporada 21 de Cuéntame cómo pasó tiene el dudoso honor de ser la menos vista de todas las que se han emitido. La serie más longeva de la televisión española atraviesa su etapa más delicada acosada no sólo por Supervivientes, un rival que deja poco oxígeno a la competencia, sino también por el desgaste de sus tramas y los cambios que está experimentando el consumo de ficción por el auge de las plataformas de streaming.
Esta última tanda de capítulos ha conseguido una audiencia media de 1.718.000 espectadores y un 10.1% de cuota de pantalla. Son datos que están muy por debajo del que hasta ahora venía siendo su rendimiento, cifras insoportables para una producción que en sus mejores momentos, coincidiendo con su tercera temporada, llegó a tener 6,5 millones de seguidores y un 41.4% de share. Lógicamente, aquellos eran otros tiempos, pero lo cierto es que resulta difícil encontrar consuelo para Cuéntame ya que hace sólo una temporada se movía en el entorno del 14% y congregaba frente al televisor a casi 2,2 millones de personas. Se mire por donde se mire, su situación es muy complicada.
La caída de Cuéntame no se ha frenado ni con el importante giro de guion que se ha dado en esta última temporada. Por primera vez, la serie que cuenta la historia reciente de nuestro país viajó al futuro para situar a sus carismáticos personajes en mitad del caos provocado por la pandemia de coronavirus. Pero ni siquiera así se ha retenido como se esperaría al público; ni siquiera cumpliendo el deseo de los fans que tantas veces habían imaginado cómo sería la familia Alcántara en el presente.
El desplome de su audiencia responde a multitud de factores que no siempre están al alcance de los creadores de la serie. Desde que llegaron las plataformas de streaming el consumo de ficción ha cambiado radicalmente. Ahora las series se ven cuando el espectador quiere y sin tener que encender la televisión. Los capítulos de Cuéntame están disponibles en Amazon Prime Video y en RTVE A la Carta tras ser emitidos en La 1, por lo que muchos espectadores pueden escoger cuándo verlos. Ya casi nadie se siente en la obligación de reservar la noche del jueves para sintonizar con los Alcántara.
El inevitable desgaste argumental
Pero no nos engañemos. El declive televisivo de tan ilustre familia también es consecuencia del inevitable desgaste al que se ha visto abocada tras 20 años en antena. A lo largo de 387 capítulos la hemos visto implicada en los acontecimientos más importantes de la historia reciente de España. Los Alcántara han asistido, y nosotros con ellos, a los últimos años de la dictadura franquista, a la transición democrática, a las épocas más duras del terrorismo etarra, a la modernización del país, a las nuevas sensibilidades sociales...
Mientras recordábamos nuestro pasado más inmediato hemos visto pasar la vida de tan inestimable familia. Les hemos acompañado en sus viajes al extranjero, a bodas y funerales, hemos reído con las ridículas situaciones en las que se han visto envueltos y también hemos llorado con sus desgracias, que no han sido pocas. Desgracias que salpican a la familia Alcántara en cada capítulo y que con el paso del tiempo resultan cada vez más forzadas.
La serie de Grupo Ganga ha mejorado con el tiempo en muchos de sus aspectos técnicos pero ha perdido brío a nivel argumental. Se ha refugiado en el drama para enganchar al público; la tragedia ha adquirido un peso excesivo en los guiones. Da la impresión de que al barrio de San Genaro se le hayan agotado las historias. No es que las tramas sean repetitivas, sino que muchas de ellas parecen estar metidas con calzador y no guardan ninguna relación con el argumento central de la serie, cada vez más debilitado por la ausencia de algunos de los personajes más importantes y porque a lo largo de tantos años han ido caducando las principales líneas argumentales que le daban sentido.
Un cierre de temporada cargado de dignidad
En cierto modo, a Cuéntame se le permite casi cualquier error por el cariño que se le tiene a los Alcántara. Pero el desgaste de la serie viene de lejos y cada vez son menos los incondicionales que aguantan al otro lado del televisor. Aunque la temporada 21 tropezó en varios capítulos, su desenlace estuvo cargado de dignidad. La inesperada muerte de Antonio Alcántara, enfermo de coronavirus en 2020, fue un acto de solemnidad en el que no hubo drama sino tristeza.
El patriarca de la familia agotó sus últimas horas rodeado de sus series queridos, entre las viñas de su tierra y feliz de haber pasado todos sus días junto a Mercedes, el amor de su vida. El episodio, cargado de simbolismo, recurrió a La canción de las simples cosas para deslizar la idea de que Antonio podía partir en paz ahora que todo volvía a ser como antes; ahora que había recuperado las cosas simples que tiempo atrás se le quedaron doliendo en el corazón.
A Cuéntame le ha ocurrido algo parecido con las cosas simples de San Genaro, que se han ido difuminando a lo largo de dos décadas. Por lo pronto, a la serie le queda un capítulo especial sobre Carlos y Karina –que se estrenará este jueves 27– y al menos una temporada 22 que se está empezando a escribir ahora y cuyas tramas arrancarán en el año 1993. Aunque cada vez quede menos margen de maniobra, Cuéntame podría seguir estirándose como un chicle por mucho más tiempo. Pero la serie más importante de nuestra televisión se merece un final tan digno como el que se le ha dado a Antonio Alcántara.
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