Lo que 'Élite' ha cerrado con sus cuatro 'Historias breves' antes de lanzar su cuarta temporada
Con la cuarta temporada de Élite, Netflix ha querido dar un paso más allá y conceder un aperitivo con el que situar a los fans antes de lanzar sus nuevos episodios. Se trata de Historias breves, cuatro tramas desarrolladas en tres entregas de diez minutos, ya disponibles en la plataforma. Eso sí, más que para anticipar lo que darán de sí las capítulos por llegar; funcionan como continuación del curso que terminó en la anterior tanda. El verano es lo que distancia ambos bloques, en el que Carlos Montero y Darío Madrona, cocreadores de la serie, vieron potencial para explotar y explorar.
En concreto, sirve de cierre de un romance que se quedó en el aire y pudo haber merecido otro final (Carla y Samuel), dar tiempo a un importante secundario de la tercera temporada (Ander, Omar y Alexis), comprobar el devenir de una de las parejas 'separadas' (Guzmán y Nadia) y, la que ha terminado siendo la mejor de todas, dar una gamberra vuelca de tuerca con la que probar la química entre tres personajes que hasta ahora no habían gozado amistad estrecha (Cayetana, Guzmán y Rebeka).
En conjunto, funcionan y lucen cuanto menos se toman en serio y se alejan de una intensidad a veces excesiva. Menos tener todo el día “el amor de mi vida” en la boca cuando hablamos de estudiantes de Bachillerato -aunque sus intérpretes sean bastante más mayores- y más explorar otras vises como la cómica de la última Historia breve citada. Desde luego, al personaje de Cayetana (Georgina Amorós) es a la que mejor le ha sentado.
Claro que el dramatismo y el trascendentalismo son dos protagonistas de la adolescencia, pero esto no quiere decir necesariamente que haya que reducirla a eso, y acabar convirtiendo sus discursos en impostados o artificiales. Bastante tenemos con que ellas no se quiten los tacones ni para hacer una barbacoa en la piscina.
Guzmán, Caye y Rebe
Como avanzábamos, la suya es la mejor de las cuatro Historias breves de Élite. El trío forma parte de los personajes ya veteranos que continúan su andadura en la ficción en la cuarta temporada. Rebeka se acaba de mudar a una nueva casa y, con todas las cajas de por medio, decide hacer una fiesta; a la que solo acuden Guzmán y Cayetana. Un trío que a priori poco tiene que ver, y que introduce que las dos chicas van a empezar a hacer más piña.
Lo mejor, un bizcocho de setas alucinógenas detonante de diversión, que permite a Caye explicar por qué empezó a inventarse su vida y confesar a sus amigos que el próximo curso va a trabajar como limpiadora en Las Encinas. La entrega culmina en forma de thriller con unos hombres entrando en la casa para saldar una deuda con la madre de Rebe. Pese a haber sido detenida, se ve cómo esta sigue traficando para “rehacer su vida” abriendo un nuevo bar.
Guzmán, por su parte, se sincera sobre su preocupación por la recién iniciada relación a distancia con Nadia. Y de paso, incluyen una parodia de la propia serie, con Rebe lamentando que “no aprendemos. Otra vez igual, otro asesinato, otra vez a testificar...”, bromeando sobre la posibilidad de repetir la misma historia que Élite ha contado durante tres temporadas, a través de tragedias diferentes.
Nadia y Guzmán
Costó que dieran rienda suelta a su relación, finalmente lo consiguieron, pero con el final de la tercera tanda, se separan. Nadia marcha a cumplir su sueño de estudiar en Nueva York, mientras que a Guzmán le toca repetir curso. Pese a que ambos deciden continuar con ilusión su romance más allá de los kilómetros, cuesta imaginarse seguir alargando su idilio. Igual que 'Omander' ha funcionado durante tres temporadas con ellos juntos -en algún momento revueltos-, el gancho de Nadia y Guzmán estaba más en el antes que en el durante.
Por ello, no sorprende que hayan decidido mostrar las dudas de ambos -sobre todo de la joven encarnada por Mina El Hammani-. De repente, aparece una tercera hermana de ella de la que no habíamos tenido noticias, porque se casa y ha invitado a la familia a la boda. El conflicto se genera porque el convite es en Madrid y las fechas coinciden con la sorpresa que el alter ego de Miguel Bernadeau quería darle, presentándose en Manhattan.
Esta es la Historia que menos se sostiene, porque reitera durante las tres entregas lo mismo. Que ella no quiere volver porque se le está haciendo muy difícil seguir adelante a distancia, y no quiere que por verse se le haga más duro. “Deja que me vaya sin que me muera de pena”, le dice, proponiéndole jugar a que tengan una cita que tiene que salir “regular”. ¿En serio? Huele a que el futuro/desenlace de esta pareja está escrito, aunque para comprobarlo habrá que esperar a la cuarta temporada.
Omar, Ander y Alexis
Élite apostó en su tercera tanda por hablar del cáncer. Ander enfermaba de leucemia, que acababa superando, y conocía en el hospital al que sería un apoyo clave en su etapa: Alexis, otro paciente. Cuando decidió que Omar “merecía algo mejor” y comenzó a comportarse de forma más negativa con él, su nuevo amigo fue el que estuvo a su lado día a día, y han decidido retomarle para estas Historias breves. La visita de 'Omander' al centro médico provoca que Omar se entere de que Ander sabía que le había puesto los cuernos, descubrimiento que sirve para prometan dejar las mentiras a un lado.
“Alejar a la gente que te quiere no consigue hacerte más feliz, ni a ti ni a ellos”, recomienda el personaje de Aron Piper a Alexis. Más allá de un intento de fiesta mediante, el valor de esta trama reside en hablar sobre lo que supone tener cáncer desde un prisma bastante más sano que lo que habitualmente muestran de las relaciones de amor. Su discurso da un paso más allá para defender que “el cáncer no es un castigo y curarte no es un premio”, rechazando que si no te curas es “porque no luchaste lo suficiente”. Una visión extendida y que viene bien que se juzgue en una serie con tantísimos fans como esta.
Carla y Samuel
El inicio de su relación fue algo extraño, pero acabó funcionando entre el fandom que siempre ha estado entregado especialmente al personaje de Carla. Su Historia breve supone el regreso fugaz de Ester Expósito a Élite, tras la salida de su alter ego del colegio y traslado a Londres para estudiar la carrera. Lo cierto es que a Samuel no le ha ido demasiado bien en los amores hasta ahora. Ni con Marina ni con Rebeka. Sin embargo, entre él y Carla, pese a los dispares que son, defienden que pudo haberse desarrollado algo. Claro que, siendo ella la 'marquesa', su familia puso todo de su parte para alejarles.
Y eso parecía que era lo que iba a ocurrir, hasta ahora, donde encontramos a un Samu (Itzan Escamilla) que corre al aeropuerto para pedirle a Carla que se quede o que, al menos, se den otro final. Tras algún tira y afloja de más, el resultado es por momentos romántico y por otros triste. Más allá de su entendimiento a nivel sexual -que por supuesto, no podía faltar tratándose de Élite-, pretenden hacer evidente que “no están hechos el uno para el otro”.
Se agradece que lo hagan de forma dura pero amable para ambos, quedándose como una herida que cerrar, pero que no supura. En cuanto a lo que esto puede suponer de cara a la cuarta tanda, queda claro que no vamos a volver a ver a Carla por las Encinas y que, por qué no, Samuel pueda encontrar un nuevo amor.
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